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La infancia acompaña la festividad del Niño Jesús de Praga
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ALBA DE TORMES

La infancia acompaña la festividad del Niño Jesús de Praga

Actualizado 30/01/2022 17:18
Roberto Jimenez

La procesión volvió a las calles de Alba de Tormes tras un año de parón

El triduo del Niño Jesús de Praga ha tocado hoy a su fin con la conmemoración de su festividad en Alba de Tormes. La cofradía del Niño Jesús de Praga cuenta en la actualidad con 460 cofrades, que son en su matrimonios jóvenes con niños y también personas mayores.

La jornada festiva comenzó con a la una del mediodía con misa y reparto de estampas en la iglesia de San Juan de la Cruz de los Carmelitas Descalzos de Alba de Tormes. A continuación regresó la procesión tras un año de parón provocado por la crisis sanitaria del Covid-19. Y para finalizar se realizó el reparto de la naranja y el bollo dulce del niño Jesús de Praga tal y como marca la tradición.

En 2018, los Carmelitas recuperaron la festividad

El Niño Jesús de Praga volvió a procesionar por las calles de Alba de Tormes el 14 de enero de 2018, casi medio siglo después de su última aparición. Los Carmelitas Descalzos consiguieron revitaliizar, con lo antiguo y lo moderno, una tradición que tiene sentido y que ayuda a la educación cristiana de los niños.

En España entra la devoción al Niño de Praga con los Carmelitas a finales del siglo XIX, por influjo del Carmelo europeo, es decir después de los años de la exclaustración y desamortización (1836-1868). La restauración de la Orden Carmelitana en España viene de Francia (1868) por mano de los carmelitas españoles allí refugiados o que se iniciaron a la vida carmelitana en aquella nación. Y estos carmelitas, pertenecientes a la Congregación italiana, fueron los que trajeron la novedad de esta devoción que se fue acrecentando poco a poco, a medida que se iban restaurando conventos o inaugurando presencias nuevas. Podemos decir que era la devoción de moda en España por esas últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX.

El convento de Alba de Tormes se restaura en el año 1877 (aunque siempre hubo frailes carmelitas exclaustrados en función de capellanes del sepulcro teresiano, que vivían fuera del convento), justo coincidiendo con la primera peregrinación teresiana de San Enrique de Ossó de agosto de aquel mismo año. En Alba se vio con mucho agrado y aprobación esta presencia ya oficial de frailes Carmelitas en su antiguo convento después de más de 40 años de ausencia.

Y fueron estos frailes restauradores los que trajeron a Alba la devoción al Niño Jesús de Praga, seguramente ya desde el momento inicial, aunque en aquellos primeros años todavía sin la oficialidad y el apoyo institucional de una cofradía del mismo nombre.