Castilla y León es una de las comunidades más afectadas por el cierre de oficinas bancarias en los últimos años, agravando los problemas de exclusión financiera en el medio rural
Salamanca es la quinta provincia de España que más sucursales bancarias ha perdido en los últimos años. La digitalización de los servicios bancarios -un proceso que se ha acelerado durante la crisis sanitaria de la pandemia- se ha impuesto a la tradicional oficina bancaria, y los bancos no han dudado en echar el cierre a miles de sucursales en estos años (con la consiguiente reducción de la plantilla de trabajadores), lo que está dejando incluso a un buen número de municipios sin ninguna oficina bancaria. Esto es un hecho, y así lo constatan los datos del Banco de España.
Salamanca tiene un 41% menos de sucursales bancarias que hace seis años. En concreto, han sido 81 las oficinas que han cerrado entre los años 2016 y 2021, según los últimos datos del Banco de España, al pasar de las 270 sucursales a 158.
Castilla y León es una de las comunidades más afectadas por el cierre de oficinas bancarias en los últimos años, y también una de las que más sufre la despoblación del medio rural, agravando los problemas de exclusión financiera cuando se produce la desaparición de las oficinas bancarias. En cuatro de las provincias de Castilla y León el cierre de oficinas ha superado la barrera del 40%. Junto a Salamanca, la provincia de Zamora ha perdido el 43% de sus oficinas bancarias desde 2016; Palencia el 44% y León el 40,9%. Ligeramente por debajo se sitúan Valladolid (38%) y Burgos (33%).
En el conjunto de Castilla y León, lógicamente, los datos constatan cómo la red de oficinas bancarias ha seguido reduciéndose, pasando de las 2.003 en el año 2016 a 1.436 al cierre de 2021.
La banca online, sin embargo, no siempre puede suplir la atención presencial. Y las personas mayores y la población vulnerable han alzado la voz para exigir a las entidades financieras medidas que eviten la exclusión financiera.