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De la Represión sexual a la crisis del Sistema de Cuidados
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De la Represión sexual a la crisis del Sistema de Cuidados

Actualizado 28/04/2022 18:16
Félix López

Hasta los años 50 del siglo XX, en los países democráticos, en España hasta muy avanzada la dictadura de Franco, la sexualidad y las relaciones amorosas fueron muy reprimidas con leyes, costumbres y una moral muy represiva, en un Estado Confesional.

Ahora, las cosas han cambiado. El problema no es la represión sexual, sino la crisis del Sistema de Cuidados.

El Sistema de Cuidados es el nombre que se da a un conjunto de conductas que llevan a cabo las familias, en nuestra sociedad, sobre todo las madres (y cada vez más padres) con los hijos e hijas que, como respuesta, se vinculan (Apego seguro) a ellos. También se usa para referirse a los Cuidados que se ofrecen mutuamente en las parejas de hecho o en los matrimonios, donde también se llega, con frecuencia, a establecer el Apego entre ambos.

En la actualidad tenemos más libertad, y eso es un gran logro; pero el Sistema de Cuidados está en crisis.

Las causas de esta crisis son muchas y profundas, aunque hay bastantes familias y parejas que siguen funcionando muy bien.

Causas económicas.

La movilidad laboral, la preferencia por vivir en la ciudades grandes y la necesidad de tener un buen currículum, para tener trabajo y evitar los salarios precarios. Se rompe las familias tradicionales, entre la España vacía y las ciudades, los matrimonios inter-regionales e internacionales, los padres y los hijos, los abuelos los abuelos y los nietos y, a veces, hasta entre los miembros de las parejas. Es lo que han llamado Beck y Beck “el normal caos del amor”.

Cambio en los valores y estilo de vida.

Las personas más jóvenes conceden más importancia al ocio y a la libertad, retrasando el compromiso con la pareja y la decisión de tener hijos o hijas, porque suponen un gran costo económico y limitaciones en el tiempo de ocio y en la libertad.

El formar parejas y comprometerse ha dejado de ser una obligación ( un buen logro individual). Pero, desde el punto de vista social, más personas deciden vivir solas o en parejas de hecho con las que, con frecuencia, no comparten techo o no tienen hijos, etc.

Hemos aprendido e interiorizado los valores de nuestra sociedad de mercado: trabajar y consumir, vivir y disfrutar de la vida, no tener prisa para adoptar compromisos, etc.

A los hijos e hijas, en esto les hemos igualado por abajo, no les educamos en el Sistema de Cuidados, sino que nos conformamos, si lo conseguimos, con que vayan bien en los estudios y no nos den problemas de conducta especiales. En muchos casos, no les educamos en el Sistema de Cuidados, sino en ser cuidados. “Está en casa como si viviera en un hotel”, nos dicen los padres, con frecuencia.

Las indicadores de esta crisis son muchos:

a) Problemas nuevos:

- La soledad no deseada de muchas personas.

- Los nacimientos son pocos y, con frecuencia, tardíos.

- Problemas demográficos en numerosos países.

- Han aumentado mucho los suicidios en la adolescencia.

- Varios millones de personas viejas viven solas, mueren en soledad o pasan muchos años en residencias.

- De hecho, no son pocos los hijos, especialmente los varones, que cuidan poco o mal a sus padres y madres.

- La inestabilidad de las parejas es mayor, sin que acabemos de aprender a separarnos, sin hacer daño a la pareja y a los hijos.

- Bastantes varones no se han incorporado al sistema de cuidados; y cada vez mayor número de mujeres dejan también de cuidar, bien porque están demasiado ocupadas o porque no aguantan ser las únicas cuidadoras (con razón).

a) ¿Ventajas individuales para algunos?

Esta sociedad está cada vez más adaptada para las personas adultas, con trabajo e independientes, si gozan de:

-Recursos económicos.

-Cierto nivel cultural.

-Libertad de movimiento y estilo de vida sexual y amorosa.

-Acceso a diferentes formas de ocio y consumo.

-Sin personas dependientes a su cargo.

¿Vamos hacia una sociedad de personas independientes, con menos lazos de pertenencia, sin hijos y viviendo solas?

No es un problema generalizado. La familia sigue siendo la institución más valorada. Muchas personas se han socializado bien, han sido bien cuidadas y han aprendido a cuidar. No estamos aún en una situación de catástrofe social.

Pero unas por opción personal legítima y otras por las dificultades de la vida (las “excluidas” del bienestar en una sociedad muy desigual), lo cierto es que, por un lado, cada vez hay más gente sola y, por otro, más personas en condiciones de pobreza o necesidad, en la que es difícil cuidar y ser cuidado.

¡Ojalá!, liberados de la represión sexual y política no abandonemos el Sistema de Cuidados y consigamos que haya más igualdad (uno de los problemas más graves de nuestra sociedad) , más libertad y más fraternidad (sin caer en el individualismo del “sálvese quien pueda”).

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