Sábado, 11 de mayo de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Jorge García García, juego limpio, apuesta negra
X
Autor de 'El último de los grises'

Jorge García García, juego limpio, apuesta negra

Actualizado 10/02/2022 10:03
Charo Alonso

Entrevista con el historiador y escritor salmantino que ha publicado su nueva novela

Hay algo fuerte y a la vez conmovedor en la rectitud de Jorge García. Un ejercicio de entereza. Un deseo quizás de hacer justicia. En el fondo no hay más en la novela negra que el anhelo de poner las cosas en orden, aunque sea con los métodos tan poco ortodoxos de Eva Santana, esa detective siempre sorprendente salida de la pluma de un autor cuyo pulso literario cada vez es más firme. Valiente coherencia.

Charo Alonso: Cuando te entrevistamos a propósito de ‘Croata’, tu primera novela policíaca, nos dijiste que ibas a dedicarte a la narración histórica… ¿Qué pasó?

Jorge García: Iba a escribir una novela histórica, sí, y se ha quedado en la mitad. Sigue ahí, pero pudo la continuación de la anterior. Me vi haciendo la segunda parte animado por los lectores de ‘Croata’ y porque quería trabajar más esos personajes.

Ch.A.: Tienes una narración muy rápida y visual, muy cinematográfica ¿Cuál fue la imagen que dio inicio a esta novela ‘El último de los grises’?

J.G.: Esta novela partió de una imagen que me vino a la cabeza viendo en la Plaza Mayor la celebración del título europeo de baloncesto. Pensé en lo fuerte que debía ser eso, porque ha sido apoteósico ese logro, algo que no se vuelve a ver en la vida.

Ch.A.: La novela tiene un personaje real, la jugadora Silvia Domínguez… ¿Cómo se ha tomado que la incluyas en esta historia? ¡Y de qué manera!

J.G.: La primera vez que hablamos se quedó súper sorprendida, se quedó muy fría cuando la localicé y se lo conté. Al principio tuve que decirle: “Mira, no creas que estoy loco, te voy a explicar quién soy y qué estoy haciendo”. Luego, cuando lo leyó me dijo que le había angustiado mucho la historia, lo que es bastante comprensible. Estoy muy agradecido por su apoyo, por lo que representa y por lo que genera en el baloncesto femenino.

Carmen Borrego: Con lo tímida que es… Seguro que lo ha pasado fatal.

J.G.: A ella le chocó, evidentemente.

Ch.A.: ¿Por qué ella y no otra? ¿Por qué baloncesto y además femenino? Aunque tú eres uno de los grandes estudiosos, como historiador, de los orígenes del deporte femenino en España.

J.G.: Ella representa el punto clave, es el icono, es la figura que representa el deporte femenino actual en Salamanca.

Ch.A.: La novela negra bebe de lo que nos preocupa, de lo más actual ¿Qué podemos encontrar en ‘El último de los grises’?

J.G.: En el momento de escribir hay siempre un tema que me preocupa y que quiero tratar porque creo que está un tanto oculto. En la novela anterior quería jugar un poco con el tema de la inmunidad de los diplomáticos que no pueden ser juzgados fácilmente. Yo quería mostrarlo, porque hay gente que no conoce este hecho. En esta novela quería centrarme en esa lacra que tenemos asumida con respecto al deporte. Por eso empecé con el tema de las apuestas deportivas porque me parece algo muy serio que está devaluando al mundo del deporte. Los casos a los que aludo en la novela son reales y no les hemos dado importancia, como si aquí no hubiera pasado nada.

Ch.A.: Y sí pasa y se persigue como bien describes. Por cierto, me hace gracia que, junto a los policías “típicos” que podemos reconocer, en tu novela hay auténticos locos de la informática, de los videojuegos, amantes del manga, de todo lo japonés…

J.G.: Fíjate que yo no sabía si esto sería muy real, lo de los policías con estos gustos como el rap, el otaku, y hasta estas pintas… Y le pedí opinión al comisario, le pregunté si en los cuerpos policiales había gentes con otras aficiones, aspectos diferentes y me dijo que sí, que claro que sí. Estamos muy condicionados en el cine y en la novela por el estilo del policía de los años ochenta que, aún sin uniforme, siempre aparece trajeado, bien peinado, afinado… Y no.

