Su especialidad es la hematología y destaca, en esta entrevista a SALAMANCA rtv Al DÍA que “conseguimos que nuestra planta no fuese Covid gracias al blindaje que el equipo hizo para que nadie se contagiara”
La Doctora Dolores Caballero Barrigón es una de las mejores médicas españolas del pasado año, según la revista FORBES. Jefa de la Unidad Clínica y de Trasplante del Servicio de Hematología del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, también dirige el Programa de Trasplante del Servicio de Hematología y preside del Grupo Español de Linfomas y Trasplante Autólogo de Médula Ósea.
SALAMAMANCA rtv AL DÍA ha hablado con ella para conocer cómo ha recibido esta noticia y cómo es la situación actual de este ámbito en Salamanca.
En primer lugar, Dra. Caballero, enhorabuena, ¿qué significa para usted este “reconocimiento”?
Muchas gracias. Lo primero que ha supuesto ha sido mucha sorpresa, estábamos acostumbrados a que en los últimos años el jefe de servicio, el profesor Marcos González formara parte de esta lista y nos ha llamado la atención que este año haya sido yo la sustituta, pero ya que durante varios años consecutivos un hematólogo de nuestro servicio forme parte de esta lista hace que nos sintamos muy orgullosos, pero no como seres individuales, sino del Servicio de Hematología de Salamanca. Lo primero que he sentido ha sido alegría por todo el personal: los médicos, las enfermeras… todo el equipo que está ahí día a día. Y un agradecimiento a todos los enfermos que en esta ciudad pequeña confía en el Servicio de Hematología de Salamanca y vienen de diferentes lugares a hacerse trasplantes, a recibir fármacos en ensayos clínicos con celular CAR-T. Es un reconocimiento al servicio y tenemos que estar muy contentos.
Esta área clínica el que estamos hablando, el de la hematología, ¿cómo ha evolucionado en Salamanca en los últimos años?
El servicio de hematología que se creó en el año 1976 con el doctor López Borrasca, no ha hecho más que mejorar gracias al empeño de los profesionales, pero en cuanto a como ha crecido nuestro servicio ha crecido de una manera muy anómala. En cuanto al personal pagado por el SACYL ha disminuido, puesto que somos 4 profesores titulares en el servicio y nos paga fundamentalmente la universidad, y somos un hematólogo menos que hace 15 años, es decir que nuestro servicio ha decrecido en personal médico del SACYL pero ha incrementado muchísimo su actividad porque ahora mismo entre enfermeras, médicos, investigadores en el centro del cáncer, investigadores del IBSAL, somos más de 140 personas trabajando en el servicio de hematología. Somos un servicio que se ha incrementado muchísimo gracias al esfuerzo de todos, gracias a nuestra utilización de los recursos que siempre los invertimos en la clínica y en hacer una investigación traslacional, estudiando y analizando bien la enfermedad con técnicas modernas, etc. Desde 1980 que empecé la especialidad, ojalá que nuestro servicio pueda seguir mejorando como lo ha hecho hasta ahora.
Además, es uno de los ocho centros que hay en España acreditados por el Ministerio de Sanidad para administrar células CAR-T. ¿Está arrojando resultados positivos este tratamiento?
Los resultados de los tratamientos con células CAR-T en España han corroborado los resultados de los ensayos clínicos que promovieron su aprobación. Ahora mismo tenemos la aprobación del linfoma difuso de células grande, que son enfermos con muy mal pronóstico, los que se pueden incluir en este tratamiento pacientes que ya han recaído, que no han podido recibir un trasplante, con una enfermedad muy agresiva y afortunada y aproximadamente la tercera parte de estos pacientes que no tenían otras opciones terapéuticas y muchos van a estar curados. Entonces yo creo que las células CAR-T si han revolucionado la terapia en estos pacientes, además nosotros hemos tratado muchos casos de mieloma múltiple porque tenemos aquí a la Doctora Mateos que lidera el mieloma y hemos tenido ensayos clínicos donde hemos podido incluir a pacientes. Estamos muy orgullosos de haber sido elegidos en una ciudad pequeña, pero aquí tengo que decir que ojalá Salamanca tuviera mejores transportes porque sería más fácil llegar aquí, porque es complicado y la gente que tiene que venir aquí en coche propio a veces dificulta y supone molestias para el paciente, y si Salamanca estuviera mejor comunicada iría mejor.
