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El pregón íntegro de la Semana Santa 2022 a cargo del sacerdote Fernando García Gutiérrez
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PEÑARANDA

El pregón íntegro de la Semana Santa 2022 a cargo del sacerdote Fernando García Gutiérrez

Actualizado 04/04/2022 08:50
Redacción

Reproducimos al completo el texto que emocionaba al Teatro Calderón

Queridos hermanos y compañeros sacerdotes Lauren y Antonio, hermanos presbíteros, D. Francisco y D. Pedro, Sr. Presidente de la Hermandad de Cofradías (querido Moisés), Alcaldesa (Carmen) y representantes del Ayuntamiento, hermanos mayores y miembros de las distintas cofradías, hermanos y amigos de Peñaranda, querida familia y amigos que compartís la vida conmigo, a todos y a cada uno en particular, de los que por un motivo u otro estáis esta tarde aquí para todos mi saludo y mi agradecimiento.

Después de dos años, podemos volver a pregonar que la Semana Santa llegó. Hace dos años cuando aún la pandemia no había cambiado nuestro ritmo de vida, me pidieron pregonar la Semana Santa aquí, en Peñaranda… parece que fue ayer… pero dos largos años, que nos han dejado pare el recuerdo tan malos y tan buenos momentos… desde aquella semana santa del 2020 en la que confinados en nuestras casa, tuvimos que seguir los actos litúrgicos por televisión, en nuestra comunidad sólo un puñado de personas celebraban desde el templo parroquial y los demás desde el sillón de casa…. Y las procesiones las vivimos en diferido….cuantas lágrimas se derramaron por tantos recuerdos y añoranzas….Aquel año presento el cartel Raúl Blázquez ”…Que estos faroles sigan iluminando vuestra fe y os ayuden a caminaren una vida que a veces se hace cuesta arriba. Qué estos faroles simbolicen la guía por el sendero de la paz, por el amor a cada una de vuestras imágenes, por cada cofradía, por nuestra parroquia y por la Semana Santa. Que tratéis al menos en la medida de lo posible, de transmitirlo a los más pequeños para que ellos puedan un día , encender también sus faroles e iluminar su fe”. Nos hizo emocionar….. no pude por menos el pasado domingo 13 de marzo recordarlo, añorarlo y hasta emocionarme una vez más…. Este año se presentó el cartel y una bella meditación mirando el rostro del Medinaceli y dando así comienzo de nuevo a la cuenta atrás…… El camino, es algo muy importante en la vida del creyente, hacer camino, caminar, aquel pueblo esclavo de Egipto tuvo que caminar hasta la libertad, los discípulos siguieron a Jesús por los caminos de Galilea, Jesús hizo camino con los enfermos y gente necesitada….la Pascual es el camino de Jesús resucitado con su Iglesia. Este año hemos sido convocados por el Papa a revisar cómo está la salud sinodal de nuestra Iglesia, la salud del hacer camino juntos,… y nuestra semana santa es mucho de hacer camino contemplando a Jesús bajo los distintos misterios de su pasión. “Camínate no ha camino se hace camino al andar”. Esta tarde estoy aquí con el título de pregonero y me pregunto ¿cuál será la razón por la que me habéis elegido para este acto? Será por las voces que doy cuando predico (ya lo dicen las mayores) o porque soy más de pueblo que las amapolas y nadie mejor que sepa lo que es pregonar que uno de un pueblo chico como soy yo. El motivo no sé si lo llegaré a saber, quizás sea lo que menos importe, pero lo que sí sé es que aquí estoy y que un placer. Desde niños he vivido la Semana Santa muy intensamente, desde la liturgia, los ayunos, la oración personal y las procesiones.., (seguro que mis padres os lo podrían contar mejor), era hasta raro pues no salía ni con los amigos porque vivía de manera especial esos días, me pasaba largos ratos ante el monumento, otros ratos con don Crescencio preparando la liturgia…, estaba tan inmiscuido en esas tareas que el comer y el dormir pasaban a un segundo plano.

