Llevamos cumplidos casi un mes del nuevo año y la táctica política del PP sigue discurriendo por los caminos de la mentira, la manipulación, el disparate y la desvergüenza. Comenzaron el año digiriendo muy mal las buenas noticias económicas de nuestro país: el acuerdo histórico de reforma laboral entre los agentes sociales: patronal, sindicatos y gobierno, el descenso significativo del paro (en 2021 se han creado 840.700 empleos más y el paro está al nivel más bajo desde 2008), la recepción de España de los primeros 11.200 millones de euros procedentes del Fondo de Recuperación y Resiliencia Europeo y siguen muy enfurruñados por el nuevo y positivo dato conocido hace unas horas sobre el crecimiento de la economía española del 5% del PIB en 2021 (el mayor crecimiento en lo que va de siglo), entre otros. Estos guarismos les han generado “sarpullidos” y una elevada dosis de angustia y frustración, sabiendo que si la recuperación económica sigue por la misma senda estarán en el “dique seco” y será muy difícil que accedan al poder, que es lo único que pretenden. Si España se hundiera y a los españoles nos fuera muy mal, disfrutarían, se estarían frotando las manos, dado que una situación así suele ser la antesala de cualquier cambio de gobierno.
Este diagnóstico, como se dice en argot coloquial. es “de libro” y los ciudadanos tienen que darse cuenta de ello. La sensatez y el sentido común dejan claro que el PP, en particular, y toda la derecha política y mediática, en general, están buscando incesantemente argumentos estúpidos y malintencionados para acusar al presidente y a los miembros del gobierno de ser amigos de los terroristas, de participar en actos de rebelión y sedición por llegar a acuerdos con Esquerra Republicana de Cataluña y por la concesión de indultos a los presos del procés o de ser cómplice del pisoteo a los valores democráticos en países como Venezuela o Cuba. De ahí los eslóganes de “comunismo o libertad” de la campaña de Madrid o de “más ganadería y menos comunismo”, de la actual campaña de Castilla y León creyendo que los ciudadanos tienen alguna discapacidad intelectual y que podrán engañarlos y manipularlos. La última “payasada” la ha protagonizado Casado en un pueblo de León que dijo a los paisanos que antaño, cuando no había agua corriente en las casas y no se podía beber agua “había que beber vino”. Ese es el nivel de estupidez política en la que se ha embarcado el PP y sus líderes. Espero que los ciudadanos sepan de las artimañas que siempre han tenido “los trileros” y no se dejen embaucar por sus promesas trampa.
Ejemplos de las mentiras, manipulaciones, disparates y desvergüenzas del PP los tenemos para aburrir y como con todos los bulos quedan en ridículo, la dosis de insensateces se va incrementando considerablemente. Les ocurre lo mismo que a los adictos a las drogas tóxicas y los estupefacientes, para quienes el suministro de la misma dosis de drogas les va produciendo un efecto menor, tienen mayor tolerancia a las sustancias y, en consecuencia, se genera en el adicto un proceso psicológico y físico que hace necesario aumentar la dosis de forma progresiva para conseguir los mismos resultados alucinógenos. Es lo que les está ocurriendo a los líderes del PP en relación a las críticas infundadas hacia el gobierno por el reparto de los fondos europeos de recuperación. Se ha llegado a decir que el gobierno los destina al turismo para personas de una determinada orientación sexual y raza determinada e incluso utilizando métodos corruptos “como en los ERE de Andalucía”, cuando la realidad es que de los fondos repartidos hasta el momento (11.200 millones de euros), cuatro de las seis comunidades autónomas que más fondos han recibido están gobernadas por el PP: Por este orden, quienes más han recibido son Andalucía, Cataluña, Madrid, Valencia, Castilla y León y Galicia. De ellas, tan sólo la comunidad valenciana está gobernada por el PSOE. Esta semana el propio vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis ha respondido a la eurodiputada del PP, Isabel Benjumea, que España está haciendo las cosas bien en relación al reparto de los fondos europeos, con lo que, una vez más, el PP ha hecho el ridículo en Europa. Incluso el que fue ministro de Hacienda con el PP (tanto con Aznar como con M. Rajoy) Cristóbal Montoro ha declarado textualmente en relación con el reparto de fondos europeos que “la oposición no sabe lo que dice” y apostilla diciendo que lo que debería hacer la oposición es estar “celebrando que son fondos de todos y que van sobre todo a los países que más hemos sufrido”.
Y lo que en general le ocurre al PP y a la derecha cavernaria, le está ocurriendo al presidente de la Junta de Castilla y León, Fernández Mañueco –sobre el que pesa un importante escándalo de presunta corrupción política en las primarias que le llevaron a ser candidato hace tres años y en la que el juez está investigando una posible financiación ilegal del PP en Salamanca- que está trasmitiendo datos falsos en campaña electoral para las elecciones de esta comunidad, una región que ha perdido progresivamente habitantes, tejido productivo y servicios públicos, además de incrementarse las políticas clientelares y caciquiles (hay varios casos judiciales abiertos por presunta corrupción sobre altos cargos y ex altos cargos de la Junta de Castilla y León) en los 35 años que lleva el PP ininterrumpidamente gobernando. Además, el PP y la ultraderecha tratan a los castellanos y leoneses como imbéciles, porque la respuesta que dan a los éxitos económicos de España en el último año es la de poner videos de ovejitas o vacas y vestir ropa de adinerados ganaderos (más parecida a los granjeros del Tirol que a los de Castilla y León) en los mítines para salir más guapos en la foto y engañar mejor al electorado, cuando poco o nada le preocupan los intereses generales de los ciudadanos, sino sus intereses particulares y estar en el gobierno para mandar. Ya se sabe quieren volver a la España de “Los santos inocentes”, única sociedad en la que se desenvuelven como realmente les gusta.
Sobre la presunta financiación ilegal del PP en Salamanca, hace unos meses el presidente de esta formación, Javier Iglesias –actualmente también presidente de la Diputación Provincial salmantina- decía que quería declarar en sede judicial y contar toda la verdad cuanto antes. Ahora que está imputado (o declarado investigado como se denomina ahora después de las últimas reformas procesales) se le había citado para declarar en sede judicial hace varios días y no sólo no acudió, sino que a través de videoconferencia le espetó al juez que se acogía a su derecho a no declarar. ¿Dónde queda la colaboración total del PP con las autoridades judiciales de la que tanto presumían en esta tierra hace unos meses?
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