El salmantino ha entrenado en varias canteras de la provincia, mientras que también cuenta con experiencia en Irlanda antes de dar el salto a Asia
En el mundo del fútbol siempre hay una persona con una historia que contar. Y una de ellas es de la de David Juanes, un viejo conocido en Salamanca al haber formado parte de clubes muy destacados en la provincia como Unionistas, el Santa Marta o el Helmántico, dado que sus experiencias en los banquillos de las canteras charras no han pasado desapercibidas.
De este modo, su hambre y ganas de crecer le han llevado a vivir cosas tan exóticas como llamativas, puesto que en la actualidad se encuentra trabajando en Corea del Sur, pero en el pasado también lo ha hecho en Irlanda gracias al balón. Por ello, el salmantino le ha contado a este medio de comunicación cómo le va la vida: “Si tuviera que resumir esta aventura sería que es una experiencia única y muy emocionante. Cada día que va pasando (en el calendario) es algo nuevo y distinto. Es muy interesante y estoy aprendiendo muchísimo de la cultura coreana. Son gente muy respetuosa y trabajadora”.
Así, el técnico, que trabaja para una empresa subcontratada por el gobierno del citado país, desarrolla ampliamente cómo es su tarea tan lejos de España e indica que “cada día de la semana vamos a diferentes academias de tecnificación y mejoramos la técnica individual de los jugadores de Corea del Sur. En lo que se diferencia la nuestra de otras es en que intentamos trabajar en inglés con nuestros futbolistas. No hablamos coreano con ellos, sino que lo hacemos en inglés para que mejoren su segundo idioma. Es algo que se quiere ir implementando, empezando desde la base para ir hasta más arriba”.
Sin embargo, llegar hasta la otra punta del mundo no es nada sencillo y David Juanes ha tenido que pelear contra viento y marea, aunque ahora echa la vista atrás con orgullo y la cabeza bien alta. “Tuve una entrevista con la Liga Española para participar en uno de los proyectos deportivos que tienen en el sudeste asiático hace aproximadamente un año. Vi que mis puntos débiles eran el inglés y la falta de experiencia trabajando en algo relacionado con el fútbol en Asia. Quería trabajar en ella (en referencia al organismo) o en algo similar porque son proyectos muy buenos. Al mes siguiente de eso, me fui a Irlanda para intentar perfeccionar el idioma. Trabajé seis meses en una escuela infantil y en un equipo de fútbol entrenando. Durante ese tiempo también contacté con empresas, academias y clubes en Asia. Luego surgió la oportunidad de venir al lugar en el que estoy actualmente, en Corea del Sur, y poco después de aceptar el contrato ya estaba trabajando con ellos. Lo hice para superar los objetivos, el reto de mejorar mi inglés y la experiencia de trabajar fuera de Europa. Me dije ‘ve a por ello’”.
Entre tanto, por raro que parezca, al salmantino le ha costado más el cambio de España a Irlanda que el de Irlanda a Corea del Sur pese a las notables diferencias que existen entre un sitio y otro, aunque esto tiene una explicación: “Fue más difícil porque era la primera vez que me iba a vivir solo fuera de mi país. Resultó ser más complicado. Un punto de inflexión lo tuve cuando ya estaba adaptado en Irlanda porque trabajaba en la escuela y entrenaba a la vez. Eso me hizo estar más tranquilo en mi cabeza al ir cumpliendo los objetivos y también sirvió para darme cuenta de que iba por el buen camino. A los seis meses me salió la oferta en Corea del Sur, llevaba mucho tiempo detrás de ello y al final ha sido más que positivo. Me he esforzado para ser mejor”.
Por otro lado, las diferencias en las costumbres y el idioma entre un país europeo y uno asiático sí que se dejan notar en diferentes aspectos, ya que el técnico relata que “la adaptación al país es muy buena porque los coreanos nos lo están poniendo muy fácil y cada día vamos a un pueblo o ciudad distintos. Estamos con mucha gente y nos acogen con una sonrisa en la cara. Es un lujo y nos tratan muy bien”, pero matiza que “el idioma es algo más complicado porque actualmente se busca implementar el inglés y los niños aún no lo tienen asimilado, aunque lo bueno es que siempre nos ayuda un traductor. Nosotros les hablamos en inglés y si no lo entienden por dificultad de las palabras que usamos, el compañero se lo explica en coreano”.
Al ver a David Juanes tan feliz en su periplo en Corea del Sur, una de las cuestiones que se pasan por la cabeza es la de si tiene pensado volver, algo ante lo que responde sin atisbo de duda y con una evidente morriña de su hogar: “Es una buena pregunta (ríe). Tengo contrato hasta noviembre y luego vuelvo a España porque en 2021 no pude disfrutar de la Navidad con la familia al estar en Budapest esperando a empezar mi aventura en Irlanda. Quiero quedarme noviembre, diciembre y enero con ellos y luego ya volver a buscar una experiencia nueva. En marzo podría tener algo en Australia”.
En definitiva, lo que ha quedado más que claro es que el preparador ha cogido el toro por los cuernos en busca de perseguir sus sueños y está bastante más cerca de conseguirlos que hace no tanto tiempo, todo ello después de echarle valor para salir fuera a ganarse la vida, motivo por el que anima a todos los que estén dispuestos a seguir sus pasos a ‘lanzarse’ al abismo, ya que “es una experiencia que puede venir muy bien. Es más llevadero si conoces a alguien y algo único. Mi contacto lo tiene el que quiera preguntarme cualquier cosa o por si necesita mi ayuda, que yo estoy dispuesto a ello”. ¡Vaya historia!