Según voy creciendo y madurando mi fe, voy descubriendo que el Señor pide otras cosas, pide seguirle más de ceca hasta identificarse con El, descubro que para vivir realmente la Semana Santa, hay que prepararse previamente es el tiempo de ”la Cuaresma” , no vale solo, no comer carne los viernes y rezar el via curcis, sino un tiempo más espiritual, más intenso, más profundo... Hace ya 5 semanas inauguramos la cuaresma, este año el Papa Francisco nos hacia una invitación a reflexionar sobre la exhortación de San Pablo a los Gálatas: «No nos cansemos de obrar el bien; que a su debido tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Por tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos…» (Ga 6,9-10) Es una invitación a sembrar el bien en cada momento de nuestras vidas. El tiempo de Cuaresma nos hace detenernos un momento, en la importancia real de nuestra vida; es un tiempo propicio que nos invita a la conversión, a cambiar nuestro modo de vida, ya que ésta es fugaz, como lo hemos podido comprobar en esto tiempos donde el coronavirus, se ha llevado a mucha gente sin tener en cuenta la edad, ni la clase social, ni otras patología… por eso ahora que estamos a tiempo hagamos el bien, no es un beneficio solo para los demás, sino para nosotros mismos. No se nos pide grandes cosas, bastaría con sembrar pequeñas semillas en nuestras relaciones diarias e incluso en los pequeños gestos de cada día. A veces veremos frutos y a otras no, pero todo el bien hecho Dios lo ve y lo multiplica. La Cuaresma nos recuerda cada año que hacer el bien no se alcanza en el momento, sino que es un día a día, donde se nos requiere de constancia y dedicación. Es importante, no desistir y si en algún momento nos caemos, siempre buscar a Dios que El nos tiende la mano y nos levanta de nuevo. Ojala hayamos sido capaces de vivir todo esto de manera seria e intensa porque estamos a 8 días de comenzar la Semana Santa, que es un tiempo de gracia que el Señor nos dona para abrir las puertas de nuestro corazón, de nuestra vida, de nuestras parroquias, de nuestras cofradías y asociaciones, y «salir» al encuentro de los demás, hacernos nosotros cercanos para llevar la luz y la alegría de nuestra fe. ¡Salir siempre! Y esto con amor y con la ternura de Dios, con respeto y paciencia, sabiendo que nosotros ponemos nuestras manos, nuestros pies, nuestro corazón, pero luego es Dios quien los guía y hace fecunda cada una de nuestras acciones. La Semana Santa es el momento más intenso de todo el año. Ésta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús. Para vivir estos días, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico, que como todos sabemos comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua. Vivir la esta Semana es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Es un buen momento para mirar nuestro interior y darnos cuenta de que no somos perfectos, que hay cosas en nuestro vida que debemos cambiar, para eso y aunque parezca está pasado de moda, debo acercarme al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Es un tiempo no para recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

Peligros para no centrarnos en lo esencial, hay muchos, pero en este momento los que más nos pueden acechar son: la rutina de todos los años, el convertirnos en meros espectadores, la indiferencia, depende de cada uno el saber posicionarse, y aprovechar este tiempo para descubrir que es lo que Jesús nos quiere decir en este momento concreto de nuestra vida, fijarse en ese detalle que para mí es el más importante, detenerse en eso que nos llama la atención, porque eso es lo que nos quiere comunicar Dios hoy, y sobre todo teniendo claro que nuestro horizonte, nuestra meta es llegar a la noche del Sábado Santo para celebrar juntos la Vigilia Pascual, ya que la resurrección de Jesús da un nuevo sentido a todo lo que yo puedo haber vivido hasta ahora.

Estamos a punto, comienza como si fuera un preludio de la gran semana santa el Domingo de Lázaro, la resurrección de Lázaro es “tipo” de la de Cristo, que vamos a conmemorar próximamente. Esta resurrección es el fundamento de nuestra esperanza, que se basa no en una utopía futura, incierta y falsa, sino en un hecho: «¡Es verdad! ¡El Señor ha resucitado!» (Lc 24,34).

