Para Sebas, hoy intenta mantener el negocio con la familia como principal apoyo laboral, mientras confía en que la situación se estabilice, todo ello sin plantearse un cierre inmediato
Se llama Sebastián López Cembellin, con 55 años, más de 10 en la hostelería de Peñaranda de Bracamonte al frente de Pizzeria Castilla y 35 cotizados en el mismo gremio en diferentes puntos de la comarca. El es sin duda uno de los ejemplos mas palpables de la sangría en el medio rural que está generando el corrosivo aumento del recibo de la luz, algo que, como a muchos, le esta llevando a tomar medidas drásticas.
“Hoy la perdida de la población y el poder adquisitivo de quienes se quedan se nota y mucho” asegura Sebas, mientras que, en cuanto a la factura de luz, asegura que “el año pasado se venia pagando no llegaba a 1.000 euros y ahora superamos los 3.500 euros. Lo que dice el Gobierno que se ha encarecido un 30% ¡y una mierda! estamos superándolo en un 300%”.
Una nueva realidad que a Sebas, como todo el mundo le conoce, asegura que le esta llevando a reducir plantilla. “Si tenemos una diferencia de 2.500 euros me supone tener a dos trabajadores menos, por lo que me he visto obligado a despedir a gente y cerrar por descanso, en vez de un día, dos…pero de momento no pienso cerrar, al menos mientras pueda mantenerme en activo con la familia de apoyo”.
Para Sebas “en el computo del año pasamos de pagar 18.000 euros y este año podemos llegar fácilmente a los 40.000 euros. Con esta situación tengo que cerrar más días y menos plantilla, sino es imposible. Lo estoy haciendo yo y todo el mundo, sino es imposible”.
Hoy, como si fuera un buen lector de las variables energéticas, y siempre asesorado, parece mostrar un cierto optimismo en que la situación pueda mejorar, pero a nivel rural, asegura, “veo normal el cierre en los bares de los pueblos. Yo vi venir la subida y he intentado no hacerlo…me da menos miedo la subida de productos que por la luz…lo primero lo salvo, lo segundo no puedo manejarlo”.
Por encima de todo, Sebas asegura que “hoy los que puedan aguantar son unos valientes, y deben aguantar…esto creo que mejorara a finales de 2023 pero tenemos que tratar de estar establecidos y luchar…me duele mucho aquellos que cierran porque no pueden mantenerlo. Yo tengo casi 2.500 euros solo en seguridad social mas sueldos…es fuerte, pero quiero por encima de todo seguir, continuar y ofrecer mis productos a un precio igual de asequible que hasta ahora…los muchos pocos nos avalan. Y eso que nos enterraban hace cuatro días. Llevamos muchos años, no se ve realmente lo que movemos…no solo es el comedor, son los muchos pedidos que tenemos”