"El sensacionalismo llega hasta donde comienza el periodismo inteligente. Quiero decir que hay un periodismo de inferior calidad que se limita a dar respuesta a los sentidos de la vista y el oido (Javier Dario)
La mentira es uno de los complementos de serie en la política, históricamente incluso uno de los más jaleados por esa extraña especie animal carente de memoria y dotada de unas tragaderas asombrosas. Votante la llaman.
Siempre he sido un empedernido lector de periódicos. y, sin embargo, cada vez presto menos atención a los medios de comunicación porque, en mi opinión, hace tiempo que dejó de cumplir su función informativa y de fiscalización del poder (no sólo el político) para venderse al mejor postor. La agenda de la actualidad no la marcan los periodistas, sino los intereses políticos y económicos. Eso al menos es lo que ocurre en los medios de masas.
Siempre me han gustado las noticias, las opiniones contrastadas, los razonamientos bien expresados, y los reportajes o entrevistas bien definidas, me gusta la retórica fluida, y florida, con argumentos elocuentes etcétera. Pero es evidente que, una vez que el papel se fue marchitando, y apareciendo internet, hubo de tomar un giro en las comunicaciones, al imponerse la nuevas técnicas de comunicación, y no podemos negar que el avance ha sido espectacular, como lo ha sido la proliferación de medios aparecidos, y donde ha sido caldo de cultivo, para que incluso los mediocres, o puestos al servicio de propagandas, y de ideología política, hayan producido caladero de periodistas, que mucho hay que buscar, para seguir confiando en la seriedad, el rigor, la transparencia, la pluralidad, con el fin de seguir los referentes, de credibilidad. Por supuesto que existen iniciativas periodísticas honestas, con voluntad de recuperar el prestigio de una profesión que debería ser fundamental para garantizar la salud democrática de la sociedad y, sobre todo, para esparcir entre la población la semilla del pensamiento crítico. El periodismo nunca debería ser complaciente con quienes tienen la sartén por el mango, porque entonces dejar de ser periodismo para convertirse en propaganda.
Hace falta más periodismo honesto, y mi impresión es que para encontrarlo hay que detenerse allí donde, paradójicamente, lo tiene más complicado para desarrollar proyectos estables: la proximidad. Los medios locales y comarcales han sido históricamente escuela de periodistas, a menudo poco más que eso. Por el prejuicio de que mantenerse en ellos era estancarse, pero sobre todo por la precariedad de un trabajo que a menudo se realizaba por afición. El periódico o la radio local eran el lugar donde aprender para dar el salto a la prensa «de verdad», no se podía aspirar a ganarse la vida allí.
Lo que me dice mi experiencia, sin embargo, es que es en el periodismo de proximidad donde uno dispone de la libertad necesaria para aplicar aquello que nos motiva, lo que consideramos razonable, justo, responsable, en definitiva cosas que podemos denunciar, que podemos comunicar, que podemos aplicar el libre ejercicio de la crítica, en una u otra causa Obviamente, no todo son reportajes de investigación, y en el ámbito local existen también presiones y la tentación de los políticos de controlar lo que se publica. Hay muchas fórmulas sutiles para hacerlo.
El periodismo de proximidad cumple además una función fundamental que no se valora lo suficiente: preservar la memoria de los pueblos y ciudades. Periódicos, radios y televisiones locales ejercen de testimonio de esa historia en la que nadie más se fija, de la que con el paso de los años sólo quedan pinceladas. No es ciertamente aventurado el afirmar, que los debates políticos van concluyendo con la fe que en ellos tenía otras veces nuestro pueblo. Derroches de oratoria, lujo de bellas imágenes, ingeniosas habilidades para hacer que el contrario resulte caído y maltrecho.
Nosotros escribidores provincianos, a los que casi nadie lee, no esperamos sin embargo enmienda en los yerros, por el contrario, estamos plenamente convencidos de que nuestras quejas se pierden en el vacío, y por lo tanto son, lamentaciones inútiles. Hemos buceado durante cientos de horas en archivos y publicaciones antiguas, pero también hemos tenido la oportunidad de compartir impresiones con decenas de personas que, desde tiempo inmemorial, han dejado su huella en prensa escrita, radio y televisión. Y mucho antes, tú.
Fermín González, salamancartvaldia.es, blog taurinerías
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