Viernes, 29 de marzo de 2024
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“Tengo claro que no quiero volver a mi vida de antes pero me da miedo recaer”
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PEDRO, RESIDENTE EN EL CENTRO DE ACOGIDA PADRE DAMIÁN

“Tengo claro que no quiero volver a mi vida de antes pero me da miedo recaer”

Actualizado 28/10/2022 14:17
Vanesa Martins

Se trata de la cuarta vez que se encuentra en el centro y tiene clara una cosa: “Para mí son un apoyo fundamental, me han curado”

Pedro Luis vive en el Centro de Acogida para personas sin Hogar Padre Damián. Tiene 54 años y es la cuarta vez en su vida que se encuentra aquí. Llegó el pasado 9 de septiembre, después de estar viviendo un mes en la calle. “Yo estaba bien, antes de venir al centro vivía en una habitación de alquiler, en un piso compartido que podía pagarme porque estaba cobrando una pensión”, explica. Vivía con su mascota, una perrita de 9 años que se llama Nala.

Estaba en paro, pero explica que seguía una rutina. “Yo estaba muy bien, llevaba mi vida, hacía cursos, pero, por un fallo mío, lo reconozco, porque no entregué un documento, me restringieron la paga”. En este momento se quedó de nuevo en la calle. “Estaba bien y de golpe, otra vez en la calle”.

En ese momento tenía dos cosas claras: que quería pedir ayuda y que no quería que Nala sufriera y que estuviera en la calle. Por ese motivo, se puso en contacto con una protectora de animales. “En vez de ponerse en contacto conmigo llamaron a la anterior dueña de Nala, porque los papeles aún estaban a su nombre. Gracias a Dios tuve suerte porque la llamaron a ella y aceptó quedarse con Nala con el trato de que el día que yo vuelva a tener una casa, Nala volverá conmigo”, explica con una sonrisa.

Cuenta que nada más estar en la calle pidió ayuda. “Por diferentes circunstancias no pude venir al centro antes: hay que seguir unos procesos, había lista de espera… por eso estuve 15 días en Cruz Roja hasta que volví aquí”. Desde que dejó la habitación donde vivía hasta que llegó al centro explica que “se pasa muy mal. Es muy duro tanto física como mentalmente. Venir aquí era la solución, no tenía otro camino”.

Llevaba varios años desde que salió del centro la última vez. “En ese momento yo estaba perfectamente. Aquí me curaron tanto física como mentalmente. Han sido un apoyo para mí fundamental, me han ayudado en todo lo que han podido y en todo lo que he necesitado. Explica que, cuando le vieron, después de tanto tiempo se sorprendieron.

Ahora está “limpio” pero tiene “miedo de volver a caer” cuando salga de aquí. “De eso siempre he tenido miedo porque yo mentalmente soy muy blando, mentalmente soy muy débil y fácil de convencer. Tengo claro que no quiero caer, pero me viene un amigo y me ofrece, y no sé decir que no, por eso tengo miedo”.

Desde que ha vuelto al centro su día a día es el siguiente. Va al centro de Día de Cáritas. “Estoy intentando seguir dando negativo, me hacen paulatinamente unos controles que son los lunes, miércoles y viernes”. Después se reúne con diferentes profesionales porque tiene clara una cosa: “La vida que llevaba antes tengo claro que no la quiero, no quiero volver a ella”.

Ahora se encuentra en pleno proceso de recuperación. “El objetivo que yo tenía era volver a recuperar la paga. Estaba cobrando por discapacidad y la evalución médica la he pasado, solamente me falta el informe clínico”.

Esta es la cuarta vez que está en el Centro Padre Damián de Cáritas. “La primera vez que estuve aquí fue porque salí de cárcel y no tenía nada, entonces vine aquí y estuve más de un año. Por circunstancias y por las drogas, volví aquí una segunda vez; igual que la tercera”. Ahora la situación ha cambiado. “Esta vez no. Al no poder pagar el alquiler mi cabeza empezó a dar vueltas y fui cuando caí de nuevo”.

Tiene claro que no quiere recaer y lo que necesita en este momento. “He pasado una época muy mala, de nervios, de intranquilidad. Todo ello hizo que volviera a las drogas, y no quiero volver a esa vida, he pasado por diferentes situaciones por las que tengo claro que no quiero volver”, explica.

Su objetivo de futuro es hacer las cosas bien. “Quiero recuperarme psicológicamente porque me está afectando mucho esta situación, los nervios son muy traicioneros. Tengo que recuperarme y mentalizarme de lo que yo quiero e ir a por ello”.

Para Cáritas y, concretamente, para el Centro Padre Damián, solo tiene palabras de agradecimiento. “Para mí son como una familia, les quiero mucho.”

A las personas sin hogar les lanza el siguiente mensaje: “Les pido que sean fuertes y que no decaigan. Que no se derrumben y que piensen en ellos. Lo primero que piensen en ellos y no en lo que les puede pasar, si no en lo que pueden llegar a hacer. Y que pidan ayuda, que no tengan miedo porque yo creo que algunas veces a mí me han pasado cosas por miedo a pedir ayuda, y más que miedo, vergüenza. Que no tengan vergüenza, pedir ayuda no es de cobardes, sino de valientes”, concluye.