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La Plaza Mayor volverá a ser escenario de la procesión de Jesús Despojado
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TARDE DEL DOMINGO DE RAMOS CON UNA DE LAS HERMANDADES MÁS JÓVENES

La Plaza Mayor volverá a ser escenario de la procesión de Jesús Despojado

Actualizado 05/04/2022 10:18
Isabel Rodríguez

"Viviremos una Semana Santa muy especial, teniendo presente a quienes nos han dejado en estos tiempos tan difíciles y a los que más han sufrido las consecuencias de esta pandemia”, apunta la Hermana Mayor, Beatriz Dudes

La Plaza Mayor volverá a ser en la tarde del próximo Domingo de Ramos uno de los escenarios del recorrido de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras y María Santísima de la Caridad y del Consuelo, antes de retornar a la iglesia de la Purísima, y “ampliando el recorrido que ya se hizo en el año 2019, y habrá alguna reorganización del cortejo”, como explica la Hermana Mayor, Beatriz Dudes.

Tras la salida de la Purísima, la Hermandad, una de las más jóvenes de la Semana Santa salmantina, acompaña a Jesús Despojado por la plaza de las Agustinas, Compañía, Rúa Mayor, Plaza de Anaya y Benedicto XVI. Tras el acto de penitencia en la Catedral, continúan su recorrido en dirección a Calderón de la Barca, Libreros, Plaza de San Isidro, Rúa Antigua, Rúa Mayor, Quintana, Plaza del Poeta Iglesias, Plaza Mayor, y desde ahí siguen por la Plaza del Corrillo, Juan del Rey, Prado, Doctrinos, Compañía y Plaza de las Agustinas.

Junto al paso de Nuestro Padre Jesús Despojado, procesionará otra de las aportaciones de la Hermandad a la riqueza imaginera de la Semana Santa, la Virgen de la Caridad y del Consuelo, imagen que procesionó por primera vez en 2018. Este año, además, el paso de misterio de Jesús Despojado estrenará el moldurón tallado por Pedro Benítez.

En cuanto al aspecto musical, dos novedades, “el estreno de la marcha ‘Dulce Mirada de María’, compuesta por Matías Cañizal y que interpretará la Banda de Música de Alba de Tormes, y ‘Décima Estación, compuesta por Pedro Manuel Pacheco y que interpretará la Agrupación Musical la Expiración.

“Dos años de pandemia han supuesto en todos los ámbitos una dificultad importante”, explica la Hermana Mayor. “Atendiendo siempre a las indicaciones sanitarias, hemos mantenido todo lo posible la vida de hermandad, incluso durante el confinamiento a través de las redes sociales. Además, celebramos el décimo aniversario de la Bendición de Nuestro Padre Jesús Despojado y de la primera Estación de Penitencia. Esta efeméride nos ha ilusionado mucho y hemos celebrado con intensidad algunos actos en esta Cuaresma, que nos han ayudado a agradecer lo vivido en estos diez años”, añadiendo que “poder volver a salir a la calle nos ha llenado de ilusión, porque la manifestación pública de fe es algo intrínseco a las Hermandades"

"Viviremos una Semana Santa muy especial, teniendo presente a quienes nos han dejado en estos tiempos tan difíciles y a los que más han sufrido las consecuencias de esta pandemia”, subraya.

Imágenes titulares

La imagen de Jesús Despojado, realizada a tamaño natural, es obra del imaginero cordobés Francisco Romero Zafra (2012), con la corona de espinas tallada sobre la cabeza con pinchos de acacia. Del mismo autor es la imagen de la Virgen de la Caridad y del Consuelo (2013), una Virgen Dolorosa con la cabellera peinada al centro que muestra un finísimo gubiado en la línea del autor.

Historia

Con mucho trabajo previo, en marzo de 2008 la Hermandad fue erigida canónicamente, teniendo como primera sede canónica la Iglesia de la Clerecía, cambiando posteriormente a la Iglesia de San Benito. Por acuerdo adoptado en 2010, la Estación de Penitencia no se realizará desde San Benito, pues las dimensiones de la puerta principal impiden la salida de los pasos procesionales, trasladando solemnemente los Sagrados Titulares a la parroquia donde pertenece la corporación, la Iglesia de la Purísima, unos días antes de la procesión.

En 2010 se firmó un acuerdo de integración de la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestra Señora de La Piedad en la Hermandad, con el fin de potenciar, promocionar y apoyarse mutuamente en el desarrollo y crecimiento de ambas, manteniendo siempre el espíritu y carisma que les son propios.