La Asociación Salmantina Protectora de Animales lleva más de 30 años dando calidad de vida a los animales abandonados
Más de 30 años viviendo por y para los animales y luchando para que su causa sea visible, aceptada y respetada. Es la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas (ASAP); la ‘segunda parte’ de esa protectora pionera en Salamanca puesta en marcha en 1988 cuando “no había nada, ni microchip, ni control de animales, apenas clínicas veterinarias... Todo ha avanzado, pero las carencias son muchas y los negocios sucios también prosperan, así como las crueldades”, afirma Fredes Barbero, responsable de ASAP.
Su actividad principal es la recogida y el cuidado de los animales que viven en su refugio, ‘Algarabía’. Gracias al alcalde de El Pedroso cuentan con un gran espacio de 17.000 metros desde 2014, y la solidaridad de la gente hizo posible que se acondicionara para conseguir “esta casa para los bichos”.
Un refugio donde conviven entre 70 y 80 perros y gatos; entre ellos, cuatro perros procedentes de un albergue destruido por la guerra en Kiev, Ucrania. Nunca bajan de esa cifra y ahora los gastos en piensos, veterinarios y otros productos “nos están superando”. Es “complicado” porque dependen de la solidaridad de socios, padrinos, donaciones, clínicas con precios especiales,... “Gracias a ellos esta protectora se mantiene en pie y podemos darles a los animales calidad de vida”.
ASAP funciona por voluntarios y la mano de obra a veces no es suficiente. Y es que abandonos “sigue habiendo muchos, aunque hay más adopciones y más conciencia social”, pero “existen muchas crueldades y en el mundo rural se ven verdaderas barbaridades”.
“Ojalá algún día podamos decir que cerramos el refugio y si no, que se mantenga por casos contados, no por este abandono masivo o por tantas crueldades”, señala Barbero.