"Cada año recogemos más residuos textiles, en este 2022 se han recolectado uno 600.000 kilos", afirma Pilar Rodríguez, presidenta de Porsiete
Dar una segunda vida a la ropa y a los textiles es más que moda, reciclar es una acción concreta que cada quien puede hacer para cuidar al planeta. Los colores, los diseños, las nuevas tendencias y el cambio permanente en el gusto de los consumidores marcan un ritmo de vértigo, que impulsan a la compra. A día de hoy, sabemos lo que se lleva, pero ignoramos cómo se descarta lo que usamos y, además, en el caso de la moda, desconocemos lo que le cuesta al ambiente.
En el caso de Salamanca, la Empresa de Economía Social, PORSIETE se encarga de gestionar la recolección de residuos textiles dentro de un modelo también de Economía Circular, su presidenta, Pilar Rodríguez, habla con SALAMANCA AL DÍA y explica que “la población está más sensibilizada, porque cada año recogemos más residuos. En lo que va de año se han recolectado 600 mil kilos, más o menos, de residuos textiles”.
La Cooperativa PORSIETE, según su página web, garantiza la trazabilidad de los residuos y de los elementos auxiliares, que vienen con la ropa usada, textil o calzado recolectados para que todo llegue correctamente a su destino. Además, cuenta con todas las autorizaciones necesarias para la recogida y gestión de ropa y calzado y dispone de las instalaciones adecuadas para el desarrollo de la actividad.
Agrega Pilar Rodríguez que “actualmente se dispone de un sistema de contenedores, los de color morado, son 172 distribuidos por Salamanca y Alfoz para depositar ropa usada, residuos textiles o calzado. Se recogen más residuos donde hay más población y cada dos días a la semana se vacían los contenedores”.
Sobre la gestión de la Cooperativa en el tema textil, añade que “la empresa clasifica los residuos textiles, hay una parte utilizable a la cual se le da salida como ropa de segunda mano, y otra porción, que “no vale y se usa para trapos de limpieza. En la Cooperativa no hay tienda para vender ropa de segunda mano”.
Está claro que cada uno puede hacer algo racional, eficiente y prudente con los textiles, en este caso se trata de no tirar lo que alguien puede usar en otra parte, alentando un segundo ciclo de vida útil en el sistema económico.
Caritas España es una de las instituciones que trabaja en favor de darle un segundo aire a la ropa usada; en alargar el ciclo de vida de las prendas de vestir o de los textiles en general, disminuyendo en cierta medida el daño ecológico y contribuyendo con la economía circular a través del proyecto de las tiendas Moda RE.
Las tiendas Moda RE están por toda España, también en Castilla y León; las más cercanas a Salamanca, están en la provincia de Zamora, una en Benavente (avenida Federico Silva, 34) y otra en la capital (calle Corral Pintado, 1, teléfono: 620 01 53 25). Begoña Martín, responsable del Área de Empleo y Economía Social de Cáritas Zamora, explica a SALAMANCA AL DÍA que la institución social quería “demostrar, cómo se puede incorporar la industria textil a un engranaje circular y de sostenibilidad medioambiental, para generar progreso social en Zamora capital y provincia”.
Martin enfatiza que “Nuestra Diocesana, apostó y se comprometió en avalar un proyecto común textil e innovador, de iniciativa social, dentro del área de Economía Social de Cáritas Diocesana de Zamora, llamado MODA RE, liderado e impulsado por Caritas Española, conformado por 45 Cáritas Diocesanas”.
Moda Re es un sistema de tiendas, sin ánimo de lucro, distribuidas a nivel nacional, que se ocupa del reciclaje de la ropa usada y además aborda el problema de la exclusión social en la comunidad española, a través de la creación de empleos de calidad, para personas con dificultades en el acceso al mercado laboral.
Moda RE aún no tiene locales en Salamanca, pero si merece la pena conocer algunas de las repercusiones del proyecto de reciclaje en la cercana Zamora, dice Begoña Martin que hay un “triple impacto: impacto sociolaboral, con la creación de nuevos puestos de trabajos sostenibles, para colectivos en riesgo de exclusión. Impacto medioambiental, dando a la ropa recogida, el mejor tratamiento posible y respetando la jerarquía de los residuos. Impacto social, con la dignificación de la entrega social a personas y familias vulnerables”.
Acota Begoña Martín, a modo de cierre, que “hay muchos estereotipos, prejuicios y estigmas sociales creados, que resulta difícil romper, pero a través de muchos años de esfuerzo y trabajo, de una tarea de sensibilización, comunicación y difusión de forma conjunta, que se está haciendo desde cada una de las Cáritas Diocesanas que conformamos este proyecto común textil, la sociedad parece que lo va entendiendo y tomando una mayor concienciación, esto hace que la afluencia de público normalizado, en las tiendas, sea mayor”.
Naciones Unidas advierte acerca del impacto que tiene la industria de la moda sobre el medio ambiente, por ejemplo, se requieren 7.500 litros de agua para producir unos vaqueros, la producción de ropa y calzado produce el 8% de gases con efecto invernadero, anualmente el sector del vestido utiliza 93.000 millones de metros cúbicos de agua; cada segundo se incinera o se entierra la cantidad de textiles equivalente a un camión de basura. De acuerdo con la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo.
Combatir la elevada huella de carbono y bajar el ritmo de crecimiento de la huella hídrica se ha convertido en una meta para países, organizaciones y comunidades atentas a la salud del medio ambiente. La Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER) advierte que anualmente se tiran de 10 a 14 kilogramos de ropa por persona, y solo se recogen de 1,5 a 2,5 kg en los contenedores de ropa.
La gran mayoría de los textiles usados son descartados. La Asociación Ibérica del Reciclaje Textil (Asirtex) estima que 900 mil toneladas de tejidos de todo tipo terminan en vertederos. Ello significa que hay mucho por hacer en el sector y cuánto más compromiso responsable asuma la comunidad en torno a la gestión de los residuos textiles, también se beneficiará el medio ambiente, en el sentido de disminuir la presión industrial sobre los recursos de la tierra.
Carmen Sanchis