Ch.A.: El cuerpo policial es como la sociedad, diversa.

J.G.: Claro, los jóvenes tienen otros gustos y otra indumentaria y luego están los demás, más convencionales y hasta aquellos que quedan de tiempos pasados como el que da título a la novela, que se refiere a esos policías que venían de la época de Franco y que buscaron sus recovecos para seguir ahí e incluso alguno, como Billy el Niño, llegando a la cúspide de la policía y siendo condecorados a pesar de todo lo que hicieron y de dónde venían, de pegar palos.

Ch.A.: ¿Qué piensan los policías cuando leen una novela policíaca? Porque para ellos no deja de ser su trabajo.

J.G.: Mi experiencia es que a veces les gusta y otras, piensan que es una de tantas, porque se está escribiendo mucha novela negra. Creo que generalmente no se meten a juzgar. Son accesibles para ayudar y a mí lo que me gusta es que la novela tenga ese punto en el que un poli diga “esto es como es”.

Ch.A.: En tu caso tienes un informante de primera, el comisario de la Policía Nacional de Salamanca y también escritor de novela policiaca Luis Jesús Esteban Lezaún, al que homenajeas incluyéndole como personaje.

J.G.: ¿Sabéis que ha ganado un premio de novela con una obra cuya trama empieza en la librería Letras Corsarias? Se presentará próximamente y sí, para mí es un honor que el comisario lea mi trabajo y me comente cosas. Incluso que me diga que hay que mantener el equilibrio entre lo verosímil y lo que no se puede contar del todo.

Ch.A.: Ganas de leerle. Jorge, tú sitúas la acción de tus novelas en Salamanca y me pregunto si eso no es una desventaja para los lectores que no conocen la ciudad. Para nosotros es un atractivo añadido, claro, porque citas lugares, locales, vas por calles que nos son muy familiares…

J.G.: Lo he hecho con la intención de que los lectores se sepan situar. Esta es una ciudad muy agradecida, te permite decir por donde vas, es muy conocida, todo está muy cerca y además de ser una manera de situar al público que vive aquí, creo que también sirve para aquellos que no conocen la ciudad. También busco cosas que a veces a la gente de Salamanca no les son familiares, como el barrio de Buenos Aires, que siempre identificamos de alguna manera. Me gusta hablar de las zonas del extrarradio, que no sea siempre la Salamanca monumental, aunque sea esa la que conoce todo el mundo.

Ch.A.: Tengo que agradecerte que hayas dejado a un lado la tremenda crudeza de ciertas escenas de ‘Croata’. Ahora la violencia está sugerida de otra manera.

J.G.: Es verdad, tienes razón, pero en ese momento lo que quería escribir era eso y hacía falta en ese contexto. Ahora es otra cosa aunque los personajes sean los mismos. Dejé parada la novela histórica porque quería darle continuidad al personaje de Eva. Al escribir se crean nuevas vidas y Eva Santana cobró vida, iba a ser un personaje secundario en la otra novela y le quise dar más, se impuso y ahora sigue. ¡Podría pasarme horas escribiendo sobre ella!

Ch.A.: Los lectores de series de estas novelas nos enamoramos de los personajes y queremos saber cómo siguen su vida… y Eva, con esa ambigüedad suya, es un personaje muy sugerente.

J.G.: Eva Santana no es policía, es una detective y sí, anda siempre rayando la ilegalidad, toma drogas, puede ir de lo más selecto a lo más abyecto. Y a su alrededor surgen otros, a mí me gustaría seguir trabajando a Eva, pero también a esta policía rapera que va un poco a su bola y que me parece un personaje muy atractivo porque tiene un carácter fuerte y promete.

