De principios y finales I

Al principio creó Elohim los cielos y la tierra[1]… así comienza la Biblia que la mayoría conocemos, pero no todos los relatos sobre la creación afirman lo mismo ni lo hacen de igual modo.

Durante estos años he dicado mis colaboraciones estivales a temas tan diversos como las extrañas criaturas mitológicas, los amores entre divinidades o las distintas diosas y dioses, todos ellos habitantes eternos de diferentes culturas. Este año puede resultar interesante detenernos en el cómo empezó todo, pregunta que, sin lugar a dudas, nos hemos planteado cada uno de nosotros, en un momento u otro, desde que estamos dotados de razón.

Cada cultura, filosofía, ciencia o religión; a tratado de dar respuestas. Pero mientras unas han pretendido ser rigurosas, y explicarlo todo de forma racional – la teoría del Big Bang, la de la evolución de las especies, la de la relatividad, etc. - otras narran relatos que deben ser interpretados, y reinterpretados, de generación en generación. Las primeras, puede que estén más cerca de la verdad, pero las segundas son mucho más fascinantes, provocadoras, sugerentes, incluso hermosas.

Sobre la creación del universo y de cómo hemos llegado a ser lo que somos, hay mucho escrito y todo ello lo podemos dividir en dos grandes grupos. Por un lado los textos que afirman que hubo un principio y por tanto habrá un final, por otro, los que defienden que todo lo que existe es eterno y así viene siendo y así seguirá. Así que en sucesivas colaboraciones repasaremos algunos de ellos, los que me parecen más curiosos, y al final, tal vez, podamos observar ciertas similitudes.

En China, cuentan que en el principio de los tiempos sólo existía el caos, encerrado en un huevo cósmico, y este, estaba formado por fuerzas antagónicas en eterna lucha, el Ying y el Yang, la oscuridad y la luz, lo femenino y lo masculino, el frio y el calor, el placer y el dolor, de la guerra entre estos opuesto hablaría Heráclito[2] y también Tomás de Aquino[3]. Los enfrentamientos provocaron su ruptura y mientras ciertos elementos cayeron y formaron la tierra, otros quedaron suspendidos para configurar el cielo, pero entre ambos quedó P’anku, el primer ser vivo. Cuentan que tenía todo su cuerpo cubierto por un espeso pelo y dos cuernos salían de su frente. Él fue quien con martillo y cincel, creó a todos los seres humanos y les trasmitió la sabiduría, después de lo cual murió.

Aunque cerca unos de otros, las versiones (hay varias) en la India, en el hinduismo, son muy distinta, pero nos quedaremos con la más interesante. Esta dice que existió, al principio, Hiranyagharba, el huevo dorado de la creación, fruto de la unión de Purusha, el espíritu, con Prakriti, la materia. Dicho huevo fue depositado en las aguas del diluvio. Brahma, el dios creador, rompió el huevo y con su cáscara creó los cielos y la tierra, después con su interior dio forma a las montañas, las nubes, los ríos y los océanos. Luego distribuyó todo en 3 esferas.

La primera, Loka, está habitada por los dioses, las deidades medias y los seres inmortales, junto a los astros y los planetas. La segunda, Tala, situada por debajo de Loka, es el inframundo, estancia de las criaturas mitológicas, en principio buenas, pero que se vuelven malvadas sino se les rinde culto. La última es Naraka, el infierno, lugar en el que los pecadores sufren tormento por toda la eternidad. Sobre la creación del hombre podemos leer que el primero fue Manu hijo de Vivasuat (el Sol) y Saraniu (diosa de la Aurora), que fue salvado del diluvio y que reino en la tierra.

Bueno para abrir boca creo que es suficiente y sería bueno tener siempre presentes las palabras que el héroe griego Aquiles, hijo de Peleo y Tetis, le dijo a su primo Patroclo mientras combatían en Troya:

Te contaré un secreto, algo que no se enseña en tu templo, los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, porque cada instante nuestro podría ser el último, todo es más hermoso porque hay un final. Nunca serás mas hermosa de lo que eres ahora, nunca volveremos a estar aquí.

[1] Sagrada Biblia. Traducción de Cantera Burgos e Iglesias González. Serie Maior 1979

[2] Filósofo griego del siglo V a.C.

[3] Filósofo italiano del siglo XXIII d. C.