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Bronca reunión de los regantes de la Margen Izquierda, cuyo futuro inmediato queda en el aire
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CIUDAD RODRIGO | REGANTES

Bronca reunión de los regantes de la Margen Izquierda, cuyo futuro inmediato queda en el aire

Actualizado 04/09/2022 19:24
David Rodriguez

Varios regantes fueron -en sus propias palabras- a “reventar” la reunión y al final ni siquiera se votaron temas trascendentales

La Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Pantano del Águeda celebró en la mañana del domingo en el Palacio de Los Águila de Ciudad Rodrigo su primera Junta General tras el estallido de la pandemia, en la que se debían decidir varios temas trascendentales para el futuro de la Comunidad desde mañana mismo, pero a la hora de la verdad, ni siquiera se llegaron a votar esas cuestiones, lo que llevó a decir al presidente Nicomedes Pérez al final de la reunión que, “como no ha habido acuerdo, se acabó la campaña de riego”.

Después de que la Comunidad ya tuviese problemas en los años previos a la pandemia (se despidió a la antigua secretaria, a la que hubo que indemnizar), el ambiente se había caldeado en los últimos meses con la aprobación por parte de la Junta de Gobierno de la Comunidad de unas derramas correspondientes a los ejercicios 2020, 2021 y 2022, debiendo pagar cada propietario por cada uno de esos años 67,67€ por cada hectárea (con un mínimo de 17,7€ para los que no lleguen a la hectárea).

El pago ‘de golpe’ de las derramas, y con carácter retroactivo, había suscitado el malestar entre unos cuantos regantes (aunque el 66% de ellos ya las han pagado), que incluso mantuvieron una reunión el pasado mes de julio para analizar la situación, como publicamos en Ciudad Rodrigo Al Día. Finalmente, varios de estos regantes disconformes con esta decisión acudieron a la Junta General de la mañana del domingo con el objetivo de que no se celebrase, según ellos mismos comentaron. De hecho, uno de ellos le dijo al presidente, en pleno arranque de la reunión, que “haces un montón de irregularidades y te la vamos a reventar”, recordándole asimismo que “te dije que iba a haber un cabrón que te la iba a reventar y soy yo”.

De los 492 regantes que tiene censados la Comunidad (a los que pertenecen un total de 917,72 hectáreas regables) acudieron a la reunión 101, que tuvieron que identificarse para poder entrar, lo que como suele ser habitual demoró el arranque. De este modo, aunque la segunda convocatoria de la Junta estaba fijada para las 10.30 horas, no fue hasta las 10.55 horas cuando se completó la entrada de todos los que acudieron.

Sin embargo, la reunión estuvo lejos de empezar en ese momento por las protestas desde el minuto 0 de los ‘reventadores’, que fueron exponiendo que la Junta General se tenía que declarar nula porque –según ellos- no se ajustaba a derecho. Entre los motivos que fueron mencionando estuvo que la convocatoria de la Junta figuraba como ‘Ordinaria-Extraordinaria’ y “o es ordinaria o es extraordinaria”; que la secretaria presente no había sido nombrada por la Junta General (y por ende no podía levantar acta); que el presidente y los otros miembros de la Directiva que se mantienen en sus cargos llevan más tiempo del establecido; o que ya se habían cobrado derramas de los ejercicios 2020, 2021 y 2022 y ahora se querían aprobar en esta cita; considerándolo así un “cúmulo de irregularidades”.

De igual modo estas personas reclamaron “quién había contratado” a una nueva asesora externa fiscal, Josefa Casado, quién fue sin quererlo la protagonista de la reunión, mostrando una infinita paciencia ante lo que se encontró, mencionando ella misma que “no me esperaba esta mala educación”, con continuas interrupciones y malos modos, lo que le llevó a preguntar a los asistentes “si quieren seguir en la anarquía y el abandono como hasta ahora”. El presidente, Nicomedes Pérez, sí se lo esperaba, apuntando que “lo fácil hubiera sido dimitir y no venir, porque sabía que la ibais a liar, pero he venido”, resaltando que “para bien o para mal ahora hay interés”, evocando que antes asistían muy pocas personas a estas reuniones.