Por otro lado, usted también es profesora titular de la Universidad de Salamanca. En sus clases, ¿qué valores les transmite a sus alumnos?
Intento transmitirles el respeto por el enfermo, tienen que ser honestos y francos siempre con el paciente que tienen enfrente y que el médico va a ser una figura fundamental en la enfermedad, por tanto, que estén convencidos de que la medicina es una de las mejores profesiones y que cuando no sepan que hacer con un paciente, le miren a la cara y piensen que harían si se tratase de un familiar suyo, y eso les va a ayudar a ser buenos médicos. Yo les animo a que sean hematólogos, aunque es una especialidad que estamos acostumbrados a tener muchos pacientes muy graves, el médico cuando se acuesta y piense no he podido hacer lo suficiente pero cuando ve el agradecimiento del enfermo y a veces de los familiares de enfermos que no hemos podido curar, eso es una satisfacción para el médico. Y luego que hay que estudiar.
¿Hay fututo en la medicina de España y de Salamanca?
Muchísimo, tenemos que cuidar nuestro sistema sanitario y nuestras universidades, pero por supuesto que somo un país con muchísimo futuro y que todos somos responsables del futuro.
¿Cómo consigue tener vida social con tanta vida profesional?
No lo sé (ríe). Yo creo que lo que tiene que hacer un profesional que elige una rama de la medicina un poco compleja, es estar dispuesto a estar muchas horas trabajando. Y a medida que la vida va avanzando uno va siempre reservando espacios de su vida para su familia, para sus aficiones, y hay unos años donde este tiempo es muy pequeño, pero uno las disfruta mucho, asique organizándose y disfrutando con el trabajo.
No puedo menos que preguntarle, cómo ha afectado la pandemia al área de hematología…
Nosotros desde el principio estuvimos muy implicados con la pandemia. En nuestro hospital, como muchos otros, las primeras semanas fueron una catástrofe. Seis hematólogos en aquel momento estuvieron allí, yo a lo largo de las diferentes oleadas me incorporé, la primera vez el 14 de abril, a ver pacientes Covid. Nos ha influido como servicio, pero hemos tenido la suerte, porque yo creo que ha sido suerte de formar parte de los equipos Covid, al principio viendo pacientes hematológicos con neumonía Covid, para mí ha sido un aprendizaje también. Porque yo lo pienso y mi profesión empezó con el VIH y probablemente me vaya a despedir de la medicina con esta pandemia terrible, entonces ha sido yo creo una oportunidad para que la hematología demuestre que es una especialidad de medicina interna y que somos muy buenos médicos. Lo segundo, nos tuvimos que aferrar para intentar que nuestros enfermos no se contagiaran en un hospital donde todas las plantas menos nosotros era Covid y lo conseguimos, en marzo de 2020, y exceptuando cuatro semanas que no ingresamos trasplantes, en 2021 hicimos más trasplantes y que empezamos nuestra actividad CAR-T, y eso fue gracias al blindaje que el equipo hizo para que nadie se contagiara.
Para finalizar, ¿qué consejo les daría a los futuros profesionales de la medicina?
Les digo a los estudiantes de medicina y a los médicos jóvenes que el buen médico no nace, se hace. Que la suerte de poder ayudar a los pacientes, a veces curándoles, a veces ayudándoles, es una de las formas de alcanzar la felicidad mejor que creo que tiene un ser humano y que los enfermos nos necesitan y que seguro que vamos a ser capaces de hacerlo. Y ya si deciden ser médicos, la mejor especialidad es la hematología porque tiene actividad clínica, actividad de laboratorio y yo les animo a ser médicos, a ser hematólogos y a venir a Salamanca a formarse a este Hospital Nuevo que tenemos.