La Hermandad más antigua de Salamanca atesora un rico patrimonio que saca a la calle -hasta 13 pasos- en las cuatro procesiones, y el Acto del Descendimiento, que celebra en Semana Santa
La Ilustre Cofradía de la Santa Vera Cruz y de la Purísima Concepción de la Virgen, su Madre atesora más de cinco siglos de devoción, tradición y arte, siendo la decana de la Semana Santa de Salamanca. Las cuatro procesiones que celebra - Viernes de Dolores, Lunes Santo, Viernes Santo y Domingo de Resurrección- hace que sea además la cofradía que más pasos aporta a la Semana Santa, un total de 13, siete de ellos en la Procesión del Santo Entierro.
Un rico patrimonio al que este año se suma la talla del Ángel anunciador, obra del escultor salmantino Víctor de los Dolores, que procesionará por primera vez el próximo Domingo de Resurrección completando el grupo escultórico más antiguo de la ciudad 'El Ángel anunciador y Las Tres Marías ante el Santo Sepulcro' (Pedro Hernández, 1617). Se trata además de la última talla incorporada al patrimonio procesional de la Cofradía desde el año 1948.
Otra de las novedades de este año será que en la procesión del Domingo de Resurrección el paso del Santo Sepulcro será cargado a hombros por hermanos de la Cofradía de la Oración en el Huerto.
El vía matris, con La Dolorosa de la Vera Cruz es la encargada de abrir, el Viernes de Dolores, la Semana Santa salmantina. El acto central, el vía matris, se celebra en la Plaza de San Benito con la lectura de los dolores de la Virgen, el camino que recorrió María de regreso desde el Santo Sepulcro hasta su casa.
En la procesión del Lunes Santo, sin acompañamiento musical y con un muñidor abriendo el cortejo y tocando a silencio, los cofrades acompañan al Cristo de los Doctrinos (anónimo, siglo XVII, representa a Cristo muerto sujeto a la cruz por tres clavos) y la Virgen de la Amargura (Pedro Hernández, 1615), imágenes que también forman parte del paso del Calvario en la procesión del Viernes Santo.
En 1615 la Cofradía de la Santa Vera Cruz instauró en Salamanca el Acto del Descendimiento y la Procesión del Santo Entierro en la tarde de Viernes Santo, y un año después, en 1616 se celebraba por primera vez la Procesión del Encuentro en la mañana del Domingo de Resurrección. Son los actos y procesiones más antiguos que se celebran en la ciudad y que constituyen el eje central de la Semana Santa salmantina representando los momentos cumbre de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
La procesión del Viernes Santo constata el rico patrimonio que custodia la Cofradía, sacando a la calle los pasos de La Flagelación del Salvador ‘Los Azotes’ (Alejandro Carnicero, 1724). El Balcón de Pilato ‘La Caña’ (Juan de Villabrile y Ron, finales del siglo XVII), NP Jesús con la Cruz a Cuestas (Juan de Villabrile y Ron, finales del siglo XVII), el paso de la Caída (anónimo 1617/Francisco González Macías, 1943), el paso del Calvario (conjunto compuesto por el Cristo de los Doctrinos Virgen de la Amargura y María Magdalena), la Virgen de los Dolores (Felipe del Corral, S. XVIII), el Santo Sepulcro (anónimo, 1678), y en el interior de la urna, Cristo Nuestro Bien (Pedro Hernández, 1615).
Por último, la procesión del Encuentro, el Domingo de Resurrección, con la participación de representantes de todas las hermandades de Semana Santa, con las imágenes de Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. El acto principal se celebra en el atrio de la Catedral, en la plaza de Anaya. Junto a estas dos imágenes saldrán el Lignum Crucis; el Santo Sepulcro, ya vacío, junto a las Tres Marías y el Ángel Anunciador.
Tras su fundación en 1506 la cofradía fue creciendo hasta convertirse en una de las instituciones más poderosas de la Salamanca del siglo XVI. Se fusionó en 1525 con la de la Purísima Concepción, de donde procede su titulación actual. Obtuvo varias bulas papales y un interesante privilegio real concedido por Felipe II para que ninguna otra cofradía pudiera sacar procesión de disciplina alguna a la calle. Ejerció este privilegio de forma férrea en los S. XVI y XVII, pero en el S. XVIII no consiguió impedir que la Congregación de Jesús Nazareno procesionase en Salamanca, lo que logró tras varios pleitos de mucha resonancia social, y desfilando siempre bajo supervisión de la Vera Cruz.
En 2017, el desfile procesional del Santo Entierro recuperó el paso de las Tres Marías ante el Sepulcro Vacío (representación de la Virgen María, María Magdalena y María de Cleofás). Conjunto escultórico que dejó de procesionar en el año 1964 por motivos de conservación, después de haberlo hecho desde el año 1616.