Ya se están preparando el cambio de ropajes a la imagen del Cristo de la cama, y el responso por los difuntos mañana por la tarde, seguido de la reunión de cabildo con su limonada y clarea untada en ricos bizcochos…. Encuentro de fraternidad, que tienen preparados los mayordomos del turno.

Para dar el pistoletazo de salida, el próximo domingo de ramos, los niños de primera comunión ya están recogiendo sus túnicas y sus palmas ilusionados y a la vez un poco nerviosos, para ir desde la Iglesia de San Luis acompañando “a Jesús en la Borriquilla“ y así rememorar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Y como nuestra especial Jerusalén en Peñaranda de Bracamonte, nosotros también llevamos nuestras palma y Gritamos: “ hosanna,hosanna bendito el que viene en el nombre del Señor”. Este día, nos da una visión general, amplia, de todos los acontecimientos que la liturgia irá desgranando a lo largo de la semana, por eso leeremos la pasión para adelantarnos a lo que va a suceder.

Protesta y Unción

Al día siguiente, Lunes Santo, el evangelio habla de la unción en Betania, nos resumen dos actitudes protesta y amor. Es muy fácil protestar ante lo que hacen los otros, pero cualquier protesta ha de ser un acto de responsabilidad: que la protesta no se quede sólo en criticar, sino que sirva para instruir y corregir. La unción es un acto de amor, difícil de entender por aquellos que no lo comparten, por aquellos que se quedan en lo superficial y banal. La protesta de Judas no tiene ninguna utilidad, sólo le lleva a la traición. La acción de María le lleva a amar más a su Señor y, como consecuencia, a amar más a los “pies” de Cristo que hay en este mundo, porque no se puede amar a Jesús sin amar a los hermanos.

En este ambiente de traición y unción de amor, los hermanos mayores de nuestras cofradías llevando en sus brazos a Cristo crucificado, harán un ligero y breve camino hacia el campo santo, donde pedirán perdón por los pecados que nuestros hermanos difuntos cometieran y a la vez darán gracias a Dios por todo lo bueno que vivieron a la luz de la fe en Cristo Señor.

Presentimiento de Tristeza y angustia por los momentos de dolor y traición que se avecinan

El Martes Santo Jesús, con gran tristeza, anuncia su muerte y también la traición que va ser perpetrada por uno de los doce más allegados a Él. Siempre es de noche cuando uno se aleja del que es «Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero» (Símbolo de Nicea-Constantinopla). Judas, ha caído bajo el dominio de otro: quien rompe la amistad con Jesús, quien se sacude de encima su «yugo ligero», no alcanza la libertad, no se hace libre, sino que, por el contrario, se convierte en esclavo de otros poderes; o más bien: el hecho de que traicione esta amistad proviene ya de la intervención de otro poder, al que ha abierto sus puertas.

Éste día es la ocasión propicia. En la Cruz, Cristo tiende sus brazos a todos. Nadie está excluido. Nosotros haremos el traslado del Santo Cristo del Humilladero (que ha sido profundamente restaurado) y Nuestra Señora de las Lágrimas, desde el Humilladero a la Ermita de San Luis, esa noche nos da ocasión de centrar nuestro corazón en lo que estos días sucederá, sintonizar con el ambiente de pasión, y porque no, pensar en la en esos pensamientos y sentimientos que pasan por nuestro corazón que como en Judas nos hacen ser traidores, para sentir que podemos convertirnos, en esos brazos abiertos de Jesús en la Cruz y esas lágrimas de María.

