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"Siempre al final del camino, por corto o largo que sea, estará Alba, vuestra patria chica, vuestro origen, la raíz de vuestras vidas"
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Alba de Tormes

"Siempre al final del camino, por corto o largo que sea, estará Alba, vuestra patria chica, vuestro origen, la raíz de vuestras vidas"

Actualizado 26/08/2022 17:21
Pedro Zaballos

Tan solo unos días después de haber recibido el título de Hijo Adoptivo de la Villa, Mario Vercher fue el encargado de ofrecer el pregón de las fiestas de la Transverberación

Sen?ora alcaldesa, miembros de la Corporación municipal, Autoridades. Vecinos de Alba, amigos todos. Buenas noches.

Pocos días después de haber recibido el título de hijo adoptivo de la villa, lo que ha supuesto para mi el mayor honor que podía esperar, estoy de nuevo en Alba para ser el pregonero de la fiestas de la Transverberación de la Santa, otro honor que asumo con la mayor emoción y gratitud en este 2022, en el que confluyen las celebraciones del IV Centenario de la Canonización de Santa Teresa, el I Centenario “Honoris Causa” por la Universidad de Salamanca y el 30 aniversario de la Banda de Música de Alba de Tormes.

No es lo mismo empuñar una batuta y dirigir un grupo de músicos, fruto de la vocación y de la profesión, que dirigirme a vosotros para pregonar una fiesta que todos conocéis mucho mejor que yo y habéis vivido desde vuestra infancia. Una fiesta que habéis vivido desde siempre, enclavada en estos días últimos de agosto, conocida como la gracia del dardo y que se enlaza con las que, ya en octubre, viviréis teniendo también como epicentro a la Santa. Una Santa con dos fiestas litúrgicas y dos fiestas populares a la vez. Una circunstancia que distingue aún más a Santa Teresa como una de las grandes mujeres de la Iglesia Universal, en la que su huella es muy profunda. También el hecho de que sus restos estén aquí hace de Alba una villa crucial en el sentido religioso e histórico de la España de aquellos años de la santa andariega por sus caminos y fundaciones.

¿Qué puedo añadir yo que no sepáis de vuestra Patrona, a la que tenéis desde la infancia entre un lugar privilegiado del corazón?

¿Qué os puedo yo decir de las virtudes de Teresa que no conozcáis? ¿Y de las múltiples bellezas que atesora nuestra villa, ducado de Alba por concesión real de 1472?

Muchas páginas de la historia de Espan?a están escritas en Alba y se pueden ver y admirar por cualquier rincón por el que vayamos de paseo. Calles legendarias en las que los siglos fueron dejando su huella. Calles del Arco, Juderías, Manterola...

Entramos en la Anunciación. Estar pisando los mismos pasillos que pisó la Santa en los días duros de la fundación y en los finales de su existencia, impone el ánimo e invita a la oración. Allí reposa su cuerpo incorrupto. Ese monasterio vivió la inicial etapa de su fundación, los avatares que fueron dando forma y ampliación al primitivo lugar. El espíritu de Teresa se impuso contra viento y marea. Conocéis mucho mejor que yo la historia de este lugar sagrado, hoy imán de peregrinos de todo el mundo, fieles seguidores y devotos de Teresa de Jesús que quieren acercarse hasta su última morada.

Es una delicia admirar la torre del homenaje, del Castillo de los Alba, la única que permanece en pie después de que la historia haya escrito algunas páginas muy brillantes en ese monumental castillo hoy desaparecido a causa de las singulares peripecias bélicas, desde la guerra de las Comunidades a la de la Independencia, hasta llegar a consumirse a manos de Julián Sánchez el Charro. Por no librarse ni se libró del tremendo terremoto de Lisboa que tanto daño causó a muchos monumentos de nuestra provincia. Ahí sigue en pie esa torre del homenaje, un verso suelto que habla de la grandeza de Alba.

El convento de las Madres Isabeles es una joya. La bóveda estrellada de su capilla mayor es una oración de la arquitectura a la Madre de Dios.

La Basílica, aunque inacabada, es una maravilla neogótica, testimonio de la perenne e infatigable devoción de esta villa por Teresa. Es una obra de arte con alma, inspira un sentimiento de oracio?n al entrar en ella. En sus naves y columnas se nota recogimiento, ese espacio inspira fervor.

El Monasterio de las Dueñas conserva el único vestigio del llamado convento de afuera hasta que fue trasladado a este lugar. Una excelente portada, labrada con magisterio y pulcritud. Allí está a la veneración una imagen de la Inmaculada de gran categoría artística. En ese santo lugar, entre oraciones y silencios, las benedictinas amasan unos dulces muy estimables, entre otros, las almendras garrapiñadas.

