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“Ahora mi toreo es más templado. Este año tiene que ser importante”
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ENTREVISTA CON MANUEL DIOSLEGUARDE

“Ahora mi toreo es más templado. Este año tiene que ser importante”

Actualizado 07/03/2022 20:06
María Fuentes

Consciente de que la alternativa está cada vez más cerca, el salmantino tiene ya cerrados compromisos importantes como Sevilla o Valencia, lo que supone supone al novillero “un orgullo y a la vez una alta responsabilidad”

Esta temporada será clave para Manuel Diosleguarde, consciente de que su alternativa está cada vez más cerca. Está preparado para dar el paso. No hay fecha cerrada, ni cartel, ni plaza, pero sí están todas las ilusiones en esa tarde y sus apoderados “están trabajando en ello”. “Espero que sea este año, yo estoy preparado. Creo que estoy en un buen momento porque gracias a Dios el año pasado toreé mucho, en el campo me mido con los animales con mucha frecuencia, y por eso estoy muy agradecido a los ganaderos que me abren las puertas de sus casas. Es fundamental para mi desarrollo. En mis inicios era un novillero arrollador, siempre con muchas ganas. Eso último lo mantengo, yo en la plaza me entrego al 100%, pero mi concepto ha evolucionado mucho y ahora soy un novillero más templado, más cuajado, asentado, un torero mejor. En cada tarde voy a por todas porque es la única fórmula de abrirme camino en esta profesión”, explica.

Diosleguarde fue el primer salmantino que se vistió de luces este año, y fue el pasado 4 febrero en Valdemorillo. Compartió tarde con Yon Lamothe, Isaac Fonseca, Manuel Perera, Álvaro Burdiel y Sergio Rodríguez ante un encierro de El Collado. Solo el mal uso de la espada le robó el triunfo. Las sensaciones fueron buenas. En la provincia de Salamanca, toreó en Ciudad Rodrigo en el Carnaval del Toro, cortando una oreja a un ejemplar de Domingo Hernández. Compartió tarde con Domingo López Chaves, José María Manzanares y Tomás Rufo. “He tenido la suerte de empezar la temporada muy pronto en Valdemorillo, y eso me ha servido mucho para tener la mente a punto desde ya y después vino la tarde de Ciudad Rodrigo que para mí es siempre un orgullo, es algo especial. Es el sitio donde he vivido, donde he crecido. Por ser de Diosleguarde y de Ciudad Rodrigo quiero ser torero, porque es una afición que he sentido desde niño, y verme anunciado en mi pueblo con las figuras del toro es un privilegio”, explica.

El próximo compromiso es en Aire sur l’Adour (Francia) el 1 de mayo. Después, el 7 de mayo en Valencia con novillos de Conde de Mayalde y ya es oficial también su compromiso en La Maestranza en Sevilla el jueves 9 de junio con novillos de José Luis Pereda. “Hasta el momento eso es lo que tengo cerrado y estoy feliz. Estamos pendientes de que nos confirmen la tarde de San Isidro en Madrid que espero que salga adelante, porque es Madrid quién quita y pone”, añade.

Sabe que es actualmente uno de los novilleros más punteros del escalafón. Desde que salió de la Escuela Taurina de la Diputación de Salamanca, incluso ya en su época de novillero sin picadores, el nombre de Diosleguarde ha sonado con fuerza entre los aficionados, lo que supone al salmantino “un orgullo tremendo y a la vez una alta responsabilidad”. El año pasado acabó con un total de 18 festejos, en el puesto cuarto del escalafón y tras triunfos importantes en plazas importantes como la tarde en la Feria de Otoño de Madrid con una vuelta al ruedo y una oreja. “Si tengo que destacar una tarde importante del pasado ciclo, sin duda esa fue una de ellas. Viví esa tarde con mucha intensidad. Yo nunca había tenido esa sensación tan contradictoria. Estar anunciado y verme vistiéndome de torero en Madrid me hacía muy feliz, pero a la vez esa sensación de responsabilidad era altísima, la presión tremenda… dicen que Madrid quita el sueño y es verdad, los días previos a Madrid me lo quitó, pero luego ver que las cosas salieron bien mereció la pena, por eso estoy loco por ir de nuevo, ojalá sea este San Isidro”.

El triunfo en el Circuito de Novilladas de Castilla y León, el punto de partida

El balance del año pasado tan positivo vino marcado tras proclamarse triunfador del Circuito de Novilladas de Castilla y León que desde la Fundación Toro de Lidia se puso en marcha con la colaboración de la Junta de Castilla y León. La gran final se vivió en El Espinar (Segovia), un certamen dentro de la Liga Nacional de Novilladas por el que pasaron un total de 18 ganaderías. “El Certamen fue todo para mí, fue el punto de partido. Veníamos de un año muy duro por la pandemia, fue un empujón tremendo para retomar la actividad, para encender las novilladas que venían de un momento trágico y gracias a ese certamen pude torear muchísimo. Hubo muchísima rivalidad y poder ganarlo fue un sueño. En la final lidié un novillo de Pedraza de Yeltes y otro de José Escolar. Creo que este último fue lo que me dio el triunfo porque no fue nada fácil estar delante de ese novillo. Fue uno de esos novillos con lo que tuve que tirar la moneda al aire, fue muy exigente y fue duro, pero cuando uno se entrega tan de verdad al final las cosas salen, y salieron. Nunca sabes con qué tipo de toro puede llegar el triunfo, por eso defiendo la variedad de encastes y me gusta lidiar todo tipo de animales. Cada encaste tiene su peculiaridad y sus cosas buenas, no por ser un encaste minoritario los toros son peores. Yo he matado muchos novillos que embistieron mucho mejor que las consideradas como ganaderías ‘buenas’ o ‘comerciales’. A mí me gusta medirme con todas las ganaderías y todos los encastes, aportan muchísimo a mi toreo y me hacen crecer”, añade.

En su cabeza “sólo está el toro”. Sabe que las oportunidades que vienen estos meses por delante “serán fundamentales” para su carrera, y su día a día está marcado por los entrenamientos físicos, el toreo de salón y las tardes de campo. Estudió un Grado Superior de Salud Ambiental pero quiso centrarse en su sueño de ser figura del toreo. “Pronto me di cuenta de la realidad de esta profesión, y tengo claro que al toro hay que darle el 100% y aún así no es suficiente muchas veces. Yo soy feliz así, mi vida es el toro. Estoy evolucionando, sueño en esa alternativa tan cerca, en todos esos compromisos que vienen y me mantiene viva la ilusión. Es verdad que por otro lado siempre está el miedo, pero hay que tener la capacidad de superar esos miedos, y eso se logra estando fuerte, mentalizado. Si yo de mente estoy fuerte luego me siento muy seguro en la plaza”, explica.

Tiene motivos para sonreír y no pierde las ganas de crecer y evolucionar. Su fiel escudero es su banderillero Elías Martín, con quién entrena a diario. Valora mucho el papel de José Ignacio Cascón, Nacho Matilla y Ángel Castro, sus apoderados, por cómo están gestionando su carrera, y a su gente, a su público, pues tiene una Peña Taurina que lleva su nombre en su pueblo que supera los doscientos socios y que van con él por cada rincón de España. “De mí va a depender estar a la altura esta temporada y espero triunfar para agradecer así todo el apoyo recibido”, concluye.