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Una tarde para aficionados
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LA VISIÓN DE FERMÍN GONZÁLEZ

Una tarde para aficionados

Actualizado 17/09/2022 22:42
Fermín González

"El toreo es -no lo olviden nunca- un inteligente desafío arrojado al drama, la angustia, al miedo y la incertidumbre. La inigualable belleza que de él se desprende saca toda su fuerza de la realidad de la victoria conseguida por el hombre"

En el toreo no es todo oro lo que reluce: No se trata de disminuir el toreo, ni desestimar la elegancia de sus figuras, ni poner en duda la seducción capital de sus gracias, así como tampoco ver en el mismo un arte esencialmente plástico. Si este fuera el caso, se le podría separar del soporte del animal y llevarlo a cualquier otro escenario... Y es que un torero sin toro queda reducido a muy poquita cosa.

El toreo es -no lo olviden nunca- un inteligente desafío arrojado al drama, la angustia, al miedo y la incertidumbre. La inigualable belleza que de él se desprende saca toda su fuerza de la realidad de la victoria conseguida por el hombre. En cuanto se reduce el peligro, o no existe más que como mera ficción, esta sensación se marchita y pierde toda su originalidad. El toro es el único que puede convertir un hecho banal en dramático. Cuando la lucha con el toro es un espectáculo mayor, una de las obligaciones esenciales del torero es la de emocionar al público y conseguir con la expresión de su arte mover directamente sus sentimientos, sus corazones y sensibilidades. Es decir, hacerlo vibrar, ponerle los “pelos de punta”, arrancarle el olé seco y rotundo, que no puede reprimir su garganta. -Claro, el toro debe estar en la arena-.

Este cuarto cartel del abono, un tanto atípico, parece un cartel del compromiso; Perera, que, desde aquel grave percance, no esta en esta feria, Ureña, que fue apoderado por la empresa, y dejo buen sabor en esta plaza, también con proceso grave trata de abrirse paso y volver a la senda; después este, Leo Valadez, un torero mexicano, que evidentemente es una recomendación del tanto por ciento BMF. Lo dicho un cartel más de aficionado que del publico ferial, y que a servidor le apetece ver.

A esto le unimos los toros del Puerto, que, dicho sea de paso, fue la que menos gusto en el desenjaule, pero a la postre, aunque la cosa comenzó espesa, a partir del tercero se fue arreglando la tarde, pues hubo toros nobles con buen tranco en el tercio final, y pudimos disfrutar de faenas, con buenos argumentos, con toreros que salieron dispuestos poner lo mejor de sí mismos. Perera sorteó un primer toro flojo que se cae al salir del caballo, el animal soso, aunque sin mala condición, lo metió en faena con cadencia, buena técnica y colocación, pero que apenas transmitía su labor, se dio el arrimón para salir del tedio, pero dos pinchazos y entera le valieron una fuerte ovación. Su segundo sin fijeza cumple en banderillas con buenos pares de Posadas, con suavidad va tirando de una agalbada embestida, un animal con poca gracia, pero Perera le saca partido, con algunas series rotundas y reunidas, pero la cosa se torno cansina finalmente mato de entera trasera y tras dos avisos y descabello, le pidieron trofeo, que el presidente con buen criterio no concedió, pues no había suficientes pañuelos, que son con los que se piden las orejas, no a gritos, ruidos y silbidos. ¡Quiere usted trofeo pídalo como mandan los cánones!

Nos alegramos mucho de ver a Ureña, y además muy entonado, poca tenía su primero, sin clase y embistiendo corto y rebrincado; aún así, el murciano consintiéndole logro llevarlo toreado en muchas fases de la faena, con series de buen trazo y disposición, pero fue una labor un tanto apagada por las condiciones del animal, lo mato de entera caída pero fulminante, para llevarse una ovación. Su segundo animal, tras una vara y sin aplicarse en banderillas, Ureña gobernó con buena mano las embestidas, de un animal que tubo clase y buen tranco, una faena para aficionados, bien rematadas, y ajustadas, todo con mucho fuste, ganas y valor hubo profundidad y rotundidad en una faena de tono superior, quiso matar a recibir, y cobro media estocada delantera y vertical, que valió para que el toro de forma agónica cayera, corto una oreja con petición de otra que el presidente, en su responsabilidad creyó no conceder y me parece a mí, que estuvo acertado, cosa que no gusto al respetable.

El convidado era el mexicano Leo Valadez, y fue quien a la postre logro salir en volandas por la puerta del toro, con dos faenas comprometidas, ante dos toros, que en el ultimo tercio se emplearon con temple. Valadez, que puso palos, vulgares algunos, espero de hinojos a su primero, le recetó una seria en esa posición y seguido en pie lo llevo siempre toreado con series de muy buen tono sobre todo por el pitón derecho, ajustados los remates, muy animoso toda la tarde se tiro con fe a matar y cobro una estocada entera de rápido efecto que le valió una oreja. Con su segundo animal, tras una vara que empujó, mejoró en los palos, sobre todo uno muy reunido y vistoso al violín, se lo brindo a Capea en su cumpleaños, y vio pronto que el toro tenia buena condición, muy entonado genuflexa la rodilla, el toro fue largo codicioso y con buen tranco, hubo series buenas por ambos lados, quizá le falto algo de colocación y ligazón, pero puso empeño remato con criterio las series, cerró con manoletinas de rodillas, se tiró a matar por derecho y volcándose cobró una estocada ferial, que le valió la segunda oreja; y el convidado salió por la puerta del toro y así en La Glorieta cuatro de cuatro…

Ficha del festejo:

Cerca de media plaza, buena temperatura y relente a la sombra.

Toros de Puerto san Lorenzo y Ventana del Puerto: nobles y flojos y sin clase 1º 2º y 4º

De buena condición nobles y con recorrido en el último tercio 3º 5º y 6º

Perera: Ovación y Ovación tras petición

Ureña: Ovación y oreja y petición segunda

Valadez: Oreja y oreja (salió hombros por la puerta del toro)

FOTO: MIGUEL HERNÁNDEZ