Además de los tratamientos médicos, hay algunos remedios caseros que pueden ayudar a aliviar los síntomas
La primavera es la época del año que más temen los alérgicos, máxime después de un invierno seco, y es que ya se sabe que la falta de lluvias provoca el aumento de la concentración de polen -si llueve el polen se humedece y cae al suelo, evitando que permanezca en suspensión y que sea más fácil de afectar a nuestras vías respiratorias- y de los contaminantes que se acumulan en las ciudades.
Se estima que alrededor de 8 millones de españoles sufren alergia en España a los diferentes tipos de polen, es decir, 1 de cada 4 personas.
Enrojecimiento de los ojos, lagrimeo, picor, estornudos, moqueo y picor de nariz, e incluso picor de oídos, son algunos de los síntomas más frecuentes de la alergia al polen. Síntomas que pueden variar de una persona a otra y en función de la concentración de polen.
En personas hipersensibles puede ocasionar rinitis, conjuntivitis o síntomas agudos de asma.
Además de los tratamientos médicos, hay algunos remedios caseros que pueden ayudar a aliviar los síntomas, como mantener las ventanas cerradas y purificar el aire a través de aparatos con filtro antipolen, realizar vahos con hojas de eucalipto, para abrir las vías respiratorias, tomar infusiones, como el té de ortiga, menta, té verde o regaliz, que poseen efecto antihistamínico, o las soluciones salinas, que son una gran ayuda para limpiar la nariz y disminuir los estornudos.
Cabe recordar que la pasada primavera la mascarilla se convirtió en un buen aliado, no solo para prevenir el contagio de COVID-19 sino también para evitar síntomas más severos de alergias.
Para conocer el nivel hay herramientas interesantes, como la web polenes.com de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, que permite consultar de manera gratuita el nivel ambiental de distintos tipos de polen por provincias.