Jubileo teresiano

El pasado martes, día 11 de octubre, el obispo de Salamanca y Ciudad Rodrigo, Don José Luis Retana, y el vicario general de la diócesis de Salamanca, Don Florentino Gutiérrez, anunciaban en rueda de prensa que el Papa ha concedido a las diócesis de Ciudad Rodrigo y Salamanca la celebración de un Jubileo o Año Jubilar teresiano, pedido por el obispo para las dos diócesis, con ocasión de la celebración de los 400 años de la Canonización (junto con otros cuatro santos: San Isidro, San Ignacio, San Francisco Javier y San Felipe Neri) y los cien años de la concesión del Doctorado Honoris Causa a Santa Teresa por la Universidad de Salamanca.

El Jubileo toma su origen y sentido de la legislación y práctica jubilar que afectaba a los judíos, por la cual tenían en cuenta la celebración del séptimo sábado de cada semana de años que, a su vez, tenían en cuenta las siete semanas de años hasta completar los cincuenta años, declarando este año un año de consecución de la libertad para los esclavos, la vuelta de las tierras o casas a sus dueños de familia tradicionales liberándolas de sus comparadores, y estaba mandado liberar también las tierras a las que había que dejar en descanso de siembra cada siete años. Así lo establecía el libro bíblico del Levítico 25 que determinaba que, si los israelitas cumplían esa ley y práctica jubilar, los recibirían las bendiciones de Dios y la gracia de la libertad.

El Jubileo o Año Jubilar actual viene a ser también un tiempo de gracia para los que se acercan al Señor mediante el cumplimiento de algunas prácticas, como son la asistencia a actos celebrados en los lugares a los que se les concede el beneficio del Jubileo y los frutos de la liberación de los pecados y de las penitencias merecidas por ellos, aun después de la confesión y del perdón de los mismos.

Las condiciones para ganar el jubileo son habitualmente la asistencia y oración en ciertos lugares a los que se adjudica el beneficio del jubileo, la confesión sacramental de los pecados, la recepción del sacramento de la Eucaristía y la petición u oración por las intenciones del Papa o Romano Pontífice.

En España tenemos larga tradición de jubileos o años santos, como es el caso de Santiago de Compostela, de Santo Toribio de Liébana o de la Santa Cruz de Caravaca. Y un sentido similar al jubileo tienen los lugares santos de peregrinación, en nuestro caso Santiago de Compostela y, a nivel mundial, Roma y Jerusalén.

El Jubileo teresiano, que ahora concede el Papa a las diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo abarca desde el 15 de octubre de 2022 hasta el 15 de octubre de 2023, en que la fiesta de Santa Teresa coincide en domingo. La gracia del Jubileo podrá solicitarse de nuevo cada vez que el 15 de octubre caiga en domingo.

El jubileo concedido ahora está ligado y se puede ganar en las catedrales de Salamanca y Ciudad Rodrigo, en los monasterios de madres Carmelitas descalzas que han seguido la reforma de Santa Teresa, y los conventos de padres carmelitas descalzos, reformados también por la Santa junto con San Juan de la Cruz. Se deja fuera al convento de Batuecas debido al grave incendio que le ha afectado el pasado verano. Son, por tanto, los conventos de varones de Salamanca y Alba de Tormes, y los de mujeres de Alba de Tormes, Cabrerizos, Cabrera, Mancera de Abajo y Peñaranda, así como el convento de religiosas carmelitas de Ciudad Rodrigo.

El Jubileo dará comienzo mediante la apertura de la Puerta Santa o Puerta del Perdón en el convento de religiosas carmelitas de Alba de Tormes, acto que será presidido por el obispo emérito de Salamanca, Don Carlos López, pues Don José Luis deberá asistir ese día a la consagración y toma de posesión del nuevo obispo de Plasencia, de donde ha sido el último titular el obispo José Luis Retana y que, por tanto, no puede menos de asistir.

En el monasterio de la Anunciación de Alba de Tormes, se celebrará diariamente la misa de peregrinos precedida de la administración del sacramento de la penitencia o reconciliación.

Se esperan en Alba de Tormes y demás lugares jubilares multitud de peregrinos, a los que están dispuestos a acoger los católicos y todos los demás albenses. En el año 2015, en que se conmemoraba el centenario del nacimiento de Santa Teresa, acudieron a Alba de Tormes más de 100.000 personas, de las cuales la cuarta parte procedían de Francia, Portugal y Corea. El Jubileo que ahora comienza, así lo esperan todos, traerá grandes beneficios espirituales, y aún materiales, a los lugares donde se celebra el jubileo, y también a los que a ellos van a acudir.