El periodista Chema Díez habla de Carlos de la Nava y su importancia en Unionistas en la sección de este medio con colaboradores
El mundo del fútbol (por fortuna) nos deja jugadores diferentes, imprevisibles y mágicos, esos que siempre van a sorprendernos cuando la pelota está cerca de su área de influencia. Unionistas tiene la gran fortuna de tener uno en sus filas; y encima es de la casa.
Sí, es cierto que no ha marcado ningún tanto esta temporada y que a los hombres de arriba se les mide, en muchos casos, por sus cifras goleadoras y no por su capacidad de ver el juego cómo otros no lo interpretan con y sin balón. O lo que es lo mismo, sus desmarques, apertura de las defensas, por abrir huecos en la zaga rival, por sus asistencias… por todos esos intangibles que solo los que saben de verdad de fútbol conocen y aprecian más que gritar un gol.
Hay un gran especialista en todas estas acciones invisibles del fútbol (para muchos), que tenemos la suerte de disfrutar en Unionistas de Salamanca; y qué cosas, no es casualidad, lleva el número ‘10’ tatuado a fuego y de por vida en la espalda.
Su sola presencia en el terreno de juego ya denota la elegancia de un futbolista que también vive feliz pese a no marcar un gol; aunque, eso sí, el día que perfore la meta rival se habrá quitado un gran peso de encima por todos esos que juzgan los goles y no la influencia que genera su capacidad para generar juego.
No tengo duda de que si preguntásemos a Pablo Espina, Jesús de Miguel o Cris Montes responderían que gran parte de sus ocasiones de gol y sus tantos provienen de los movimientos y de la manera de entender el fútbol de este jugador salmantino.
Una muestra más quedó reflejada en el movimiento entre la defensa dentro del área y posterior asistencia de tacón para Cris Montes, que terminó con el gol de Jesús de Miguel en segunda instancia contra el Zamora (2-1).
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— Unionistas de Salamanca CF (@UnionistasCF) April 2, 2022
Por cosas como éstas merece la pena pagar una entrada e ir a ver un partido de fútbol; sí, ese deporte sin el que se podía vivir, según muchos anunciaron para llevarse ‘me gustas’ en las redes sociales durante la pandemia… pobrecillos.
Por cierto, me refiero a Carlos de la Nava, que nos enseñó (una vez más) cómo se las gasta el ‘tacón del 10’. Un lujo para los sentidos.