En un momento dado, la propia Josefa Casado explicó en torno a su contratación que “la operatividad del día a día alguien la tiene que hacer”, y en este caso, “no había cuentas del 2020 y 2021, lo que era impresentable”, por lo que en una Junta de Gobierno a principios de 2022 se acordó su contratación, al igual que la aprobación de las derramas, ya que durante el tiempo de pandemia no ha sido posible por cuestiones de normativa sanitaria hacer reuniones de la Junta General como era habitual. Así, en este tiempo, se ha seguido la indicación dada a nivel nacional por una asesoría jurídica a las comunidades de regantes de que “se hacía prórroga de todo” (se entiende que de cargos, presupuestos, etc.).

Después de pedir el presidente a los ‘reventadores’ que permitiesen que se desarrollase la Junta General, y “luego si no estáis de acuerdo la impugnáis”, porque consideraba importante que los asistentes conociesen la actual situación de la Comunidad, hubo un ‘amago’ de empezar la Junta casi una hora después, a las 11.48 horas. Sin embargo, a la hora de la verdad fue ciertamente infructuoso, porque esas mismas personas dijeron que los estatutos de la Comunidad no recogen la opción de la votación a mano alzada como se quería hacer para los diversos puntos, sino que se tenía que hacer de forma secreta, algo que obviamente no estaba previsto por lo que no daba tiempo a hacerlo.

A trancas y barrancas, únicamente se dio lectura al Acta de la última Junta General, celebrada en julio de 2019; y se repasaron las cuentas de gastos de los ejercicios 2020 (30.225,84€), 2021 (20.009,65€) y 2022 (teniendo en cuenta los gastos ya efectuados, y lo que queda pendiente en materia de salarios, se estima un gasto total este año de 33.144,61€). Tomando como referencia esos gastos, se criticaron las derramas que se quieren imponer, ya que darían pie a recaudar unos 70.000€ al año, sin que se llegase a explicar en la Junta General para que serían (los ‘reventadores’ acusaron al presidente de quererse quedar con el dinero, algo que obviamente éste rechazó).

Aunque el tema más controvertido de antemano eran las derramas, realmente el que parece más preocupante es otro, que tampoco se resolvió: el bloqueo de la cuenta bancaria de la Comunidad, ya que (según se dejó entrever) las personas que están como titulares de la misma ya no ocupan cargos en la Comunidad. Esto hace que, no se puedan efectuar ingresos (por ejemplo no se pueden seguir pagando las derramas) ni efectuar pagos, como a los acequieros (que llevan desde julio sin cobrar), pese a que hay hasta 110.000€ en esa cuenta.

Así, se propuso que se prorrogasen los actuales cargos de la Directiva que sí están activos (para que tengan acceso a la cuenta bancaria), hasta que haya unas elecciones como tal en la próxima Junta General de noviembre, a las cuales el presidente invitó a presentarse a los ‘reventadores’, pero curiosamente éstos le contestaron, de malas maneras, que “te vas a quedar tú hasta que arregles todo”.

Aunque el presidente dijo que “si la Comunidad sigue bloqueada sin hacer pagos de salarios, seguros, etc., no me hago responsable desde mañana si una persona tiene un accidente”, con lo cual “hay que despedir [a los acequieros] y se corta el agua”, este ‘ultimátum’ tampoco llevó a ninguna parte en la reunión de la mañana dominical, que acabó sobre las 13.35 horas porque tenía hora límite, la de cierre del propio Palacio de Los Águila.

En los últimos minutos de la Junta General, hubo tres propietarios que plantearon problemas concretos que tienen en sus parcelas, antes de que otras 3-4 personas planteasen alguna solución de emergencia (como que todo el mundo pague las derramas y luego si eso que nadie pague cuota en 2023), pero la reunión acabó sin ningún acuerdo, dejando el futuro inmediato de la Comunidad totalmente en el aire. Como mencionaron un par de regantes al salir, “este es el cuento de nunca acabar”; “esto no tiene arreglo”.