El empresario mantiene tres establecimientos comerciales y hoy, a la subida de la factura de la luz se suma el aumento de los carburantes y ahora la inestabilidad que genera el conflicto bélico en Ucrania
Arcadio Alonso Velasco es uno de los ejemplos claros de esa gente enamorada del medio rural y el emprendimiento, sin miedos ni complejos, cargados de sueños y proyectos que no dudaba un minuto en poner en marcha, con el fin de ofrecer a los vecinos de la comarca espacios comerciales donde poder encontrar todo lo necesario y no depender de salidas a otros municipios para poder llenar la nevera.
Con esta filosofía levantaba la persiana de un completo supermercado en Santiago de la Puebla, ofreciendo más de mil referencias en tienda, además de servicios de carnicería y pescadería, convirtiéndose así en el establecimiento mayor creado en los municipios de la comarca de Peñaranda. A él se sumaban otro en Alaraz y uno más en la localidad abulense de Crespos, formando así, hace once años ya, una red de tiendas a través de la empresa familiar ‘Alonso Trapero SL’, desde las que no solo han despachado, sino que también han sido generadores de empleo.
Pero de aquella ilusión de hace algo más de una década hoy poco queda, debido principalmente a la complicada situación económica que estamos viviendo y el continuo encarecimiento de la vida, algo que se hace especialmente patente en los negocios de Arcadio cuando llega la temida factura eléctrica.
“La luz va a acabar con todos los pequeños negocios” asegura rotundo Arcadio, quien ya tiene los primeros cálculos que manifiestan la realidad de la subida. “A estas alturas del año, en Alaraz no pagaría más de 300 euros…hoy me ha llegado la factura y son más de 400 euros. Pero en Santiago de la Puebla hemos pasado de 350 a 750 euros de luz debido a las cámaras de frío, y en Crespos igual que en Santiago, es insostenible” asegura.
Una realidad que le está llevando a tomar drásticas decisiones en las tiendas ya que, tal y como explica, “de momento me estoy viendo obligado a tener que apagar cámaras de frío porque si no es imposible. He procurado readaptar los productos como he podido para apagar las máximas posibles porque la situación es insostenible”.
Una realidad, a la que comienzan a sumarse nuevos invitados, como los carburantes, otro de elementos que están marcando su día a día. “Está siendo muy complicado de asumir. Ayer eché 30 euros al furgón y ya he acabado con ellos en muy pocos desplazamientos, es increíble y esto sigue subiendo…a la fuerza nos afecta a todos y se nota en todo” asegura.
Y por si fuera poco, ahora comienza el problema del abastecimiento de productos de primera necesidad que habitualmente llegan de Ucrania y que hoy, debido al cruel conflicto bélico desatado por Rusia, está generando estanterías vacías y un quebradero más de cabeza. “Hoy es el aceite de girasol, del que apenas nos sirven y si lo hacen es racionado a una caja, algo que también se nota con el de oliva. Pero ya comienzan los problemas también con la harina, de la que cada vez hay menos” explica Arcadio, quien reflexiona y manifiesta como “la actual situación que estamos viviendo con todo esto creo que tiene a la gente muy retraída económicamente, se nota muchísimo. Hemos tenido un buen tiempo pero la inestabilidad en la que estamos afecta y no poco a las familias y los hogares…hablando en plata, estamos todos “acojonados”, yo el primero”.
Con todo este hoy, el futuro que se plantea Arcadio a corto-medio plazo parece ser claro: “En dos años máximo voy a cerrar, así de rotundo. Yo ya estoy jubilado y a mi cuñado, que es quién esta al frente, le quedan 2-3 años para ello, así que como poco, de las tres tiendas cerraré dos y me quedaré en Santiago de la Puebla como máximo, eso sino puedo deshacerme antes de ella” detallando que esta decisión viene ya que “no me dejan de subir los gastos directos, y nosotros mientras no hemos aumentado los precios nada en un año. Sé que dormiré tranquilo el día que me quite del medio las tiendas tal y como está la situación…y eso por no hablar de la realidad del medio rural…cada vez hacen menos arriba porque subsista y la gente venga”.
Un complejo escenario que ha transformado la ilusión en análisis diario de la realidad, algo que a buen seguro es el espejo en el que se miran muchos pequeños comerciantes de la provincia de Salamanca y que hoy, a pesar del complejo escenario económico en el que se mueven, siguen apostando por ayudar a sus vecinos desde la cercanía y la familiaridad que solo ellos saben ofrecer.