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Lágrimas, abrazos y emotiva ofrenda floral tras la suspensión por la lluvia de la procesión del Cristo del Humilladero
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PEÑARANDA

Lágrimas, abrazos y emotiva ofrenda floral tras la suspensión por la lluvia de la procesión del Cristo del Humilladero

Actualizado 13/04/2022 08:30
Redacción

El desfile vivia un intenso aguacero tras iniciar su recorrido por las calles, obligando a trasladar las imagenes hasta la parroquia como medida de emergencia

La noche de este Martes Santo ha sido la de las emociones a flor de piel, la devoción y el fervor del barrio de Chamberí, al que se unían varios cientos de personas, para vivir la tradicional Procesión del Santo Cristo del Humilladero, que pisaba las calles de manera oficial por primera vez tras la profunda restauración que ha vivido.

La imagen, acompañada por Nuestra Señora de las Lágrimas, salía de su Ermita pasadas las nueve de la noche para iniciar una esperada procesión que contaba con una comitiva de cerca de 200 cofrades, a los que se unieron representantes municipales y de las diferentes cofradías de la Hermandad, todos ellos acompañados por los sones de la Banda salmantina Amor y Paz.

Todo comenzaba con normalidad pero, a poco más de 200 metros de la Ermita, comenzaban a caer unas primeras gotas de lluvia que finalmente se convertía en un rápido aguacero, lo que ha obligado a tomar medidas de urgencia en mitad del desfile, cubriendo de urgencia la talla del Cristo con un plástico, mientras se organizaba el traslado más rápido en ruedas para las imágenes, que finalmente podían resguardarse en la iglesia parroquial, lugar en el que el párroco local, Lauren Sevillano, dedicaba unas palabras a fieles y cofrades, quienes no podían esconder las lágrimas ante la suspensión de la esperada procesión.

Finalmente, tras secar las imágenes sagradas, y con la lluvia ya desaparecida, la Junta de Gobierno de la cofradía decidía trasladar al Santo Cristo hasta la Ermita de San Luis, donde finalmente se podía vivir la emocionante entrada de rodillas de los hermanos de carga con el Cristo a cuestas. Un momento que volvía a desatar la emoción entre los asistentes y una sonora ovación.

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La noche culminaba con una emotiva ofrenda floral a la imagen del Humilladero, ofreciéndole sus mejores deseos para que el próximo año pueda procesionar como merece, momento que acababa con un largo aplauso entre abrazos y lágrimas de los responsables de la cofradía.

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