Los talentos jóvenes no se interesan por el hentai
Los amantes de la animación japonesa tienen a su disposición una inmensa cantidad de contenidos para disfrutar, reproduciéndolos desde toda clase de dispositivos como televisores, tablets y teléfonos móviles. Incluso aquellos que quieren ver escenas más subidas de tono cuentan con obras hentai que son entretenidas y sugerentes a partes iguales.
Sin embargo, hoy en día ya no se hacen series hentai tan buenas como boku no pico. Aunque abarca solamente tres episodios, de principio a fin cada uno de ellos se disfruta al máximo. Pero por desgracia, poco a poco van siendo menos numerosas las obras picantes de animación nipona que son estrenadas.
Es innegable que la industria del hentai lleva tiempo pasando por una pequeña crisis, la cual quizá acabe agravándose más si cabe en un futuro. Pero, ¿a qué es debida esta situación? Seguidamente analizaremos las principales claves que están dando pie a un escenario nada halagüeño.
Los talentos jóvenes no se interesan por el hentai
En unas declaraciones recientes de Shinichiro Sawayama se ha dejado entrever que el hentai está en crisis y que será realmente difícil salir de esta situación. El popular guionista de varias obras que también son muy conocidas a nivel mundial, tales como TSF Monogatari y Fella Pure, afirma que a pesar de su edad nunca ha trabajado con nadie que sea más joven que él.
No solamente se refiere a los guionistas, sino también a los que dirigen el hentai, así como a aquellos que se encargan del sonido y a los productores que tan importantes son para que este tipo de series de animación vean la luz.
El propio Shinichiro Sawayama indica que el sector del anime erótico poco a poco va experimentando un envejecimiento que no es nada positivo para la industria. Y es que los jóvenes talentos tienen muchas ideas que aportar, las cuales pertenecen a otra generación. Sin embargo, no las aplican al hentai por no despertar en ellos el oportuno interés.
Si bien es cierto que una parte del personal sí es bastante joven, no puede decirse lo mismo de aquellos que actúan como responsables del proyecto en cuestión. El número de productoras que se animan a dar forma a un nuevo hentai poco a poco va decreciendo.
Factor económico
Cuando una serie no se produce, en líneas generales el factor económico casi siempre acostumbra a ser el principal causante. Es precisamente este aspecto el que da pie a que los talentos jóvenes no muestren demasiado interés por el hentai.
Si ya de por sí en el ámbito del anime se gana poco, menos si cabe en el caso de que las series muestren contenido erótico. Eso sí, la situación actual poco tiene que ver con la de antaño. ¿Sabías que hubo un momento en que el hentai daba más dinero que el anime convencional?
Básicamente ello era fruto de las numerosas ventas que cosechaban los DVD de la época. Para satisfacer la exigencia por parte de los fans, el presupuesto que se destinaba a las producciones era mucho más alto que el actual, lo cual daba pie a productos audiovisuales que poco tenían que ver con los de ahora en lo referente a la calidad.
Continuando con el factor económico, es destacable que en pleno 2022 pocas mujeres consumen hentai. El escenario era bastante distinto hace un par de décadas, pero lo cierto es que con el paso del tiempo una buena parte del público objetivo también ha perdido el interés. Así pues, el producto solo va destinado a los hombres, principalmente los japoneses, quienes tras enterarse de que las novias de alquiler existen en la vida real pasaron a consumir menos horas de hentai.
Burnout laboral
Finalmente no puede pasarse por alto el gran estrés al que están sometidos muchos de los directores que, a pesar de lo complicada que es la situación actual, siguen haciendo todo lo posible por dar forma a sus propias series de hentai. Un claro ejemplo es el de Teruaki Murakami.
Este artista japonés se dio a conocer por su obra Taimanin Asagi. Pero, ¿cómo da forma a hentais de este tipo? En concreto lo hace ahorrando todos los costes que sean posibles, logrando así que el producto final sea mínimamente rentable.
Ahorrar costes pasa por llevar a cabo él mismo todas las tareas que son propias de una serie de animación japonesa subida de tono. Las empresas de tipo independiente a las que antaño recurrían los directores están quedando relegadas a un segundo plano, puesto que hoy en día Murakami y otras celebridades se encargan de realizarlo absolutamente todo: diseñar los personajes, dar forma a un storyboard que guste al público objetivo, etcétera.
Esta situación acaba derivando en un estrés y una ansiedad laboral que se conoce bajo el nombre de burnout. Ello se traduce en un producto de inferior calidad, factor que se suma a todos los aspectos anteriormente citados para generar una crisis en la industria que no parece ser temporal.