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Magia, supersticiones, brujería… alrededor de la Peña de Francia
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Magia, supersticiones, brujería… alrededor de la Peña de Francia

Actualizado 28/06/2022 10:04
Isaura Díaz Figueiredo

La definición de la brujería como adoración al Diablo se difundió por toda Europa mediante una serie de tratados de demonología y manuales para inquisidores que se publicaron a finales del siglo XV d. C.

¿Cuál es el origen de las brujas?

La Tesalia, pradera fértil con múltiples cursos de agua, puede ser la región de origen de las brujas en Grecia; Lucio Apuleyo la califica de “Tierra natal del arte mágico”,? muchos personajes mencionados en la literatura tienen ahí el origen.

La enigmática Peña de Francia (Salamanca) lugar imantado por la magia, esconde muchos misterios. Se pueden ver marcas desde el Neolítico. Referente a lo misterioso, nos encontramos con la historia del Fantasma de la Peña de Francia. Dama entonando un extraño canto. Toda la región está enormemente unida a inframundos: Granadilla, La Alberca... recuerdos que continúan presentes en los vecinos, como la historia del perro negro, las Campanas de las Ánimas y las apariciones de la serranía de la Peña Francia.

Dejó escrito mi paisano (DEP) D. Ramón Otero Pedrayo: desde la Peña de Francia podemos visualizar el Monte Faro, así como el Pico Sacro; a los 914 metros de altitud se ve una Capilla, cuya advocación es la Virgen de la Peña de Francia.

Cuenta la tradición: tres hermanas que vivían en la Sierra de la Martiñá orensana, tuvieron que huir de las brujas que allí llegaron, cada una escogió un lugar: la llamada Morena es nuestra Virgen de la Peña de Francia, otra fue para el Monte Faro, concretamente la aldea de Requeixo, y la llamada Magdalena fue a Forcarei. Las romerías se vinculan a leyendas, cuyo nombre está marcado por la famosa Victoria de los Gallegos frente a los franceses en la Guerra de la Independencia Napoleónica. Si bien podemos enmarcar los orígenes de la mencionada romería entre los S. XVII-XVIII, la Peña de Francia, fue –posiblemente- el elegido para de cristianizar aquellos aldeas donde se practicaban cultos paganos. Las zonas elevadas eran los enclaves elegidos para oficiar cultos anteriores proto cristianos.

La magia, la brujería, y en general la invocación de fuerzas y seres sobrenaturales para obtener determinados resultados, está presente en la cultura humana desde sus mismos inicios, y sigue presente en todas las culturas actuales. Desde muy antiguo se establecieron castigos para las personas a las que se atribuía causar daños mediante la invocación de fuerzas y seres sobrenaturales, como sucedía con la magia negra. Tanto en el Código de Hammurabi (la prueba del agua) de Babilonia, como en el Antiguo Egipto se castigaba a los magos malignos. Sin embargo, nunca se llegó a una persecución masiva de presuntas brujas.

Culturas, tanto antiguas como modernas, han reaccionado de forma puntual a las acusaciones de brujería con miedo supersticioso o religioso, y han castigado, torturado y asesinado, a los practicantes. Pueblos de Europa, Asia, pre América anterior y posterior a la conquista, África y Oceanía, creen o han creído que chamanes, brujos, sacerdotes, nigromantes, y en general individuos con supuestos poderes pueden provocar o invocar a seres sobrenaturales, diabólicos o demoníacos, para causar daños a distancia. En algunas de estas culturas toda desgracia, enfermedad o muerte es atribuida al diablo, demonios, o al mal causado por un tercer OJO ( el brujo).

La Biblia, en el Antiguo Testamento, prohíbe la magia y la adivinación: “No realizaréis adivinación ni magia” (Levítico 19:26) y establece la pena de muerte para los magos: “Los magos no los dejarás vivir” (Éxodo 22:18). Esta formulación fue traducida en género femenino por Martín Lutero, “Las magas no las dejarás vivir”.

En otros lugares de la Biblia, encuentros con magos y adivinadores se relatan de forma más positiva. El rey Saúl busca consejo en la Bruja de Endor (I Samuel 28,5-25), a pesar de que él mismo había prohibido la adivinación, por su desesperación ante los filisteos. En cambio, los Reyes Magos que rinden homenaje al niño Jesús (Evangelio de Mateo 2,1-2) no son realmente hechiceros o adivinos; el original griego la palabra magi, designaba a sabios y científicos, más que a brujos.

Los magos, nigromantes y brujos habían existido en toda Europa, Asia y África sin ser perseguidos. Su magia era considerada magia blanca. El Código Teodosiano promulga, por primera vez, una ley en contra del ejercicio de la magia, en 429. El Código de Justiniano, 534 d de Cristo, prohíbe consultar a los astrólogos y adivinos por ser una profesión depravada. El Concilio de Ancira o Concilio de Elvira, en 306, declara que matar a través de un conjuro es un pecado y la obra del demonio. El Concilio de Laodicea, solicita, , la excomunión de todo aquel que practique la brujería o la magia.

La Iglesia primitiva en general no participa en estas persecuciones, y prácticas sobre el pensamiento brujeril, al verlos como una superstición (Canon episcopal

La caza de brujas, término que acuñado en el siglo XV, entre los años 1420-1430. Es en ese momento se extiende la creencia de un nuevo enemigo contra la Cristiandad: la brujería, se diferencia de la hechicería tradicional por la intervención del diablo, de ahí que también sea conocida en francés como (sorcellerie démoniaque) a diferencia del inglés o del castellano, existe una única palabra, sorcellerie, para designar por igual a brujería y la hechicería. A partir de ese momento las brujas son el nuevo chivo expiatorio de la Cristiandad, después de los herejes, leprosos y judíos. De hecho en algunos documentos se les llama les Nuevos herejes. Son la nueva encarnación del mal, que hay que extirpar para purificar la Cristiandad ? herejes; idólatras, demonólatras; y apóstatas, en cuanto reniegan de Dios y hacen rituales contra Él o la persona que desean causarle mal, esa fue la justificación de persecución. Conocidos como secta de apóstatas e infieles, afirma el tratado La Vauderye de Lyonois, escrito para combatirla por los dominicos de Lyon hacia 1440. En el Traité contre le crime de vauderie del canónigo de Tornai, Jean Taincture, escrito sobre 1465, se considera a los brujos más execrables que los musulmanes o paganos.

¿Cómo se llaman las brujas que viven juntas?

A partir del siglo XIX, muchas brujas, médiums y sacerdotisas emplearon la palabra coven, para organizar sus encuentros en vez de aquelarre. Se suponía que la palabra era una palabra mágica que potenciaba las reuniones y protegía a sus miembros.

Él o la persona que desean causarle mal, esa fue la justificación de persecución. Conocidos como secta de apóstatas e infieles, afirma el tratado La Vauderye de Lyonois, escrito para combatirla por los dominicos de Lyon hacia 1440. En el Traité contre le crime de vauderie del canónigo de Tornai, Jean Taincture, escrito sobre 1465, se considera a los brujos más execrables que los musulmanes o paganos.

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