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Unionistas ‘navega’ por el Guadiana
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Unionistas ‘navega’ por el Guadiana

Actualizado 22/11/2022 10:34
Redacción

"Actitud, ganas y afán de competir es algo que debe corregir el equipo charro", afirma el periodista Chema Díez

La tarde no acompañaba en lo meteorológico, en absoluto; pero 2.827 aficionados (cifra oficial) decidieron ‘liarse la manta a la cabeza’ e invertir unas horas de su tarde de sábado en ir a ver a su equipo, o lo que es lo mismo, a Unionistas.

Frío, lluvia, viento y humedad no fueron los mejores compañeros de viaje para un partido de fútbol en una tarde muy desapacible… pero créanme, el tiempo no fue ni mucho menos lo peor. Ojalá hubiese sido así.

Se antoja complicado, muy complicado saber qué le pasa exactamente a Unionistas esta temporada; y no, no me refiero a ganar, empatar o perder, o a sumar más o menos puntos; más bien son las sensaciones, la actitud, el fútbol, las ganas, la garra, el amor propio… a veces están y otras veces desaparecen. Sí, como el Guadiana, que cuando le apetece dice adiós y cuando menos te lo esperas, ahí está de nuevo. Vamos, Ferrol y Talavera.

Unionistas lleva navegando así toda la temporada y cuesta mucho comprender qué es lo que está pasando; en el partido contra el Talavera, el ‘runrún’ dejó evidente un hastío otoñal que dejó un murmullo constante en una grada que, eso sí, jamás va a dejar solo a su equipo. Y ése es el gran valor de este club: la lealtad de la afición con sus jugadores. Quizá otros no puedan decir lo mismo; por lo de lealtad, vaya.

Si el partido contra el Ceuta fue malo de solemnidad (pese a la victoria), lo vivido contra el Talavera fue algo parecido, con dos diferencias principales: el Talavera es mejor equipo que el Ceuta, pero llegó al Reina Sofía habiendo logrado solo un punto de los 33 disputados hasta el momento. Y Unionistas no sabía lo que era perder en su estadio… hasta esta jornada número doce, claro.

El 1-2 que le costó la derrota a Unionistas puede leerse a partir de varios factores: el táctico, el emocional y el exterior. En el primero de los casos, el táctico, Unionistas fue un desastre en muchos aspectos del juego; el más sangrante fue que, pese a conocer las virtudes de su rival, fue incapaz de frenarlas o poner un remedio eficaz.

David Vicente y Jon Rojo sufrieron del minuto 1 al 96 con sus ‘pares’, siendo incapaces de defender los balones a la espalda que lanzaban los defensas o centrocampistas del equipo rival. Cada balón en vertical o cada diagonal era un ‘caramelo’ para los hombres de banda del Talavera, bien Souleymane o bien Álvaro Juan, autor del segundo gol.

Unionistas tampoco manejó el centro del campo, con Nespral demasiado solo en la construcción, siendo la única nota positiva de un equipo que apenas halló profundidad por ambos costados, ni por parte de los laterales ni de los extremos, que no encontraron la fórmula para hacer daño real a su rival; como tampoco a la hora de definir ante la portería de Biel Ribas.

Los goles anotados por el Talavera fueron un claro ejemplo de lo que un equipo no debe hacer; en el primero, falta de entendimiento a la hora de salir a las marcas, dejando a Escudero con un margen de disparo muy amplio; pero el segundo ya fue la gota que colmó el vaso, con una diagonal que terminó en las botas de Álvaro Juan y que ni Jon Rojo primero (muy lejos de la marca), ni Pedraza después, pudieron solventar.

Pero, pese a todo, el Talavera se empeñó en ‘meter’ a Unionistas en el partido con un regalo adelantado de Navidad; entre uno de los centrales y Biel Ribas, Unionistas logró empatar el partido, gracias también a la presión y a la inteligencia de Héctor Nespral, el mejor con diferencia de los de Raúl Casañ.

La jugada que definió al equipo, y que tiene que ver con los otros de los factores, el emocional, fue una acción en la que el pivote del Talavera golpeó mal una pelota tras recibir de los centrales, y en lugar de dirigir el balón hacia un costado, éste salió bombeado y terminó unos metros más adelante… sin que ningún jugador de Unionistas se dignase si quiera a pelear la pelota, que terminó en las botas del mismo jugador.

No estuvo en el equipo en actitud, en ganas y en afán de competir y eso es algo que debe corregir; un club que tiene como aspiración principal mantenerse en Primera RFEF no puede llegar a Ferrol y ganar de manera merecida y luego perder en casa contra un equipo que no había ganado en 11 partidos y dar una imagen de apatía futbolística total.

Pero no todo fue malo, no; lo único que salva día tras día a Unionistas es el tercer y último factor, el exterior, que no es otro que su gente, ésa que sujeta al equipo en las malas y que siempre tiene una muestra de agradecimiento pese al bodrio del pasado sábado.

Gracias a eso, Unionistas ha conseguido y conseguirá muchas cosas, pero lo que debe de hacer es coger el timón de su barco, dejar de navegar por el Guadiana y no desaparecer muy de vez en cuando. Ferrol y Talavera son los dos mejores ejemplos.

Chema Díez