La magia de Tony’s Show quiere despedirse en su tierra y que Salamanca sea el escenario de su última función
La magia ha sido su vida desde hace casi medio siglo. Tras incalculables kilómetros recorridos llevando ilusión, provocando sorpresa y arrancando sonrisas, el mago Tony pone fin a su larga trayectoria como artista.
Antonio González ha dedicado “45-50 años” a este arte; un largo tiempo en el que la magia de Tony’s Show ha llegado a incontables rincones de España y Sudamérica. Ahora ha decidido ‘bajarse’ del escenario.
Una “jubilación anticipada” en la que ha influido la pandemia del covid. “Lo ha destrozado todo, nos ha perjudicado a todos los artistas”, lamenta este mago salmantino. Por esta razòn y porque ya son muchos años de trabajo y “no me apetece, ya estoy vago” es por lo que ha decidido no retomar la actividad cuando más o menos se ha vuelto a la normalidad.
Tony se inició en el mundo de la magia cuando tenía poco más de 20 años. Él era cómico y “un payaso me enseñó” este arte, “luego ya fue todo seguido como el pasodoble”.
Han sido numerosas sus actuaciones en España, trabajando primero con su ya fallecida esposa. Recuerda que en esa época actuaron durante cinco años en el Teatro Chino, “con todas las grandes figuras” del momento, como Fariña y Manolo Vega. Y recuerda emocionado una actuación en la plaza de Anaya de Salamanca, en la que incluso lloviendo, nadie se movió y siguió disfrutando de su espectáculo.
Pero sus actuaciones no se han ceñido a España y han sido mayores en Sudamérica. “Cada 15 de agosto me iba con un circo a Sudamérica y estaba ocho meses recorriendo distintos países”, como Ecuador, Perú y un largo etcétera.
Ahora quiere dejarlo, porque dice estar “cansado de tanto viaje”. Y es que “han sido muchos años, muchos kilómetros recorridos, incluso he pasado hambre…”, relata, haciendo referencia a que así es la vida de muchos artistas.
Pero todo ese esfuerzo ha merecido la pena. La mejor experiencia es “cuando la gente me enseña los dientes”, afirma, refiriéndose a cuando su público se ríe, “y sobre todo cuando los niños y los no tan niños también se quedan con la boca abierta”, porque “quiere decir que lo estás haciendo bonito, que les gusta el espectáculo”. Todo esto es “lo más bonito” y le produce una enorme satisfacción”.
Ahora que él dice adiós a este mundo de la magia, quizás uno de sus hijos, el pequeño, “siga mis pasos, porque le gusta y estoy haciendo un poco de maestro”.
Pero la magia de Tony’s Show quiere tener una última función. Antonio González tiene especial ilusión en que sea Salamanca el escenario de su despedida. “Soy un salmantino que siempre ha llevado donde he ido la bandera de Salamanca, y me gustaría despedirme más o menos bien en mi ciudad”, resalta, por lo que “lo estoy intentando”. Esta actuación final pondría el broche de oro a este medio siglo de magia con Tony.