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Queremos paz
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LUZ DEL AMANECER

Queremos paz

Actualizado 28/01/2022 08:11
Juan Robles

Hasta los últimos días, el objeto de todos los comentarios -escritos, televisados, radiados y otros- ha sido el tema mayúsculo de la pandemia del covid-19. Ahora el tema se ha cambiado decididamente. Se trata de la cuestión amenazante de guerra mundial por las tensiones entre Rusia y Ucrania, que han promovido el acercamiento de tropas y pesados medios militares por parte de Rusia, so pretexto de realizar maniobras en previsión de un posible ataque por parte de otros estados limítrofes o de la misma Ucrania.

El riesgo de guerra mundial, y aun nuclear, está ahí. De hecho, Estados Unidos, flanqueado por los miembros de la OTAN, que también han acercado sus tropas a Ucrania, ha amenazado con una fuerte reacción, no sabemos si con fuerzas militares o con una respuesta de sanción fortísima de tipo económico.

La OTAN no ha creído procedente permanecer al margen y ha promovido inmediatamente el acrecentamiento de las tropas, soldados y medios de combate, con la participación de varios países europeos y de los de influencia del carácter anglófono.

Entre los países europeos se encuentra también el nuestro que, como participante comprometido con la OTAN, no ha tenido más remedio que ofrecer algunos efectivos humanos y varios instrumentos de combate, con la disidencia interna de personas componentes del gobierno y, por supuesto, de otros muchos ajenos al gobierno, en general de tendencia de izquierdas pero, curiosamente, y no se sabe muy bien por qué, también de miembros del partido radical de derechas vox.

El lío está armado. Y el riesgo de guerra generalizada aparece como posibilidad amenazante e incontrolable. Se suele decir que las guerras se sabe muy bien cuándo comienzan pero nunca se sabe ni cómo ni cuándo terminan.

Es interesante, sin embargo, constatar cómo, ante el enemigo común, todos o la mayor parte de los españoles, individualmente o institucionalmente, han llegado a tomar una postura de disposición positiva ante la guerra, si fuera necesaria, aunque todos preferirían que se llegue a un acuerdo o compromiso de paz, antes que enzarzarse en una incontrolable guerra.

Hasta el partido popular, que generalmente se opone a toda decisión o iniciativa del gobierno, en esta ocasión, al conocer la postura favorable del gobierno a participar con personal y medios militares propios, se pronunció inmediatamente a favor de las decisiones tomadas por el gobierno. Es más, cuando llevaban más de año y medio sin hablar, ni siquiera por teléfono, el presidente del gobierno y el jefe de la oposición y presidente del partido popular, al fin éste ha llamado por teléfono al presidente del gobierno y han mantenido una larga conversación. Si para esto sirve, bendita amenaza de guerra de Crimea.

El Papa Francisco ha alertado del peligro de una posible guerra inminente, que no es fácil de controlar, y el domingo pasado invitaba a una jornada de oración y ayuno por la superación de la guerra, para el miércoles pasado, día 26 de enero. Éstas fueron sus palabras de invitación:

“Sigo con preocupación las crecientes tensiones que amenazan con asestar un nuevo golpe a la paz en Ucrania y ponen en entredicho la seguridad del continente europeo, con repercusiones aún más vastas. Hago un llamamiento sincero a todas las personas de buena voluntad para que recen a Dios Todopoderoso para que todas las acciones e iniciativas políticas estén al servicio de la fraternidad humana y no de los intereses partidistas”.

Ojalá todo salga bien y acertemos en la consecución de la paz, porque todos estamos deseándolo. Queremos la paz.

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