Carnavales, Religión y Cuaresma

Yo creo que estos temas pueden relacionarse por su significado y su historia, a pesar de ser tan distintos. Yo no le voy a descubrir ningún secreto, aunque si busca en internet, ese pozo sin fondo, podrá encontrar informaciones interesantes.

Todo grupo social tiene leyes, normas, convenciones que nos “·ordenan” y, con frecuencia, nos oprimen. También el clima llega a aburrirnos y allí donde hay invierno estamos deseando las primeras luces de la primavera.

Si es verdad que los carnavales tienen su origen en la celebración del final del invierno y la llegada de la primavera, es lógico que esta fiesta pagana acabara siendo una explosión de alegría, consumo de alcohol, ruptura de convenciones, normas y forma de vida y moral sexual.

Cuando el cristianismo se convirtió en una religión, con jerarquías, dogmas, moral sexual muy restrictiva y tuvo poder sociopolítico, no consiguió suprimir esta fiesta en todos los lugares (y bien que lo intentó), pero sí organizar un tiempo de reflexión, penitencia y ayunos que es la Cuaresma. Esta comienza con una verdad, en este caso, bien fundamentada: “recuerda, ten en cuenta, no olvides que eres polvo y al polvo volverás”. Un mensaje del que nadie pude huir, ni discutir, porque la vida es temporal. Con ella, nos dicen que hay volver al orden, arrepentirse de las posibles vulneraciones de la moral, hacer penitencia, y…. tantas cosas más, como retirar u ocultar las prostitutas de la ciudad, hasta el lunes de aguas.

Esta vuelta al trabajo, el orden, las convenciones y la moral siempre fueron una buena ayuda para el poder público y eclesiástico.

Ya llevamos varias décadas que los carnavales no han dejado de recuperarse o iniciarse en pueblos y ciudades. Desde la infancia a la vejez, la familia y la escuela, los pueblos y ciudades, es una de las fiestas más divertidas y seguramente la menos convencional. Cada cual la celebra como quiere y simplemente se divierte o escandaliza con lo que hace o ve.

Yo viví, por coincidirme con un curso en Tenerife, unos carnavales y una de las familias me llevó a su casa para que eligieras traje de carnaval y pude elegir entre un montón. Es una verdadera fiesta familiar la exposición de trajes, la elección del traje y los comentarios y risas que conlleva. Y es solo el comienzo.

¿Qué opina usted de los carnavales? Innegable que siguen ganando terreno ¿Por qué?

¿Qué opina usted de la Cuaresma? Innegable que sigue perdiendo peso social, incluso entre los creyentes ¿Por qué?

Más allá de todo, son dos sucesos que, salvo excesos contra la salud propia y ajena, sean festivos o penitenciales, reflejan dos polos de la vida humana: la necesidad de alegría, canto, diversión y ruptura con lo convencional, por un lado, y la toma de conciencia de la realidad de nuestra existencia humana, vulnerable y breve. Disfrutar con uno y reflexionar con el otro, nos hace más humanos. ¿Hacemos las dos cosas o solo una de ellas?

Son necesarias las dos, tanto si somos paganos como creyentes, en esta sociedad que nos oculta la muerte y nos adoctrina con anuncios que resumidos nos dicen: “no pienses, consume y diviértete”