Viernes, 26 de abril de 2024
Volver Salamanca RTV al Día
Teología y Ética de un test de antígenos
X

Teología y Ética de un test de antígenos

Actualizado 02/02/2022 08:48
Antonio Matilla

Los cristianos tenemos el deber, moral por supuesto, de ver la botella medio llena. Para nosotros el Logos (el Espíritu, la Razón, el Pensamiento y el Corazón) de Dios lo llena todo; o mejor, todo tiene sentido a su Luz, aun lo más pequeño, y diría más, especialmente lo más pequeño. En la frase anterior he terminado mencionando el Pensamiento y el Corazón de Dios y podría referirme también a la Ternura de Dios manifestada, sobre todo, en Jesucristo. Y es que, desde la perspectiva de Jesús de Nazaret, “el Galileo, el poeta de Dios”, como lo describe con acierto mi buen amigo Diego Sabiote, poeta él mismo, en su penúltimo libro, las personas y las cosas más pequeñas pueden encerrar gran significado.

Y así, entre los múltiples cachivaches, casi todos inservibles, que almacenamos en cada casa, tiene en la mía, desde el día 27 de Enero, un lugar privilegiado una pequeña tira de plástico, resumen condensado de un test de antígenos, positivo, por supuesto, que me ha dado entrada, como miembro de pleno derecho, en el extensísimo y archidemocrático Club de los contagiados por el SARS-CoV2. Cierto es que yo ya había “pagado” tres cuotas de entrada, al precio de tres dosis de la vacuna Moderna, pero sin pensar en hacer efectivo el derecho de entrada o ejercerlo lo más tarde posible.

Para los cristianos, la relación personal con Cristo tiene consecuencias prácticas de todo tipo, también éticas, pues los cristianos no somos una isla alejada de lo humano, sino plenamente integrada en su archipiélago y en su Continente todo. Más de veinte siglos de historia compartida, con alianzas y enfrentamientos, entre los cristianos y el resto del pluralismo religioso y espiritual humano, han cristalizado en una serie de principios y de formas de comportamiento que nos definen a todos y que se expresan, en general, en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que no es propiedad de unos pocos elegidos, sino fruto del trabajo, la reflexión, el sufrimiento compartido y el diálogo de muchos, no de todos, porque parece más ético no obligar a nadie a hacer el Bien, sino hacer a éste atractivo para que todos, o la mayor parte posible de la Humanidad, quieran seguirlo libremente, desde la conciencia y el corazón, como una obligación moral. De ésta, en muchos casos, pueden derivarse obligaciones legales, en cierto sentido “externas”, aunque la Ley, para que sea aceptada y cumplida con responsabilidad e. incluso, con entusiasmo es necesario, como diría Sócrates, que sea en primer lugar conocida, como consecuencia aceptada e incluso amada y, como corolario necesario, cumplida en la vida cotidiana.

Una de las derivadas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el caso de España, es el Comité Español de Bioética, que tiene una larga tradición de decenios y que han situado a la Ética que se reflexiona en España en lo más alto de los países de nuestra área cultural. ¡En algo, en muchas cosas, no sólo en tenis, aunque también -¡Gracias Rafa!- teníamos que ser los primeros y los mejores. No me resisto a citar otro ámbito de nuestra excelencia: el Comité Nacional de trasplantes, el mejor del mundo sin duda alguna. Bioética y Trasplantes tienen mucha relación, pero no es el caso ahora de abordarla.

La salud moral de la Sociedad española no es tan débil como la pintamos muchas veces, tan dados como somos a auto flagelarnos; siempre han tenido un relativo éxito entre nosotros los profetas de calamidades, pero la pandemia ha puesto de relieve una prueba empírica que niega rotundamente sus falsas profecías: somos la nación, en nuestro entorno cultural, con más proporción de población vacunada contra el SARS-CoV2 y, por consiguiente, con menos porcentaje de negacionistas, que también los tenemos. No ha sido necesario que nos obliguen a vacunarnos. Ha bastado con que las personas que tienen autoridad moral, -para mí, por ejemplo, ha sido mi hematóloga y no el portavoz gubernamental-, en sintonía con el Comité Nacional de Bioética, nos explicaran y razonaran la situación, los beneficios y los riesgos, sin ocultar ni manipular nada, haciendo honor a la verdad, para que una muy grande mayoría hayamos optado libre, responsable y voluntariamente por la vacunación, esperando pacientemente nuestro turno. Federico de Montalvo Jääskeläinen, expresidente del Comité de Bioética de España, reflexiona muy acertadamente sobre todo ello en su Tercera de ABC del sábado 29 de enero.

No se ha demonizado a los negacionistas, sino que, simplemente, una gran mayoría hemos optado por lo más racional, basado en información científica, discerniendo lo verdadero de lo falso tanto en las redes como en la propaganda oficial y hemos rechazado lo que no presentaba base científica alguna. Incluso hemos seguido escuchando y cantando las canciones de Miguel Bosé –el que le guste, que lo cortés no quita lo valiente-, o deleitándonos con el gran tenis de Novak Djokovic y sus excéntricas salidas de tono y de pista.

Hay un cimiento ético real en nuestro pueblo, pluralista gracias a Dios y a la evolución de los tiempos, pero muy capaz de discernir la verdad de la mera propaganda política o comercial y muy capaz también de comprometerse, comprometernos, en grandes empresas como han sido la de salvar nuestra vida y la de nuestros familiares -¡Honor y recuerdo orante a los muertos!-, proteger y vacunar a los más débiles, nuestros mayores, o no dejar definitivamente al margen a los ya marginados de la sociedad y preservar la economía.

Podría ser que los exabruptos que pueblan con frecuencia las redes sociales y la vida política y los reiterados esfuerzos de ingeniería ideológica y social no sean la verdadera y profunda raíz de la opinión de nuestro pueblo, sino meras raicillas colaterales, muy vistosas, chillonas y mediáticas a veces, pero envenenadoras y moralmente contaminantes y adictivas, pero sin capacidad real de contagiar esas enfermedades morales a la raíz principal.

Pero no conviene tentar a la suerte. Sigue siendo necesario un esfuerzo pedagógico y la recuperación de los fundamentos prepolíticos, abordados en profundidad por Habermas y Ratzinger entre otros, que han proporcionado a nuestra sociedad el más largo periodo de libertad, democracia y prosperidad de toda nuestra Historia, cuyo logotipo es la Transición.

Antonio Matilla, enfermo de SARS-CoV2

La empresa Diario de Salamanca S.L, No nos hacemos responsables de ninguna de las informaciones, opiniones y conceptos que se emitan o publiquen, por los columnistas que en su sección de opinión realizan su intervención, así como de la imagen que los mismos envían.

Serán única y exclusivamente responsable el columnista que haga uso de nuestros servicios y enlaces.

La publicación por SALAMANCARTVALDIA de los artículos de opinión no implica la existencia de relación alguna entre nuestra empresa y columnista, como tampoco la aceptación y aprobación por nuestra parte de los contenidos, siendo su el interviniente el único responsable de los mismos.

En este sentido, si tiene conocimiento efectivo de la ilicitud de las opiniones o imágenes utilizadas por alguno de ellos, agradeceremos que nos lo comunique inmediatamente para que procedamos a deshabilitar el enlace de acceso a la misma.