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Rocío...o Rosario, la historia de una pasión por llenar de color las calles y rincones de Aldearrubia de manera desinteresada
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LAS VILLAS

Rocío...o Rosario, la historia de una pasión por llenar de color las calles y rincones de Aldearrubia de manera desinteresada

Actualizado 03/10/2022 09:28
Redacción

Esta andaluza de nacimiento, llegaba por amor hace más de 30 años a la localidad y se ha volcado en decorar las calles con elementos restaurados y plantas

Llegar a Aldearrubia y preguntar por Rocío, la decoradora del pueblo, es todo uno, además de suponer la seña mas rotunda para llevarte hasta su casa y conocer la historia de una mujer que, sin ser de la localidad de nacimiento, se ha mimetizado con el calor y la cercanía de sus gentes desde que aterrizara aquí hace ya varias décadas.

Pero detrás de esta carta de presentación se asoma Rosario Gómez, una andaluza de 59 años, que llegaba a Aldearrubia por amor y con ganas imparables de ofrecer algo diferenciador para su localidad, que hiciera de sus calles y rincones espacios con identidad propia y cierta alma, que ofreciera sonrisas a sus paseantes y visitantes, siempre de manera desinteresada y altruista.

“Todo surgió en un viaje que realizaba a Burgos, donde veía pueblos muy pequeños que tenían puestos en sus calles maquinas de vapor y muchas otras cosas como adorno, le daba un toque muy especial…y vengo del sur, de hecho, en mi pueblo, La Estepa, he visto toda mi vida mucho color en las calles con las flores y no pocos adornos. Llegué a Aldearrubia y vi las calles así sin nada y no paraba de darle vueltas a ver como podíamos hacer algo para cambiarlo, lo que me llevo no pocas conversaciones con mi marido” explica.

Rocío lleva ya 35 años en la localidad, llegando con 20 tras contraer matrimonio con un vecino de Aldearrubia, donde también reside la familia de su esposo, aterrizando así ‘de nuevas’ a un pueblo castellano. “Nada mas llegar y empezar a plantearme que poder hacer hable con Fidel, el alcalde, para ver si podíamos colocar maquinaria antigua del campo, algo que yo me encargaría de restaurar y pintar para ubicarlo…así empezó la idea…y con el sí del alcalde arrancaba el proceso, haciéndome con varias máquinas. Así empecé y a día de hoy, todo lo que se encuentra expuesto es mío” afirma Rocío.

“Chany, la alguacila del pueblo, mi marido, Marisa y su hija…ellos han sido mis grandes apoyos en esta tarea. Soy feliz haciendo esto, es una pasión que me encanta y me motiva” explica, labor que no es muy antigua, ya que con intensidad lleva volcada en esta iniciativa desde hace tan solo 5 años.

“Tenemos puestas maquinas de sembrar, arados, diseños con flores…nos hemos buscado la vida continuamente entre nosotros para poder conseguir cosas y restaurarlas, con el fin de darle más color y originalidad al pueblo, poniendo incluso dinero de mi casa, pero no me importa nada hacerlo” asegura contenta Rocío, quien afirma que, tras arrancar el proceso y comenzar a ver la originalidad de las ideas, han sido varios vecinos los que han querido donar aperos y materiales para continuar con la decoración.

Hoy, como desde su llegada a Aldearrubia, continúa dando vueltas a su cabeza, buscando opciones para continuar decorando este, que ya es su pueblo, y al que quiere desde el corazón. “Si tu quieres hacerlo y te hace feliz, hazlo” le dice su marido continuamente, mientras desde el Ayuntamiento siguen cada paso que da esta artista vocacional casi involuntaria, que ha convertido su pasión en todo un entretenimiento que cuenta con manos amigas y un fin común, el ofrecer un valor añadido a la localidad y de manera altruista. Y ya nos avisa…” esperaros a Navidad porque va a ser muy muy especial” y asegura que “pienso seguir con esta energía y estas ganas de color y alegría en las calles hasta que me muera. Creo que salir a las calles tiene que ser sonreír y disfrutar, pasear con alegría. Por ello me empeño en esto”.

Foto: Marisa Rodero