Barcones pide tranquilidad a los vecinos de Monsagro y reconoce que se ha complicado la situación

La delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, ha cifrado en más de 400 los efectivos dependientes del Ejecutivo central que trabajan en los incendios de Salamanca y ha enviado un mensaje de tranquilidad a los vecinos de Monsagro y de ánimo a las personas que trabajan en la extinción del fuego.

Barcones se ha referido así a la situación de los incendios en Candelario y Monsagro, en los que ha recordado que la Administración competente es la Junta de Castilla y León, que tiene la dirección de la extinción, aunque el Gobierno de España "siempre está para ayudar" tanto al Ejecutivo autonómico como a los vecinos.

La delegada del Gobierno, quien acudió en la tarde de este martes a la zona para comprobar la situación, ha señalado que más de 400 personas dependientes de la Administración central se han incorporado al dispositivo, con más de 200 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), más de 100 miembros de las BRIF y agentes de la Guardia Civil para garantizar el tráfico y la seguridad vial.

Barcones ha apuntado que en la mañana de este miércoles la situación en Monsagro parecían buenas, pero se ha complicado la situación por una reactivación y por las columnas de humo que dificultan la actuación de los medios aéreos. Sin embargo, en Candelario la situación es más favorable.

Elogios para los mirobrigenses

En cualquier caso, ha agradecido a la corporación municipal de Ciudad Rodrigo y a las personas que trabajan en el dispositivo de acogida a las personas desalojadas de Monsagro el "cariño y la preocupación" que han mostrado. A este respecto, ha señalado que sólo una veintena de personas se ha quedado en el polideportivo de esta localidad, dado que muchos de los desalojados se encontraban en segundas residencias o tenían familiares que podían acogerles.

La delegada ha recordado que el desalojo obedece a una cuestión sanitaria, dado que el peligro que hay en la localidad es el humo, más que el fuego y su cercanía a la población. "No podemos correr riesgos, lo primero es la vida, lo primero es la salud", ha señalado.

Finalmente, ha incidido en el peligro que conllevan las labores de extinción, que no están exentas de riesgo, más aún con el calor "insoportable" que reina en la zona, que hace difícil trabajar en esas condiciones.