Ahora comienza una nueva etapa para este grupo, en su mayoría mujeres y niños, que no saben cuando podrán volver a su país
Emoción y llanto. Sentimientos encontrados. Eso es lo que reflejaban las caras de los primeros refugiados ucranianos que han llegado a Salamanca en la madrugada de este viernes. Entre abrazos, sonrisas y lágrimas les han recibido las personas que estaban en la estación de autobuses esperando a que llegaran. Tras un largo viaje de casi 3.000 kilómetros, sus conducotores dicen que ha sido "un viaje tranquilo y que ha ido bien".
En el autobús en su mayoría viajaban mujeres y niños para los que ahora comienza una nueva etapa. Una etapa dura, pues no saben cuándo podrán volver a la que es su casa, su hogar, a su país. Pero también una etapa que afrontan con esperanza e ilusión.
El autobús partió de Salamanca en dirección Varsovia el pasado domingo. A la capital polaca llegaron dos días después los dos conductores, concretamente el martes. Allí les estaba esperando Iván, un ucraniano afincando en Salamanca y miembro de la Asociación Ucranianos en Salamanca. Iván es médico y trabaja en Zamora, viajó hasta Varsovia en avión y ahora ha regresado en ese autobús para hacer de intérprete con los refugiados.
Sobre la 1:30 horas del pasado 9 de marzo emprendieron el camino de vuelta, Varsovia-Salamanca. Después del primer día de viaje y tras atravesar Alemania, pasaron la noche descansando en un hotel, algo necesario tanto para los dos conductores como para los pasajeros.
Tras ese merecido y necesario descanso el jueves por la mañana retomaron el viaje. Cruzaron Francia y llegaron a España. En Madrid hicieron una primera parada, allí se quedaron algunos viajeros procedentes de Ucrania. Tras esta parada, pusieron rumbo a Salamanca, destino final.