Declarada oficialmente seca la ?Encina Flaca? de la Glorieta del Árbol Gordo
El Ayuntamiento ya está estudiando opciones para sustituirla, lo que podría ocurrir de forma inminente
La Encina Flaca plantada en enero de 2017 como tercera tentativa para intentar sustituir al emblemático Árbol Gordo de Ciudad Rodrigo tampoco será el recambio definitivo del mítico olmo negrillo (que murió víctima de la grafiosis): el ejemplar actualmente colocado ha sido declarado 'seco', y ya se está trabajando en opciones para sustituirlo, lo que podría ocurrir de forma inminente (de hecho el asunto será tratado en la mañana del miércoles en una Comisión del Consistorio mirobrigense).
Según explicó en la jornada del lunes a Ciudad Rodrigo Al Día el delegado de Parques y Jardines del Ayuntamiento, José Manuel Jerez, la conocida informalmente como Encina Flaca ?que se trajo en su día de un vivero de Salamanca- ya lleva seca "unos 2-3 meses", añadiendo que "le quedaba poca vida y se ha terminado de secar", algo que achaca a que en un lateral del tronco le falta la corteza, lo que impide la circulación de la savia.
Pese a que tampoco ha salido adelante, la Encina Flaca ha sido por el momento el intento de sustituir al Árbol Gordo que más ha durado, casi 5 años, ya que fue colocada exactamente el 26 enero de 2017 (retirándose además el tradicional alcorque que había, para ver si tenía más opciones de tirar para adelante). Previamente, hubo otros dos intentos. Para empezar, en diciembre de 2014 (en las semanas posteriores a la retirada del Árbol Gordo por su mal estado), se colocó el que se bautizó como Árbol Flaco, que era un olmo traído de un vivero, y que aguantó hasta septiembre de 2015.
Tras unos meses de 'sede vacante', en febrero de 2016 se plantó la que se conoció como Encina Gorda, un hermoso ejemplar traído de la carretera de Pedrotoro, que no llegó a cumplir el año en el centro de Ciudad Rodrigo, siendo retirada tras secarse en enero de 2017. Hay que recordar que tanto la Encina Gorda como la Flaca se plantaron al ser la encina la opción preferida por los mirobrigenses en una votación popular organizada por el Ayuntamiento para ver qué se quería poner en el lugar.