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Regreso del rey
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Regreso del rey

Actualizado 21/05/2022 09:38
Francisco Aguadero

No, no se trata de una restauración monárquica, aunque por el ruido que se está haciendo lo pareciera. Afortunadamente, tenemos un Rey, Felipe VI, que desde que asumiera la Jefatura del Estado en 2014, está haciendo realidad las exigencias contenidas en su propio discurso de proclamación en cuanto a mantener una conducta íntegra, honesta y transparente.

En realidad, se trata de una visita que nos hace, estos días, Juan Carlos I, quien se marchó hace 655 días, sin dar ninguna explicación y así vuelve desde Abu Dabi, donde fijó su residencia habitual, por la misma puerta trasera por la que marchó, situada en Sanxenxo, Galicia. Soy de los que piensan que no debió irse. Esta es su casa y hay múltiples lugares, en suelo español, en los que disfrutar de un retiro tranquilo y placentero.

Visita que lo es todo menos discreta y personal en ámbitos privados, como se había dicho que serían sus visitas. Es una visita que no deja indiferente a nadie. Todos estamos pendientes de él: políticos y partidos, medios de comunicación, redes sociales, tertulianos y ciudadanos. Amén de empresarios que ven la visita a su tierra como una promoción para el turismo, de hecho, las reservas hoteleras están completas, e instituciones gallegas que lo protocolizan como una visita de Jefe de Estado. Todo ello se da en torno a esta visita de Don Juan Carlos de Borbón, por tanto, noticia del día, de la semana y hasta del mes.

Acontecimiento que viene a reactivar las divisiones y enfrentamientos en la política española sobre pros y contras, partidarios y detractores, monarquía o república. Un debate propio de una democracia consolidada como es la española, pero que no es el momento, dada la situación económica y social que requiere unidad, consensos, generosidad, solidaridad, empatías.

Al rey Juan Carlos I hay que reconocerle lo mucho que hizo por el país, su contribución a la llegada de la democracia y a una transición política que fue modelo internacional e, internamente, el periodo más glorioso de la España contemporánea. En ello sus méritos son indiscutibles. Lástima que determinados comportamientos personales hayan dañado su buena labor como Jefe de Estado y la buena opinión que de él tenían muchos españoles.

Opinión que empezó a cambiar, en parte de la sociedad española, con el incidente en África durante un safari en 2012, mientras su país padecía una enorme crisis financiera. La petición de perdón que hizo entonces, pronto quedó semiolvidada al conocerse los movimientos internacionales de millones de dólares y las regularizaciones fiscales tardías que se vio obligado a hacer, por no haber cumplido en su momento con el fisco. Volver ahora de regatas a Sanxenxo, como haría en cualquier otro año, revela un gran desenfoque sobre el deterioro de su imagen pública, y, en alguna medida, de la misma institución de la Corona, por su conducta antes y después de la abdicación en 2014.

Como suele ocurrir, la ambición por acumular riqueza le jugó malas pasadas a Juan Carlos I y ha venido a empañar su buena labor como Jefe de Estado. Puede que tuviera celos de ser una de las monarquías con menos capital, aunque esa idea de acumular parece que ya la tenía siendo príncipe, allá en el 73. Ahora se habla de una supuesta fortuna en el extranjero, aunque la justicia no le haya podido condenar y esté exonerado de cualquier responsabilidad penal, ya sea por la inmunidad de que gozaba como anterior titular de la Corona, por la prescripción de los delitos, o por la regularización fiscal que presentó, tardíamente. Pero queda por saber cómo se le recordará: por su labor de Jefe de Estado o por su avaricia como acumulador de capital y comportamientos personales poco edificantes. La historia nos dirá.

Volver después de casi dos años, desde que se expatrió en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) el 3 de agosto de 2020, para asistir a unas regatas, no es la mejor manera de conciliarse con la sociedad española. Sin perjuicio de que cuente con el consentimiento de su hijo, Felipe VI, y de que no haya sentencias judiciales adversas que se lo impidan. Él es hombre, ciudadano español libre y como tal puede moverse e ir donde quiera. Pero hacerlo de esta manera, denota que ni él ni sus asesores han entendido ni interiorizado la gravedad de lo ocurrido, ni del daño que le hacen a la Corona.

No hay ninguna razón legal o jurídica que impida a Juan Carlos I venir a territorio español. Los motivos antes comentados por los que se archivaron las causas (se mantiene abierta una querella en Londres) no impidieron que, en los decretos de archivo de las mismas, quedaran indicadas conductas incompatibles con la ejemplaridad exigible a quien fuera Jefe del Estado durante casi 40 años. El precio jurídico pagado por Don Juan Carlos, por las irregularidades conocidas, fue muy benévolo con él. Pero el comportamiento ético de su conducta sigue siendo cuestionable por una parte importante de la población. El crédito y el cariño que, masivamente, le otorgó la ciudadanía durante muchos años, lo dilapidó con sus acciones nada ejemplarizantes.

El lunes habrá un reencuentro entre Don Juan Carlos y el rey Felipe VI, padre e hijo, en el Palacio de la Zarzuela, casa de la familia real española y sede de la Jefatura de Estado, razón esta última por la que Don Juan Carlos no podrá pernoctar allí, pero sí será un encuentro familiar que debiera haberse producido en primera instancia tras su regreso, antes de asistir a ningún evento lúdico como la regata de Sanxenxo, aunque para ello hubiera tenido que regresar antes de Miami su esposa, Dña. Sofía, siquiera por cortesía y porque España se lo merece. Como también se merecen los españoles una explicación y unas disculpas sobre la acumulación de su fortuna, por parte de quien fuera Jefe del Estado por muchos años y en quien se depositó un filón de confianza.

La supervivencia de la Corona depende mucho de su adaptación a las necesidades y requerimientos de la sociedad a la que se debe. Una ley de la Corona que actualizara la institución no vendría nada mal. La Monarquía española es de todos y nadie debería apropiársela, eso sería hacerle un flaco favor. El tiempo dirá.

Les dejo con El Barrio en He Vuelto

https://www.youtube.com/watch?v=yR45gtPT9u4

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© Francisco Aguadero Fernández, 20 de mayo de 2022

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