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Una joya de nuestro arte rupestre: Las pinturas de La Malgarrida
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Una joya de nuestro arte rupestre: Las pinturas de La Malgarrida

Actualizado 13/11/2022 15:27
Carlos Javier Salgado Fuentes

Situadas junto al río Huebra y reconocidas como Bien de Interés Cultural, las pinturas de La Malgarrida son una joya de 6.000 años de antigüedad que hemos de valorar y preservar.

Aunque poco conocidas en nuestra tierra, las pinturas rupestres de la Malgarrida, en Hinojosa de Duero, constituyen junto a las de Palla Rubia (en Pereña) y los grabados del Arroyo de las Almas (en La Fregeneda) y del Camino de los Dulces (en Villavieja de Yeltes), los principales ejemplos de arte rupestre del noroeste salmantino, destacando asimismo en nuestra zona y de manera especial el Monumento o Santuario Rupestre de Vilvestre.

Y es que, a las pinturas de la Malgarrida se les estima una antigüedad de 6.000 años, situándose en un paredón granítico erosionado por el río Huebra en las faldas del teso del Castillo de la Malgarrida, en un pequeño meandro en el que el río discurre encajonado, cerca de la desembocadura en la orilla opuesta del regato Ferradores sobre el Huebra.

Por otro lado, cabe señalar que estas pinturas toman su nombre de la antigua localidad de La Malgarrida, que ocupaba la parte alta del monte bajo el que se ubican, y que surgió como un castro vetón que continuó poblado hasta época medieval, recogiéndola en el año 1161 el rey Fernando II de León como villa fortificada en un documento de donación de derechos a la Diócesis de Ciudad Rodrigo, siendo abandonada en la Baja Edad Media.

En todo caso, volviendo sobre las pinturas rupestres de La Malgarrida, cabe señalar que están pintadas en color rojo, estando dispuesto el conjunto pictórico en dos paneles, estando formadas las pinturas por una serie de formas entre las que destacan las antropomorfas, aunque se recogen también otra serie de figuras que en algunos casos no se ha podido determinar qué representan.

Dado su importante valor, estas pinturas fueron reconocidas como Bien de Interés Cultural (BIC) en el año 1986, habiéndose favorecido para su preservación por la dificultad que posee su emplazamiento para llegar hasta ellas, si bien las pinturas acusan el deterioro que implica el estar a la intemperie, expuestas con ello a los elementos climáticos.

No obstante, y dada la dificultad para poder observar las mismas in situ, actualmente existe una reproducción detallada y fiel de estas pinturas rupestres y los paneles que las albergan, que fue instalada en el Museo Interpretativo del Duero, en Hinojosa de Duero, el cual alberga además una importante colección de estelas romanas encontradas en este municipio, además de una colección de mariposas, aperos agrícolas tradicionales o fotografías antiguas de la localidad.