Aparte del valor técnico y tecnológico de la explotación petrolífera, el campo de Ayoluengo tiene un gran valor etnológico por ser testimonio y memoria viva de una época
¿Sabías que Castilla y León cuenta con la única explotación petrolífera en tierra que ha existido en nuestro país? El Campo petrolífero de Ayoluengo, en Sargentes de la Lora, Burgos, cuenta además desde este 2022 con la declaración de Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico.
El patrimonio industrial posee una gran capacidad de trasformación de territorios que conforma verdaderos paisajes culturales, en los que se plasman valores no solo técnicos, sino también valores históricos y etnológicos de primera magnitud que deben conservarse. El caso del campo de petróleo de Ayoluengo es paradigmático de esos valores.
La historia de la producción de petróleo en el campo de Ayoluengo -la única explotación petrolífera en tierra que ha existido en nuestro país- se inicia en junio de 1964, cuando surge por primera vez petróleo del Pozo Ayoluengo-1, aunque no será hasta 1967 cuando se otorgue la concesión de explotación de hidrocarburos líquidos y gaseosos denominada 'Lora'.
El periodo de vigencia de esta concesión se ha mantenido durante 50 años, sucesivamente en manos de diferentes empresas, habiéndose extinguido en 2017 para proceder a su cierre. Este cierre va acompañado de un Plan de Abandono de las instalaciones, aprobado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Migratorio.
Desde el punto de vista de sus características técnicas, constituye un ejemplo perfecto de un sistema de explotación de petróleo, que permite conocer todo el proceso de explotación industrial de hidrocarburos y sus distintas fases de explotación, perforación y producción. Este conjunto industrial mantiene en la actualidad numerosos elementos e instalaciones de la concesión, destacando las bombas extractoras o “caballitos”, como popularmente se conocen (quedan una docena de las 53 que tuvo el campo), que son los elementos más fácilmente visibles en el paisaje y que permiten identificar la explotación petrolífera a cualquier persona que se acerque a ese territorio.
Aparte del valor técnico y tecnológico de la explotación petrolífera, el campo de Ayoluengo tiene un gran valor etnológico por ser testimonio y memoria viva de una época. La explotación supuso un cambio sociológico y económico para una comarca hasta entonces dedicada en exclusiva a la agricultura, que se incorporó al desarrollo industrial que se iniciaba en España.