Ch.A.: Entre ambas hay mucha amistad y apoyo, es un caso de sororidad muy particular. Jorge, ¿qué buscamos los lectores de novela negra?

J.G.: Las dos mujeres son amigas, son independientes, cercanas, se apoyan. Eso refuerza mucho la historia. Y yo creo que los lectores de novela negra buscan en ellas lo que nadie hacemos en la vida real, lo bueno y lo malo, porque todos tenemos un puntito malo y un puntito bueno.

C.B.: Y además, todo el mundo tiene su momentito cabrón.

J.G.: Todos pensamos que deberían ser las cosas de otra manera y aunque creamos en la justicia, te dices: “A lo mejor haría yo eso”. Además, no encuentro muchas novelas negras sobre deporte y hay mucho que escribir acerca del mundo deportivo, que da mucho juego.?Ch.A.: Eres entrenador, has escrito sobre deporte ensayos y biografías y eres un estudioso del deporte femenino.

Sí y fíjate, aunque han cambiado las cosas, creo que el deporte femenino necesita más visibilidad. Quizás si hubiera escrito sobre boxeo y con un personaje masculino habría tenido más eco. Y no solo eso, dentro del deporte hay mucho material para hacer novelas, pero es un tema que se ha desarrollado más en el cine y siempre de manera exitosa. No con otro tipo de cosas, como por ejemplo, no sé si os acordáis, de aquel jugador de fútbol al que secuestraron, Quini, que fue tremendo. Al final, los deportistas son figuras relevantes y a todo el mundo le interesan.

Ch.A.: Yo creo que el verdadero tema de este libro no es el deporte, es la codicia.

J.G.: Correcto. Yo pongo siempre un ejemplo, entreno en una escuela de fútbol sala y el diez por ciento de los niños se van al fútbol por la mayor proyección, por el dinero, por el éxito mediático. Es una de las cosas que trato en esta novela, que a la gente no le importa competir, no le importan el esfuerzo, la humildad, la constancia… Importa el ganar mucho dinero, el llegar arriba. El deporte por afición, amateur, se está perdiendo. Empezó ese cambio en el boxeo, en el fútbol, y el tema de las apuestas lo está fastidiando aún más. Hay gente que juega apostando sobre seguro, y eso significa que los deportistas fallan adrede… La corrupción en el mundo del deporte es brutal…. Cito con su nombre como homenaje a un periodista del Marca que ha destapado muchos casos, Fernando Carreño. Y aunque la guardia civil interviene en numerosas ocasiones, parece que no pasa nada, como os dije antes.

C.B.: Ya lo tenemos normalizado, no nos extraña… En algunos deportes es brutal.

J.G.: Y es todo por gente que quiere el éxito de cualquier manera. Atletas que se dopan, que se hacen transfusiones de sangre totales, prácticas bestiales que luego les pasarán factura. Y gente que quiere ganar dinero. El tema de las apuestas es sangrante, toda la vida ha pasado en el boxeo pero ahora ha llegado a todos los deportes. Ya no hay barrio sin casa de apuestas, esa es la nueva adicción de la gente joven que está robando a sus padres para apostar. La heroína de los años ochenta es ahora la adicción al juego, una droga fuerte a la que hay que frenar. Y el deporte femenino se libraba porque no había dinero. A raíz de escribir este libro he visto que la liga femenina ha empezado a moverlo y ya hay corrupción.

Ch.A.: ¿Todos tenemos un precio?

J.G.: Espero que no. Por suerte hay gente con principios. Aunque sea poca. Son los nuevos héroes de la sociedad.

Una sociedad que relata con toda la crudeza, el humor, la gracia y el suspense el autor salmantino. Y nuestros familiares, consabidos pasos por la ciudad se tiñen de negro tras la huellas del envés de la trama. Hay algo consolador en este férreo deseo de justicia, en las frases cortas y contundentes de Jorge García. Y las páginas vuelan mientras entra una canasta de tres puntos en forma de novela.