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Declaración de la renta
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LUZ DEL AMANECER

Declaración de la renta

Actualizado 07/04/2022 13:47
Juan Robles

En estos días se ha abierto el plazo para la declaración de la renta. Y la Iglesia católica llama a marcar su declaración con la cruz que destina una parte de lo declarado a los fondos de la Iglesia, para cubrir sus propias necesidades y sus obras asistenciales.

La declaración de la renta, o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), es la manifestación de la aportación procedente del rendimiento del propio trabajo o de otros modos de incremento de los propios bienes económicos, que indica la cantidad que cada uno deberá aportar a los fondos comunes del Estado, con destino a cubrir las necesidades de éste para la atención a las necesidades del bien común, y fundamentalmente de lo requerido por las personas con menores ingresos para cubrir sus necesidades elementales.

Los bienes que producen y consiguen los ciudadanos, aunque contribuyan básicamente a incrementar los fondos cubiertos por el derecho de propiedad, en la medida de lo que no es estrictamente necesario para cubrir las propias necesidades deben estar disponibles para atender a los servicios comunes de los ciudadanos, y especialmente para reparar las necesidades elementales de los más desfavorecidos.

Es el Estado a quien corresponde la administración de esos bienes comunes, para atender a los servicios básicos, como son: la alimentación, el vestido, la vivienda, la salud, la educación y los medios de comunicación, al menos.

Esa aportación a los fondos comunes por parte de los ciudadanos, en muchos países se considera como una obligación irrenunciable y es cumplida de buena gana por los ciudadanos a quienes afecta, porque están convencidos de una buena administración en favor de los servicios públicos comunes.

En España no tenemos tan claro ese funcionamiento de la administración de nuestros bienes comunes, y quizá por eso haya una tendencia a burlar las normas de la administración pública. Y, sin embargo, estamos viviendo una grave crisis económica que parece estar reclamando el incremento de nuestros impuestos. Aunque hay una postura contradictoria entre los partidos de derechas y los de izquierdas. Los de la derecha pregonan que es necesario rebajar los impuestos, porque así, estando el dinero en los bolsillos de los particulares y de las familias, es más productivo y contribuye mejor a incrementar los bienes comunes del Estado.

No estará demás que unos y otros partidos hablen entre ellos y lleguen a un entendimiento, apoyados en los técnicos en la materia económica, para trabajar todos juntos en la superación de la gravísima crisis que nos empuja hacia la ruina, tanto del Estado como de los particulares.

Ajustándose a los tiempos de la declaración de la renta, la Iglesia Católica aprovecha para invitar a los miembros de la misma Iglesia, pero también a todos los hombres de buena voluntad, a que aporten la proporción señalada por el Estado, marcando una cruz en la casilla prevista para contribuir a cubrir los gastos ordinarios y las necesidades especiales de la Iglesia.

Esta aportación, que la Iglesia agradece, no es una aportación de los fondos comunes de la recaudación recogida por el Estado. Éste sólo actúa como recaudador de esos bienes, aportados voluntariamente por los ciudadanos al declarar los bienes incrementados en su producción, y que ha de declarar para contribuir al fondo común de la sociedad civil.

Además, la Iglesia se beneficia del tanto por ciento que el Estado aporta para servicios especiales cubiertos, entre otros, por diferentes ONGs reconocidas por la Administración, entre las cuales se encuentra también la misma Iglesia.

La Iglesia se financia básicamente por las aportaciones esporádicas, fruto de las diversas colectas, o mediante contribuciones voluntarias mensuales, trimestrales, anuales o de cualquier otra periodicidad.

La Iglesia, en un esfuerzo de trasparencia, da cuenta de todos sus ingresos y ofrece minuciosamente las cuentas de todos sus gastos.

La diócesis de Salamanca ha hecho públicos sus ingresos y gastos correspondientes al ejercicio 2020. Los gastos son en concreto los siguientes:

11,87 % en acciones pastorales y asistenciales

13,71 % en retribución a los sacerdotes

29,90 % Retribución del personal seglar

0,16 % Aportaciones a los centros de formación

38,71 % Conservación de edificios y gastos de funcionamiento

5,65 % Gastos extraordinarios.

El monto total de ingresos y gastos es de 9.503.976,00 €

Empieza un nuevo ejercicio. Apoyemos generosamente los fondos destinados al bien común en el Estado. Y contribuyamos a que la Iglesia pueda seguir realizando las buenas obras, que aprovechan a la misma Iglesia pero también a la sociedad, que se beneficia de las buenas obras realizadas por la Iglesia, y que favorecen especialmente a los más necesitados: pobres, ancianos, enfermos, huérfanos, niños, jóvenes, etc.

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