No hay una ley que establezca un límite, pero el Banco de España sí lanza unas recomendaciones que siguen la mayoría de las entidades financieras
No hay ninguna ley en nuestro país que establezca una edad máxima para solicitar un préstamo hipotecario, por lo que son las entidades financieras las que fijan este límite. No es una cuestión menor a la hora de pedir una hipoteca, ya que esta influye de manera directa en la capacidad de endeudamiento, en el plazo de amortización, la solvencia financiera del comprador y en el riesgo de impago.
El Banco de España recomienda que el plazo de amortización de una hipoteca no supere los 30 años y que el pago de la última cuota sea realizada por el titular antes de cumplir los 75 años. Dicho de otra manera, recomienda que no se solicite una hipoteca a 30 años después de cumplir los 45 años. La mayoría de las entidades financieras marcan su límite de edad en 75 años, e incluso algunas lo rebajan hasta los 60 años.
Tal y como hemos señalado, la edad es uno de los principales factores a tener en cuenta a la hora de fijar un plazo de amortación. Estableciendo como el periodo máximo recomendado para completar la devolución de una hipoteca en 30 años, a mayor edad, el número de años para pagar desciende. Esto significa que, aunque se conceda la financiación hipotecaria a una persona, por ejemplo, con 50 años, el plazo de amortización será como máximo de 25 años. Ello conlleva que las cuotas mensuales sean mayores que en el caso de otro comprador más joven, que puede extender el plazo de amortización hasta el máximo recomendado de 30 años.
Por tanto, a la hora de pedir una hipoteca, los más jóvenes, aunque tengan una situación laboral menos estable o cuenten con menos ahorros, tienen la posibilidad de conseguir un préstamo hipotecario con un plazo de amortación más largo.