Sigo pensando en el valemadrismo...
La semana pasada usé la expresión respecto al idioma? y como mis críticos no han sido tan feroces ?amén de que recibí más de un comentario elogioso?, esta semana la usaré en cuestiones de ideas? Vamos, que, a diferencia de la clásica "amenaza" de Tip y
Empezaré por la paradoja de celebrar que don Santiago Abascal sea como es; así como sus secuaces, señoras y señores: caras de malos y malas de película, cabreo constante, exabruptos de barra de bar? Por supuesto, me parecen impresentables, cínicos, groseros, es evidente que no tienen escrúpulos? Y que defienden sus "ideas" a caspa y espadín.
Han restaurado el "cuñadismo", el pontífice que de todo sabe y, por supuesto, opina; bueno, no, sienta cátedra.
Marine Le Pen es así pero un poco menos, era más claro su padre, más como Putin y alguno más exótico: Polonia, Hungría, Turquía?
Los milicos argentinos, chilenos, como antes Franco o Pinochet, eran eso, milicos; decían lo que hoy dicen los voxeros: comunismo, conjuras; apelaban a los valores de la patria, la familia (mama, hijitos y papá, claro); si los papás tenían devaneos era cosa de idiosincrasia y, con no hablar de ello, bastaba.
Sin embargo, por acá, al menos ahora, no pasa eso; los gobiernos del PRI de la posguerra y bastante guerra? fría, de vez en cuando recurrían al comunismo internacional para meter miedo pero, a la vez, había unas relaciones con Cuba impecables ?Castro y el Ché vivieron aquí, de aquí partieron a la Revolución? y no había relaciones con la España franquista? Pero claro, también se hablaba de "lo mexicano" como hecho diferencial y del pasado glorioso prehispánico mientras los indígenas seguían? pues mal.
Por otro lado, aquel México del PRI, no era laico, era anticlerical? aunque se basaba, eso decía en el discurso, en los valores de la familia y las buenas costumbres? Las "casas chicas" eran, como allá, idiosincrasia.
Usando un dicho muy de acá, "ya empezaba a torcer la puerca el rabo", como pueden ver; ya no estaban las cosas tan claras? Y de aquellos barros vienen estos lodos que hoy gobiernan; el mismo mensaje conservador en general, que cala en una sociedad en la que, o predominan esos valores, o en la que quienes tienen otros hacen menos ruido?
La diferencia es que, ahora, con López Obrador, esto se adereza con una gotas de estalinismo tropical en el discurso, porque algunos de los más cercanos al gran líder son, desde sus cuentas en dólares y casas en las zonas progres pero trendy de la ciudad, muy revolucionarios y mucho revolucionarios. Y no tienen problema si le ríen las gracias al padrecito Andrés. Si no, por supuesto, caen en desgracia.
Ya les digo, no es fácil asumir, para que me entiendan, allá, que aquí en el poder hay algo que, con demasiada frecuencia parece mezcla entre Vox y Podemos.
Y creo que el valemadrismo idiomático del que hablé potencia que esto ocurra: los gritos con palabras huecas son más fáciles de comprender que los argumentos para la inmensa mayoría?
Casi no meto la idea? Se nota que ya están cerca las vacaciones?
@ignacio_martins
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