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El domingo en la Feria del Libro, M.A. Carmona del Barco y su “Alegría”
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La alacena de los libros

El domingo en la Feria del Libro, M.A. Carmona del Barco y su “Alegría”

Actualizado 08/05/2022 20:21
Charo Alonso

El autor pacense, galardonado con el XXIV Premio de Novela “Cuidad de Badajoz” presentó su obra en la Feria del Libro de Salamanca

Domingo de sol, de banda municipal magistralmente llevada por el director Velcher, que ya es un clásico para alegrar una mañana de luz donde pasear entre libros en este marco incomparable –y repetir la idea es necesario para insistir en que las casetas no le quitan a la Plaza churrigueresca ni un ápice de belleza-. Domingo de sol y de alegría en el encuentro, las portadas que amamos, las gentes a las que saludamos y un libro que puso en mis manos Isabel Sánchez, sabedora de las afinidades electivas que unen a los autores y sus presentadores, aquellos que intentamos contagiar nuestro entusiasmo por el libro y el escritor sin desbaratar mucho el argumento.

Un argumento que en M.A. Carmona es pura alegría. Vestido de morado, recién llegado de esa periferia que habita desde el amor a su tierra y que define “No como una rémora, sino como un ancla”, el autor es un conversador entregado, y hay que dar las gracias mil veces a Isabel Sánchez y a su equipo ¡No hay en España una mejor Feria organizada por una biblioteca pública, municipal! que llevan el segundo día de la Feria número cuarenta con profesionalidad y enamoramiento… porque aún les dura la visita de Theodor Kallifatides y sus palabras emocionadas, porque acabamos de empezar y se suceden las firmas, los conciertos, las charlas, los encuentros, las firmas, el teatro y las actividades con los colegios. Mañana, tarde y noche de Feria, viviendo en la Plaza, disfrutando en la Plaza, haciendo que todo funcione a despecho del cansancio, del sol o la lluvia, el frío o el paso de las gentes.

Sabe de entregas y de agradecimientos Miguel Ángel Carmona. Viene con su última novela este autor, tallerista, profesor de escritura creativa, implicado en el fomento de la lectura y en la narrativa desde una documentación que es inmersión. Su “Kuekibo” del 2017 hablaba de los niños que sufren guerra y desarraigo, su “Alegría” parte de los testimonios de mujeres maltratadas que sirvieron de base para un personaje que enamora al lector desde la primera página y que cuenta su historia casi determinada desde la cuna al maltrato sin que pueda ser salvada ni por su interés por los estudios ni por su amor por la lectura. “Cavamos bajo los pies de nuestros hijos un surco muy pesado” afirma este autor que escribe “para entender el mundo en el que vivo aunque la literatura no está hecha para dar respuestas, sino para plantear otras preguntas”. Tiene M.A. Carmona un discurso sabio, una sensatez desarmante: “Quizás todo se solucionase replanteándonos nuestra relación con la violencia, dejando de pegar, humillar, maltratar al niño aunque parezca obvio”.

“Alegría” es una dura novela escrita desde el conocimiento, el virtuosismo del autor, su capacidad para sugerir, dialogar, darle voz a un personaje que atrapa al lector, cualidades que M.A. Carmona otorga modestamente “al oficio, igual que un carpintero acaricia la madera y sabe qué hará con ella”. Un oficio al que entrega su amplio conocimiento del tema, su deseo de escribir, su convencimiento de que hay un mundo de la vida diaria, de la gente corriente de donde salen las historias, de ese barro adonde hay que bajar manchándose. Nada de concesiones ni a la musa ni a la inspiración, trabajo, esa linterna que según el autor, ilumina un momento de la vida de los personajes que protagonizan sus libros, libros donde desbroza, pule, quita y nombra una realidad incómoda, terrible, en la que la protagonista habita una historia que es la suya sin culpar a nadie.

Tiene “Alegría” el peligro de la novela comprometida, la novela de tesis y sin embargo todo lo sortea con la voz rotunda de la protagonista, su fuerza, sus siete simbólicos años de periplo hasta que en el 2003 cambia la Ley orgánica y la red institucional se une a la red informal de quienes asisten en ambos sentidos de la palabra a la víctima del maltrato. Para M.A. Carmona, que nos mantiene pendientes de su acertado discurso, lo complicado es acompañar al personaje que siempre está en el borde del desastre, sabiendo que tratar de ayudar más allá significará que la víctima se cierre en banda. El lector, el testigo del drama del maltrato, ha de estar ahí, a pesar de que quién camina por la cuerda floja del abuso se negará una y mil veces a recurrir a su ayuda. Impotencia y dolor magníficamente relatado por un autor que, en una de sus visitas a los juicios a los que asistió para documentarse, leyó grabada en uno de los bancos de madera la palabra “Libertad”.

Habitante de una periferia que vive desde la raigambre y el conocimiento que le ha permitido situar su novela en ese desconocido Badajoz que reivindica con naturalidad, es M.A. Carmona un autor sabio que se enfrenta al público no para dar respuestas, sino ofrecer nuevas formas de preguntar. Y lo hace con un bagaje que después, en la novela, se hace ligero, vivo, lleno de gracia. Es la alquimia del escritor, de ahí que el proceso de documentación se convierta en esa cualidad indecible que es la literatura. Y hasta lo más horrendo, lo más vil, se recubre de belleza. Como esta jornada dominical plena de sol en la Plaza de los libros, el único lugar donde merece estar nuestra Feria de todos los encuentros. El mejor.

Charo Alonso.

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez.