Ambos se mostraron agradecidos por esta prestigiosa distinción
La antropóloga argentina Rita Laura Segato y el neurofisiólogo colombiano Norberto García Cairasco se han incorporado en la mañana de hoy el Claustro de doctoras y doctores de la Universidad de Salamanca en un solemne acto presidido por el rector Ricardo Rivero, quien les agradeció su compromiso con el progreso social y humano.
Para el rector, la sesión de hoy demuestra la vocación iberoamericana de la Universidad de Salamanca, “distinguiendo a una mujer y un hombre nacidos en América”, que personifican en sus obras y aportaciones la ciencia y el progreso humano. “Ambos reflejan el paradigma de quien dedica su vida y esfuerzos a ayudar con la inteligencia a los demás, con aportaciones aparentemente distantes, pero en realidad convergentes en el común afán por superar las adversidades, individuales y colectivas”, indicó.
Rivero agradeció a Segato su defensa constante “de quienes son marginados, las víctimas del prejuicio y la exclusión”. “Gracias por reivindicar a las mujeres, por liderar causas necesarias y denunciar la pasividad de los poderes públicos en circunstancias dramáticas, los feminicidios. Gracias por dedicar su labor académica, la escritura, a encontrar modos de decir que los pueblos indígenas, los presos, los pobres de América merecen el mismo respeto que el más poderoso de los hombres de la tierra”, subrayó.
En este acto compartido de las ciencias sociales y humanas con las neurociencias, como ha sido la sesión académica celebrada hoy en el Paraninfo, el rector consideró que el nombramiento como doctor “honoris causa” de García Cairasco no sólo es “un hito” que sitúa al Estudio salmantino “en la vanguardia del reconocimiento de la investigación neurológica”, sino que además expresa “la estima por una trayectoria marcada por la proximidad con el humanismo”.
Rita Segato es la décima doctora “honoris causa” por la Universidad de Salamanca, desde que se invistiera a Teresa de Jesús en 1922. La directora de Igualdad subrayó el fuerte impulso dado por el actual Rectorado en la concesión de este título, que ha sumado siete distinciones en los últimos cuatro años.
Sánchez Barrios enumeró la “fascinante vida y obra” de la profesora Segato, cuyas investigaciones destacan por “la profundidad y el rigor académico, pero que han sabido llegar al gran público. “Es fascinante la vida y la obra de la profesora Segato, su “verbo” apasionado y su “actio” decidida, su defensa de las personas que se encuentran en una posición de mayor desventaja o en una posición diferente”.
En su discurso de aceptación, Segato consideró este doctorado “honoris causa” por la Universidad de Salamanca como un firme “respaldo a las causas que defiendo, y me protege de las muchas veces en que, por defenderlas, me he visto maltratada e inclusive amenazada en la calle y en la universidad también”.
Citó a los escritores Claude Lévi-Strauss y Miguel de Unamuno como referentes del “viaje de mis textos” y reivindicó la importancia de las Humanidades, disciplinas que, “lejos de ser las más frágiles y poco relevantes, como muchas veces las agencias que distribuyen los recursos de investigación nos quieren hacer creer, son extraordinariamente potentes, pues, con su tarea de dar nombres organizan la experiencia colectiva, sientan la grilla de la visión de mundo de una época y formatean la dirección futura de la historia”.
“Ellas son las disciplinas que dan forma y diseño a la realidad y, por eso, tienen la capacidad de orientar el camino de las gentes hacia un horizonte más benigno”, apostilló.
En la misma ceremonia, recibió los atributos de nuevo doctor honoris causa por la universidad de Salamanca, el neurocientífico Norberto García Cairasco, reconocido mundialmente por sus investigaciones sobre la etiología de la epilepsia y el desarrollo de modelos animales de experimentación en esta patología.
Su madrina en el acto, Dolores López García, catedrática de Biología Celular y Patología e investigadora del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, destacó no sólo su “labor y esfuerzo personal”, sino “su empeño en crear de redes de colaboración entre investigadores de diferentes países, tendiendo puentes entre los diferentes investigadores, facilitando la colaboración entre el personal en formación y fomentando la sinergia entre los investigadores tanto básicos como clínicos”.
“Cuando existe una enfermedad tan devastadora como la epilepsia, que afecta al 1% de la población y que es una verdadera catástrofe, no sólo para el que la padece, sino para la familia del enfermo, son precisamente las asociaciones de familiares las que reclaman más investigación para tratar de conocer el origen de estas crisis y corregir o paliar sus efectos en los enfermos que la padecen. Por eso es importante que existan investigadores como el profesor Cairasco”, precisó la investigadora del Instituto de Neurociencias de Castilla y León.
Durante su intervención en el Paraninfo, García Cairasco realizó un recorrido por sus vivencias personales, desde su nacimiento en Cali, donde viví por cinco años en la ladera del periférico Barrio Siloé”, su juventud, en la que se quedaron muchos por el camino, hasta convertirse en biólogo en la Universidad del Valle en Cali, donde se adentró en la docencia, dando clases de Biología y Genética, e iniciar posteriormente “la caminada por los senderos de la complejidad del cerebro, de sus redes, del comportamiento allí engendrado y de lo que íntegramente, más recientemente, llamamos Neurociencias” por países como Colombia, Brasil y Estados Unidos, entre otros.
Su relación con la Universidad de Salamanca y, concretamente con el Instituto de Neurociencias, comenzó en 2001 cuando participó en un simposio relacionado con audición, en el que presentó datos de integración sensorio-motora en animales seleccionados genéticamente para epilepsia. “La química de nuestra interacción fue tal que, a partir de ese evento, me convertiría en asiduo visitante de Salamanca y de la USAL, intercambiamos nuestros saberes, técnicos y alumnos y construimos proyectos conjuntos con recursos, tanto de España como de Brasil”.
Foto de Vanesa Martins