Traición

Continuamos con el Miércoles santo, se recuerda el día en que Judas decide traicionar a Jesús: Él va a vender a Jesús por treinta monedas. Este fue el valor que el estableció para entregar aquel que en todo era infinito, hasta en su valor... Sus palabras: «Yo os aseguro que uno de vosotros me entregará» (Mt 26,20) invita a cada uno de los Doce, y de modo especial a Judas, a un examen de conciencia. Estas palabras son extensivas a todos nosotros, que también hemos sido llamados por Jesús y que más de una vez lo hemos entregado Son una invitación a reflexionar sobre nuestras acciones, sean buenas o malas; nuestra dignidad; plantearnos qué estamos haciendo en este momento con nuestras vidas; hacia dónde estamos yendo y cómo hemos respondido a la llamada de Jesús. Debemos respondernos con sinceridad, humildad y franqueza.

Acompañemos esa noche del miércoles Santo, en esa procesión y estación de penitencia a Nuestro Padres Jesús Nazareno, bien vestido, con las manos atadas, pero sin pronunciar palabra… el silencio habla y a su Madre la Santísima Virgen de la Misericordia, la pedimos intercesión en el perdón.

El amor hecho servicio, hecho entrega

En el Jueves Santo recordamos aquel día, en el que Jesucristo se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua. Inauguró la nueva Pascua de la nueva Alianza. Al mismo tiempo que la Eucaristía, Cristo instituye el sacerdocio ministerial y nos da el mandamiento del amor: «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34). El amor humano se fundamentaba en la recompensa esperada a cambio, o en el cumplimiento de una norma impuesta, pero el amor cristiano se fundamenta en Cristo. Él nos ama hasta dar la vida: ésta ha de ser la medida del amor del discípulo. En actitud de siervo, Jesús lava los pies de los Apóstoles, y les recomienda que lo hagan los unos con los otros (cf. Jn 13,14). El hombre por sí solo no tiene capacidad para amar así, necesitamos beber de la fuente de donde brota el amor, necesitamos empaparnos de Dios. Terminada la liturgia de la última cena en la Iglesia parroquial, comienza en la plaza de España, nuestra profunda noche de oración. Jesús se fue a orar, al Huerto de los Olivos. Ahí pasó toda la noche y después de mucho tiempo de oración, llegaron a aprehenderlo. La Imagen de Jesús en el huerto y el ángel que lleva en su mano el cáliz, con la mirada puesta en lo alto, pide al Padre que le fortalezca su voluntad para realizar el acto supremo del amor, se entrega como el inocente, el cordero del sacrificio sin mancha, dando a si su Vida por todos nosotros. Nuestra Señora de la Esperanza, la corredentora, la portadora del mensaje de su Hijo que es de salvación, la que consolida y conserva la fe en su Hijo, entrando en la plaza España desde la plaza de la Constitución; Jesús atado a la columna, su mirada hacia todos los hombres es una invitación a asentar el edificio de nuestra vida de justicia amor y paz en él, entrando en la plaza por la calle Cerrajeros; el Nazareno lo hace por la calle de la fundación. Escenas de Jesús del momento de la oración y de la pasión y María espectante con los ojos muy abiertos. Nuestra plaza se llena de silencio y oscuridad, de cofrades, fieles y visitantes, en una ambiente profundo de oración... la tensión vigilante de querer encontrar la voluntad de Dios. Un breve y sencillo rato de oración y reflexión y volvemos al templo parroquial para prolongar la oración ante Jesús en el Santísimo…. una noche llena de acompañamiento individual a Jesús para descubrir y profundizar con él la voluntad de Dios en la vida.

