Se trata de una selección "realmente única" y de "gran calidad" que se sumará a los fondos expuestos en el Museo Art Nouveau y Art Déco
La coleccionista María Rosa Pellew de Urquijo ha donado 49 muñecas de porcelana de finales del siglo XIX y principios del XX, tres de ellas autómatas, una selección de piezas "realmente única" y de "gran calidad" que se sumará a los fondos expuestos en el Museo Art Nouveau y Art Déco-Casa Lis de Salamanca.
Según la información facilitada en la rúbrica de la donación, a la que ha asistido la mecenas junto al alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, y el director del museo de la Casa Lis, Pedro Pérez Castro, estas nuevas piezas, que conforman "la mejor colección de muñecas que hay en España" y que estaban en manos privadas, se expondrán de manera permanente en una vitrina hecha 'ad hoc' para ellas antes de que finaliza el presente año.
Por ello, el regidor municipal y también presidente del Patronato de la Fundación Manuel Ramos Andrade, que rige el devenir del museo, ha mostrado su agradecimiento a la coleccionista por donar "la obra de una vida" en busca de piezas únicas, concretamente muñecas alemanas y francesas que han pasado a la Casa Lis, donde se ven "cosas únicas" de esa época relacionada con el Art Nouveau y el Art Déco.
Por su parte, el director del museo ha explicado que el centro expositivo ha recibido a lo largo de los últimos 27 años distintas propuestas para incorporar fondos, pero que habitualmente se han desestimado por no alcanzar la "calidad" de las ya presentes en la colección permanente de la Fundación Ramos Andrade o por estar fuera del "contexto" de lo que ofrece el museo.
En esta ocasión, ha continuado, ha sido "fundamental" incorporar las 49 piezas, tres de ellas autómatas, por la "gran calidad" que atesoran y por ser fruto de la colección de una mujer que ha ido recopilando "a lo largo de toda su vida" estas recreaciones de indudable valor artístico.
Sobre María Rosa Pellew de Urquijo, nació en Torremolinos y pasó la infancia en Inglaterra. Allí, siendo niña, en los años 80 del pasado siglo, recibió tres muñecas de porcelana de un familiar, lo que marcó su afición por estas piezas y lo que incentivó su interés por incorporar nuevas creaciones a su colección a lo largo de décadas.