, 22 de diciembre de 2024
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“La mujer es valorada en la ingeniería pero todavía tenemos un techo de cristal”
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SARA GONZÁLEZ CARPIO, INGENIERA MECÁNICA

“La mujer es valorada en la ingeniería pero todavía tenemos un techo de cristal”

Actualizado 08/03/2022 09:03
Vanesa Martins

Profesional en un sector que tradicionalmente se asociaba a los hombres, pide a las niñas y adolescentes que “no se cohíban y que luchen por lo que quieren”

La ingeniería sigue siendo un mundo donde trabajan más hombre que mujeres. En 2021 el 49,3% de las personas que trabajan en ingeniería eran mujeres, siendo España el país de Europa con más número de mujeres que trabajaban en este sector. Sin embargo, solo el 25% de las matriculaciones en carreras de ingeniería de España pertenecían a mujeres.

Sara González ahora forma parte de ese número de profesionales. Con 12 años llegó a Salamanca procedente de su Huelva natal. Aunque “de sangre me sigo sintiendo andaluza”, la mayor parte de sus recuerdos son en la capital charra. Ahora es Ingeniera Mecánica y trabaja en un sector tradicionalmente se consideraba masculino.

Llegó a segundo de bachillerato sin tener claro qué quería estudiar. “Yo solo tenía claro que me gustaban y se me daban bien las matemáticas y la física”. Desde pequeña a Sara siempre le han gustado mucho las cosas manuales y técnicas. “Comenzaba a dibujar planos de casas o de máquinas. Cosas que antes se pensaba que era extraño en una niña”. Cuando llegó el momento de decidir en qué quería enfocar su futuro profesional, tuvo claro que sería algo que le gustara y de ciencias y optó por Ingeniería Mecánica.

“Al final buscando las cosas que más se adecuaban a lo que yo quería eran las ingenierías, alguna arquitectura… Dentro de las opciones que valoré, las ingenieras estaban ganando mucha relevancia en ese momento y concretamente la Ingeniería Mecánica me pareció muy transversal”. Estudió en la Universidad de Salamanca, concretamente en el campus de Zamora.

Cuando tomó la decisión las personas a su alrededor se sorprendieron. “Cuando dije que iba a estudiar ingeniería todo el mundo se alegró, cuando dije que sería la especialidad de mecánica la reacción fue ¿coches? ¿estás segura? La gente mayor tenía en mente que tuviera salidas”, cuenta riendo. Sin embargo, recibió el apoyo de su familia y su entorno. “No tuve ningún problema ni comentario machista por parte de nadie, todos me apoyaron siempre porque sabían que era lo que me gustaba”.

“Cuando te pones a explicar en qué consiste la Ingeniera Mecánica cambia la cosa”, pues es, a grandes rasgos, un estudio del movimiento. “En la universidad hemos tenido asignaturas de hidráulica, mecanismo de máquinas...”

En su promoción eran unas 30 personas aproximadamente, de las cuáles solo dos eran mujeres. “El primer día, cuando llegamos y vimos que solo éramos dos chicas nos chocó, pensamos ¿en serio solo vamos a ser nosotras dos?”. Y así fue.

Sin embargo, destaca que en la universidad nunca han tenido ningún problema ni han recibido ningún comentario fuera de lugar por el hecho de ser mujeres. “Hemos recibido el mismo trato que nuestros compañeros, nunca nos han dicho nada machista ni nada despectivo”. Pero destaca que en ocasiones algunas personas tenían cuidado a la hora de hablar. “Sobre todo los profesores más mayores tenían en ocasiones comentarios desafortunados, no hacia nosotras en particular, si no hacia las mujeres en general”.

Terminó el grado universitario y comenzó a buscar trabajo. “Tenía claro que me quería quedar en España”. Destaca que fuera de nuestro país el trabajo de la ingeniería está mucho mejor valorado, independientemente de si eres mujer u hombre. “No sé si hay más ofertas de trabajo fuera que en España, pero sí están mucho mejor valoradas. Lo que cobra un ingeniero en España no es ni medio comparable a lo que se cobra fuera”.

En un primer momento buscó ofertas en Salamanca, pero de ingenierías “había muy poco”. Después de mucho buscar, se marchó a Madrid a trabajar en una consultoría. No era su especialidad, pero a la vez se siguió formando con un máster especializado en Automatización Industrial y Robótica.

Actualmente trabaja en una empresa como Ingeniería Mecánica en el departamento de Mecánica. Lo que más valora de su trabajo es que sigue todo el proceso. ”Ves nacer y ves morir un proyecto”.

A la hora de buscar trabajo apareció la preocupación. Sara tenía miedo de que, por el hecho de ser mujer, tuviera más complicado encontrar un puesto en este sector, pero la realidad no fue así. “Tenía el estigma de que me iba a costar por ser mujer, que me iban a poner más dificultades que a un hombre, pero en ningún momento he tenido ningún problema. Me equivocaba”, destaca. Con respecto a la figura de la mujer en la ingeniería señala que en los últimos años se ha avanzado para mejor. “Yo creo que la mujer en los últimos años está más valorada en este sector”. En este sentido, su promoción fue “como un punto de inflexión”. A raíz de ese año, comenzaron a entrar en la universidad más mujeres para estudiar el grado de Ingeniería Mecánica y en el sector cada vez hay más presencia de la mujer. “Ya ha llegado un punto en el que estudian tantas chicas que al final también tienen que contratar”.

Como mujer e ingeniera mecánica le lanza un mensaje a todas las niñas y adolescentes que quieran formarse en este ámbito, y en profesiones tradicionalmente asociadas a los hombres, un mensaje “difícil, pero a la vez muy bonito” para Sara. “Les digo que no se cohíban que luchen por lo que quieren”. “Si yo fuera ahora pequeña, me gustaría que me dijeran que jugara con lo que quiera, que hiciera cosas que me gustasen, que no me conforme en clase a hacer lo que me digan y ya está, que intenten darle una vuelta. Estamos en un punto en el que hay muchísimas mujeres ingenieras, cada vez tenemos más protagonismo, aunque siempre está ahí el techo de cristal porque los jefes jefazos al final son hombres”. A los padres y madres les pide que “apoyen a sus hijas”. Señala que es importante “que las dejen elegir lo que les gusta. Que haya una educación inclusiva y que puedan estudiar lo que quieran”.