Velad, orad y contemplad

Viernes Santo recordamos la Pasión, su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilatos; la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión, es el día de la Cruz victoriosa, desde donde Jesús nos dejó lo mejor de Él mismo: María como madre, el perdón — también de sus verdugos— y la confianza total en Dios Padre. Ante este gran misterio, somos llamados —primero de todo— a ver. La fe cristiana no es la relación reverencial hacia un Dios lejano y abstracto que desconocemos, sino la adhesión a una Persona, verdadero hombre como nosotros y, a la vez, verdadero Dios. El “Invisible” se ha hecho carne de nuestra carne, y ha asumido el ser hombre hasta la muerte y una muerte de cruz. Jesús, para nosotros, es modelo que hay que imitar. Hemos de ser personas que aman hasta darnos y que confiamos en el Padre aun en los momentos de adversidad. Nuestro testimonio tiene que ser más valiente que nunca. ---- Lo haremos al sacar a Nuestra Madre, la Virgen del a Esperanza, en la Madrugada, que este año por primera vez, sale a las calles de Peñaranda a estas horas intempestivas, como la mujer que espera en su Hijo, muerto en la cruz. --- En el Vía Crucis solemne de la mañana, acompañando a Nuestra Señora de la Piedad, María con su hijo sin vida entre sus brazos, nos abraza a todos. --- Con el encuentro del Santo Cristo de la Agonía, de San Luis y el Santo Cristo del Humilladero, frente al ayuntamiento y con el ofrecimiento de velas que nuestros niños engalanados con sus mejores trajes (como si ya barruntaran la pascua) llevan a la puerta del Humilladero. --- Ya en la Iglesia parroquial, se proclamará en la Liturgia la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según S. Juan, la Adoración de la Cruz, la oración universal y la comunión. --- Seguido el Santo Entierro, con las imágenes de “Jesús en la oración del huerto”, “la Virgen de la Esperanza”; “Jesús con las insignias de la pasión: la columna, los azotes, la caña y la esponja, la escalera y la cruz”, “Jesús Nazareno”, la niña vestida de Verónica, la “Virgen de la Misericordia”, el “Cristo del humilladero” y la “Virgen de las Lágrimas”, el “Calvario y los Ladrones”, la “Virgen de la Piedad”, con la niña vestida de Magdalena, el “Santo Cristo de la cama”, acompañado de un niño vestido de San Miguel Arcángel y Nuestra Señora de la Soledad. --- Y a la media noche acompañamos a Nuestra Señora de la Soledad que espera con los brazos abiertos la vuelta de su Hijo y su Señor.

Pascua – paso….

Llegamos al Sábado Santo o Sábado de Gloria. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre nosotros. Los sagrarios están abiertos. Nuestras cofradías cansadas, se llenan de lágrimas porque se terminan estos días intensos de encuentro entre ellos y con el Señor, preparan el templo parroquial a toda prisa porque en la noche tiene lugar la gran a vigilia pascual en la que se celebra la Resurrección de Jesús. En esta celebración encendemos el fuego nuevo de la Pascua, y de él comienza a iluminar la vida el Cirio Pascual, símbolo de Cristo Resucitado, vencedor de la muerte, de la oscuridad, de las tinieblas, bendecimos el agua, del que recibirán la nueva vida de Cristo los bautizados y cantamos el Aleluya de la Resurrección de Cristo…. Y con la euforia de la Vida, llegamos a la gran mañana de la pascua. Cristo ha resucitado y el sepulcro está vacío. Su resurrección, es un misterio de fe, es lo que lo hace diferente y lo que le da sentido a toda su vida. Con la resurrección ha vuelto a renacer la alegría en el corazón de la humanidad. La Pascua es la fiesta entre todas las fiestas, es la fiesta de los que caminan bajo la luz de la fe, de los que estaban ciegos y han recobrado la visión, porque contemplan el misterio de Cristo, la de los que estaban sordos y ahora escuchan el susurro de su Palabra; la de los sin caminos que han reconocido que la senda por la que deben caminar la marca El, es la fiesta de todos los que experimentamos que con su resurrección Cristo venció a la muerte y nos dio la Vida. Nuestra Señora de la Soledad acompañada de la Verónica (personificada por una niña) sale del templo parroquial camino hacia el encuentro del Resucitado acompañado de San Miguel Arcángel (representado por un niño) y se encuentran en la plaza de la Constitución después de un largo recorrido por las calles de nuestro pueblo, es entonces cuando el niño que simboliza a San Miguel anuncia la Resurrección, quitando el mando de luto que lleva la Santísima Virgen, brota la alegría pascual que rezumba por todos los sitios, los hermanos se quitan todos los signos de penitencia y se descubren ante tan gran Misterio de Vida e inmediatamente al son de aleluyas nos encaminaremos hacia la Iglesia parroquia donde se celebrará la Eucaristía del Domingo de Pascua. Comida de hermandad y tarde de oración ante el Cristo de la cama y nuevamente limonada, clarea y bizcochos.

