¿Mitos? ¿Leyendas? ¿Cuento?

Tal vez este debió ser el primero de la serie de 5 que hemos titulado ‘De principios y finales’ pues su objetivo es aclarar qué se entiende por mito y qué por leyendas o cuento, pero nunca es tarde, así que vamos a ello.

Según la Real Academia de la Lengua Española, un mito es una narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico; mientras que una leyenda es un relato basado en un hecho o un personaje real, deformado o magnificado por la fantasía o la admiración. Y aquí vemos una primera gran diferencia, la existencia de un sustrato real o histórico engrandecido en las leyendas, que siempre van ligado[1] a un personaje (el Rey Arturo), un lugar (la isla de Pascua) o a un objeto (la caja de Pandora o el caballo de Troya), y trata de ejemplificar conductas, buenas costumbre o normas morales correspondientes a una cultura.

Mientras, los mitos, carecen de cualquier base real o histórica pues son atemporales, situados en un tiempo mítico y están protagonizados por personajes de carácter divino o heroico fruto de la imaginación y la fantasía. Son expresión de las ideas de un pueblo acerca del mundo en el que vive, buscan una explicación sobre hechos o cosas que logra entender. Por ejemplo la existencia del fuego (Prometeo[2]); qué es el eco que se produce en los espacios vacios (la ninfa Eco[3]) o los peligros del exceso de orgullo y arrogancia (Atenea y Aracne[4] o Don Juan Tenorio).

En la mitología griega (me refiero a ella por ser la que más conocemos) los héroes constituyen un caso particular y se pueden agrupar en dos categorías. Los aventureros, que enaltecen cualidades humanas que deben cultivarse: Ulises y Teseo, la astucia; Aquiles, Jasón o el mismísimo Cid Campeador, la lealtad, la fortaleza y el valor. Y los héroes trágicos, siempre castigados por el dolor y la soledad, cuyo final es doloroso y siniestro ya que viene marcado por el destino, como los casos de Orestes, Edipo o Frankenstein.

Por último, y de aparición más tardía, estàn los cuento. Son narraciones breve, orales o escritas, situadas en un lugar y un tiempo imaginario (Había una vez…), con pocos personajes, una pequeña intriga y un desenlace al que en ocasiones se añade una moraleja. Su finalidad es provocar la reflexión sobre alguna conducta adecuada o los perjuicios de ciertos actos. Por ejemplo en 'Pinocho' los efectos de ser un mentiroso; en 'La liebre y la tortuga' los males de la vanidad excesiva, la generosidad frente a la avaricia en 'la Gallina de los huevos de oro' o el poder del amor en 'Blancanieves' o 'la Bella Durmiente'.

Por esa razón, con el paso del tiempo, muchas de estas narraciones han sufrido modificaciones, en ocasiones por motivaciones políticas. Y es que siempre detrás de una cultura se esconden una serie de leyendas y mitos que tratan de darle coherencia y sentido.

A lo largo de la Historia personajes míticos se han incorporado a algunas leyendas y estas han inspirado personajes y argumentos de cuentos tradicionales, como dragones, hadas, objetos mágicos, encantamientos, brujas buenas y malas, magos…; y todo ello ha contribuyendo a ampliar el ideario colectivo de los pueblos.

Según el historiador francés, Georges Dumézil: Un país sin leyendas se moriría de frío. Un pueblo sin mitos está muerto. Porque tanto las leyendas como los mitos y también los cuentos, tiene como finalidad última integrar en la vida cotidiana de una determinada comunidad ciertos valores morales, normas de comportamiento social o conductas civicas apropiadas. Son pues un elemento muy valioso a las hora de intentar comprender las diversas culturas pues forman parte de sus tradiciones, sus esteructuras, sus normas y creencias. Tal vez por eso el gran antropólogo y filósofo francés Lévi-Strauss (no confundir con el de los pantalones vaqueros) dijo: Nada se parece más al pensamiento mítico que la ideologíapolítica.

Además, muchos mitos, leyendas y cuentos han dado origen a términos y conceptos que forman parte de nuestro lenguaje cotidiano aunque en ocasiones no somos conscientes de ello. El complejo de Edipo (mito de Edipo) o el de Electra, narcisismo (mito de Narciso y la ninfa Eco), lesbianismo (del mito de la poetisa Safo que residía en la isla de Lesbos); tener pánico (mito del dios Pan que asustaba y violaba a las mujeres por ser mitad hombre y mitad cabra y su apetito sexual insaciable); afrodisiaco (mito de Afrodita la diosa del amor); atlas (mito del titán Atlas castigado por Zeus a sostener el mundo sobre sus hombros); y muchos otros. Porque el mito, como el lenguaje mismo, enseña, entretiene, mueve a la acción y aporta un importante refuerzo de cohesión social[5].

También hoy se habla de 'mitos' modernos: Mikel Jackson, Elvis Presley, Maradona, Los Beatles, Messi o Rafa Nadal; pero no tienen ni punto de comparación,Porque el mundo del hombre contemporáneo se fundamenta sobre los resultados de la ciencia: el dato reemplaza al mito, la teoría a la fantasía, la predicción a la profecía; son palabras del físico y filósofo argentino nacionalizado en Canadá, Mario Bunge. Una lástima.

[1] Del latín legenda que indica algo que debe ser leído, en un principio se hacía en lugares sagrados.

[2] https://www.prometeo-engineering.com/el-mito-de-prometeo/

[3] https://psicologiaymente.com/cultura/mitos-griegos-cortos

[4] https://redhistoria.com/mitologia-griega-aracne-y-atenea/

[5] Antonio López Eire, Memoria Académica 2001. Vol. 8, p. 13-50.

https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.3015/pr.3015.pdf