La verdad es que ya tenía un "charro" escrito, pero prefiero dejarlo para una entrega posterior porque ayer, el corresponsal de TVE por estos rumbos “me puso” a escribir: hizo una nota no sé si condescendiente, interesada, manipuladora o todo junto. Por eso, la verdad, no me aguanté las ganas de jugar al corresponsal, al menos para ustedes, y le tomé prestado el título a don Fernando del Paso para parafrasearlo.
En primer lugar, debo agradecer, pues, a don Fernando. Y también me permito el aviso, para que quien quiera no siga leyendo, de señalar que quien aquí gobierna –legítimamente, por supuesto–, no es santo de mi devoción, como he señalado en no pocas ocasiones: lo considero un genuino representante del régimen que daba sus coletazos cuando llegué a México, es decir, conservador de aquellos “usos y costumbres”, que, eso sí, navega con bandera de izquierda y es secundado por mucha gente de buena fe con la que concuerdo y con no pocos estalinistas de facto y revolucionarios de salón.
Hecha la aclaración, les cuento, por si no se han enterado, que ayer se inauguró por acá un aeropuerto, proyecto estrella de este gobierno que antes de empezar a gobernar ya había "cancelado" un proyecto aeroportuario en marcha, o sea, que lo había iniciado el gobierno saliente; el actual presidente, electo pero aún sin tomar posesión, denunció corrupción, hizo una consulta en la que votaron y contaron los votos menos del 1 por ciento del padrón –no me atrevo a decir que todos eran simpatizantes del presidente y su movimiento, quiero ser lo más periodístico posible–; el caso es que llegando al poder, lo canceló y prometió uno nuevo; por cierto, de esto hace tres años y no hay nadie en proceso o en la cárcel por esa corrupción que denunció y cuya inexistencia yo no defendería, conociendo cómo se las gastaban... y se las siguen gastando; pero de que la ley no está juzgándola, no lo está, es un hecho.
La nota de TVE, por supuesto, obvió el asunto; probablemente, el corresponsal no consideró necesario el contexto.
Sin embargo, sí se mencionó una consulta de revocación de mandato, algo sin relación con el edificio inaugurado.
Desde luego, eso de la posibilidad de quitar a un presidente era una reivindicación de la izquierda, misma que, ahora que tuvo los votos legislativos para aprobarla (les digo que navegar, navegan con esa bandera), el presidente y sus partidarios la pusieron en marcha.
Pero igual que un edificio y unas pistas no son necesariamente un aeropuerto, aprobar una ley no quiere decir que haya la obligación de ponerla en práctica; leyes como la mencionada buscan regular lo que puede pasar, no obligan a que pase; vamos, que el hecho de que dos señores tengan el mismo derecho que yo a contraer matrimonio, no me obliga a mí a contraer matrimonio con un señor, si se me permite la especie de reducción al absurdo.
Sin embargo, aquí sí, tras aprobar la ley, dieron por hecho que había que hacer esa consulta de revocación de mandato: quien gobierna y sus partidarios se enfrascaron en este lío, tan acomedidos ellos –acomedido, el mexicanismo de hoy–; eso sí, por las prisas, a veces se confunden y hablan de ratificación, pero es que son palabras difíciles y muy parecidas.
Y pues va mi última precisión: salvo unos cuantos ultras modelo Abascal, quienes no están/estamos de acuerdo con la mayoría de decisiones y dichos del presidente, quieren/queremos que la ley de la democracia se cumpla: o sea, que acabe su mandato y se vaya y que la ciudadanía decida quién lo sucede.
Esto se traduce en que una gran mayoría de la sociedad está pasando olímpicamente de esta revocación, entre otras cosas porque quienes la promueven la llaman ratificación y es eso, en realidad, una campaña publicitaria del presidente en un país que hizo una revolución con la "no reelección" como una de sus banderas.
Además, aprovechan para pelearse con el instituto encargado de organizar las elecciones y consultas: un ente ciudadano, porque no les parece que haga suficiente... Tal vez, dicen quienes defienden a ese Instituto, en realidad lo que quieren las huestes revocatorio-ratificatorias –y el presidente– es cargárselo, para que sea más suyo, bajo la premisa, suya también, de que ahora que gobiernan los buenos, ya no hace falta que sea tan ciudadano.
Es política, desde luego, llena de golpes bajos, peleas ideológicas, y no tanto.
Volviendo, para concluir, a la “nota” de TVE, muchos de esos corresponsales juegan al europeo que todo lo sabe, se relacionan solo con unos cuantos (ahora más bien cercanos a los que mandan), no salen de su zona (de confort, en la que viven, progre, eso sí, muy europea) y claro, luego mandan las notas que mandan... ¿Para qué explicar tantito si allí les da igual y aquí a lo mejor lo invitan a algo?
El problema es que, como don Andrés tiene cierta obsesión malsana con España, luego sale con sus cartas y reclamos y la gente, de allá, no entiende.
Joder, yo iba a escribir una nota y me salió casi un reportaje… Y a ver si me lo convalidan, que yo soy filólogo, no periodista.
@ignacio_martins
https://www.facebook.com/ignaciomartinescritor
www.ignaciomartin.com
nachomartins (Instagram)
La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.
Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.
La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.
En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.