Hoy vuelvo la vista atrás, rememorando todo lo que significaron estos días en mi infancia y estoy casi seguro que si soy sacerdote, algo tuvo que ver la forma intensa en que vivía la liturgia y la piedad popular durante la Semana Santa. Nadie me habló de la íntima relación entre liturgia y piedad popular, pero nunca las pude vivir separadas sino unidas y complementarias, teniendo muy claro que lo importante estaba en el centro “Jesucristo”, conocerle, amarle y seguirle para después “sacarlo fuera” para que todos lo contemplen, unos desde la fe, otros quizás simplemente desde la curiosidad o la admiración estética…

Mediante estas líneas me atrevo a sugeriros reflexionemos juntos: En nuestra comunidad cristiana de Peñaranda de Bracamonte existen, como dimensión vital de la realidad católica, expresiones particulares de búsqueda de Dios, cargadas de fervor y de pureza de intenciones a veces conmovedoras, en las procesiones de semana Santa. Esto refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer. Es capaz de generosidad y sacrificio hasta llegar al heroísmo. Comporta un hondo sentido de los atributos profundos de Dios: paternidad, providencia, presencia amorosa y constante. Engendra actitudes interiores: paciencia, sentido de la cruz en la vida cotidiana, desapego, aceptación de los demás….

Hace ya 10 años que llegué a la Comunidad de Peñaranda de Bracamente, he tenido distintos momentos y distintas presencias en este mundo de las cofradías, quizás sea en este momento en el que menos presencia tenga, ahora habéis elaborado unos hermosos y profundos estatutos que os ayudarán en vuestra andadura histórica en esta comunidad y en esta tierra, y estáis a punto de poner en marcha los de la Hermandad; he vivido muchas cosas con vosotros pero puedo destacar: vuestro espíritu de diálogo y sacrificio, vuestro capacidad de poner encima de la mesa dificultades y superarlas, compartir alegría y vivirlas juntos…. Las cofradías de semana Santa, cuyo papel es tan relevante en Peñaranda sois un bello legado, como afirmación de los laicos en la Iglesia y como búsqueda de expresiones de la fe; por ello debéis prepararos para esa Iglesia nueva que surge: fraterna y participativa, libre y entregada a su misión, adoradora de Dios y servidora de los hombres. Iglesia de todos los que la formamos. Entregada gozosamente y a fondo perdido, a anunciar el nombre de Dios, a predicar el Evangelio y a servir a sus hermanos.

Queridos hermanos de Peñaranda:

El Señor de la libertad nos llamó al desierto cuaresmal, y hemos estado con el corazón abierto a la luz de tu verdad Hemos subido con esperanza la escalada cuaresmal Como pueblo de Dios hemos avanzado hasta la cumbre pascual. Tu pueblo Señor camina desde la aurora al ocaso A tu Pascua se encamina y te sigue paso a paso Señor te reconocemos y tu palabra escuchamos Tus caminos seguiremos y tu ley de amor proclamaremos Se acerca Señor tu día en el que todo florece Con Tu luz y Tu alegría ya el camino resplandece

Unidos por un lado a tantos hombres que soporta pesadas cruces en estos tiempos difíciles (en especial al pueblo Ucraniano) y por otro a tantos cirineos que hay en nuestro mundo que ayudan a los más débiles y vulnerables a llevar sus cruces celebremos juntos el camino de Jesús, su entrega por amor hasta la muerte y su resurrección, que es para nosotros promesa de vida para siempre con Dios. Feliz y Santa Semana Santa, feliz y santa semana de pasión a todos y de todo corazón.

Fernando García Gutiérrez