Las mejores horas para tocar en la calle en los meses de verano son las comprendidas entre las ocho y las diez, según Francisco Rojo
Salamanca, como de turistas, en mayo se llena de artistas callejeros que la adornan. La razón es compartida: se hace difícil disfrutar de la intemperie de su clima invernal. “El problema de tocar en la calle es que solo se puede hacer cuando hay buen tiempo” afirma Francisco Rojo, bajista. Empezó a sonar en la ciudad en su época universitaria y años después sabe que los mejores meses para hacerlo van de mayo a septiembre, “luego ya hace demasiado frío y además la gente no se para en la calle”.
A ellos, que no pueden refugiar las manos en guantes o bolsillos, se les enfrían los dedos, “y no hay quien toque”. Los lugares donde es más habitual encontrarlos son el principio de la calle Toro, el principio de la calle Zamora, la plaza del Corrillo, el medio de la Rúa y la Casa de las Conchas. “Hay músicos que se ponen también en la calle Tentenecio y en la calle Compañía, pero suele ser gente que va sola”. Si llegas a uno de ellos y está ocupado, “mala suerte y te vas a otro lado”, aunque es raro que haya problemas de espacio, “suele haber dos o tres personas tocando en la calle por día en Salamanca”.
Las horas en las que hay más músicos en la calle son la del vermut y cuando va anocheciendo, de ocho a diez. “Si lo alargas hasta las once puede ser demasiado porque ya molestas a vecinos que se vayan a dormir”. Entre medias, los salmantinos y visitantes van a comer y se refugian del calor implacable.