Llegamos al convento e iglesia de los Carmelitas Descalzos donde se honra la memoria de San Juan de la Cruz, siendo el primer templo del orbe cristiano que llevó su nombre. Siguiendo las huellas y el magisterio de Santa Teresa, la orden de carmelitas descalzos se estableció en la villa.

Y sigo mi camino, paso por San Pedro, iglesia perdida tras un incendio en 1512 y reconstruida en origen con el apoyo del ducado, cuyos escudos blasonan la fachada que se salvó del desastre del fuego.

Seguir andando por Alba es encontrarse por ejemplo con el testimonio del románico mudéjar de San Juan, por cuya traza fueron pasando los siglos dejando cada uno de ellos su huella con mayor o menor fortuna hasta llegar a hoy.

Otro ejemplo de esa combinación excelsa de piedra y ladrillo es la iglesia de Santiago, origen del hospital que se fundó allí, que conserva su torre medieval aunque sin el reloj que midió antaño los tiempos de la villa. Tiene un ábside que es todo un canto a la arquitectura más emblemática del románico mudéjar del que Alba presume con largueza. Hasta esa iglesia acompan?aron los albenses el cadáver de su primer señor, Don Gutierre, y hasta ella llegó el Fénix de los Ingenios, Lope de Vega y Carpio a enterrar a su esposa Isabel y a una hija cuando residió en Alba al servicio del duque. Allí hoy se ha dispuesto el más hermoso museo de la alfarería que tanto honra la tradición de esta tierra. El barro en todas sus formas es allí dentro una maravillosa sinfonía de artesanía. Este barro está hecho con la tierra consagrada por el amor de Teresa.

Barreros, coladeros, hornos, obradores...palabras mágicas que cogen, moldean, amasan y cuecen el barro para convertirlo en un pequeño milagro de formas variadas y originales.

Quedan lejos los tiempos de la cerámica de la costumbre, los cacharros inventados para poseer y disfrutar del agua, cántaros, botijos, barrilas, tinajas, vasija...

Artesanía popular dispuesta para acoger y valerse del fuego, cazuelas, pucheros, platos, ollas.

Hoy la costumbre y el uso del barro cocido en la mesa o el fogón ha dado paso a la decoración, al arte. Y Alba presenta la hermosura de su filigrana, joyas del barro cocido, adornado con singular primor. Son verdaderas obras de arte hechas, moldeadas y trabajadas por la mano del hombre y la arcilla, la greda y el juaguete para encontrar colores y matices...¡Qué manojo más hermoso de filigrana se puede admirar en el museo!

Hoy este museo en la iglesia de Santiago es una merecida forma de cantar el trabajo artesanal de tantos alfareros de entonces y de ahora, que sitúan a Alba entre las alfarerías más destacadas, más importantes del país.

Alba tiene como vecino más antiguo al Tormes, el viejo y caudaloso río que le ha dado su nombre an?adido al sello ducal. Y sobre él, con muchos siglos encima, el puente medieval que nos une con el Campo Charro y las demás comarcas hermanas que nos rodean. Sobre ese puente pasan y pasan siempre los peregrinos de la Vía de la Plata. Sobre él, pastores, arrieros llevaron y trajeron sus ganados de un lado a otro. Ahí sigue con sus 23 arcos como cordón umbilical imprescindible que sigue atando a Alba con la provincia.

No quiero cansaros más. Un pregón tiene que ser medido en tiempo y aunque parezca corto, es, como este mío, largo en amor. Porque desde hace unos días soy un hijo más de Alba, adoptado por la música y adoptivo por vuestra gentileza.

Pero ni puedo ni debo callarme sin elogiar y aplaudir el testimonio de los albenses que forman parte de la Banda de Música que hoy es un orgullo para la villa, aunque sea su director el que lo diga y parezca un poco fatuo.

Es un honor dirigir esta agrupación musical desde su fundación y mientras me queden fuerzas e ilusión aquí estaré, a vuestro lado.

Disfrutad de estos días de fiesta. Recordad siempre que al final del camino, por corto o largo que sea, estará Alba, vuestra patria chica, vuestro origen, la raíz de vuestras vidas. Y como fondo el testimonio de aquella mujer infatigable, tenaz, Teresa de Jesús, una vecina de la villa a la que ahora festejamos en su Transverberación un año más. Felicidades.

¡VIVA LA BANDA DE MÚSICA DE ALBA DE TORMES!

¡VIVA SANTA TERESA!

¡VIVA ALBA DE TORMES!