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?No pierdo la fe y trabajo cada día para poder recuperar mi rutina de antes?
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?No pierdo la fe y trabajo cada día para poder recuperar mi rutina de antes?

Actualizado 29/10/2021
M.Fuentes

Esta salamantina está centrada en su recuperación bajo un objetivo: volver a trabajar

El 16 de julio de 2020 la vida de Ana Cid cambió. Un malestar general de cuerpo, leves problemas de visión y dificultades con el lenguaje le llevaron al Hospital de forma voluntaria "para saber qué estaba pasando". En el Hospital Virgen de la Vega fue derivada al Hospital de Valladolid por el fallo de una de las máquinas que necesitaba para las pruebas que requería su caso y fue allí donde se confirmó el diagnóstico: había sufrido un ictus.

?No pierdo la fe y trabajo cada día para poder recuperar mi rutina de antes? | Imagen 1"Estuve ingresada en la Unidad de Cuidados Intensivos tres días, allí me vieron diferentes profesionales y estuve ingresada algo más de dos semanas. Poco a poco iba progresando y fui trasladada ya al Virgen de la Vega. Allí estuve ingresada otras dos semanas y recibí el alta. En ese momento, con todas las limitaciones de movilidad que tenía, mi vida cambió. Era una persona dependiente", recuerda.

Ana tiene un niño de 6 años. Ellos, junto con su marido, Alfonso, vivían en un piso sin ascensor. Tuvieron que cambiar de residencia para centrarse en la recuperación dadas sus problemas de movilidad y se fueron a vivir a casa de sus padres.

Desde entonces, no ha dejado de luchar. "A pesar de todo, yo sigo siendo la misma. Sigo luchando. Cada día me levanto con ganas de luchar para cumplir mi objetivo que es poder volver a trabajar", explica. El mensaje que lanza es la importancia de seguir hacia adelante. "Solo hay ese camino. Se consigue, por lo menos me dicen que se consigue. No se debe perder nunca la ilusión y seguiré trabajando para poder recuperar mi vida de antes".

La implicación de ASDACE

El papel que está jugando ASDACE en la recuperación de Ana es "fundamental". Así lo asegura su marido, Alfonso Petisco. "En agosto me puse en contacto con ellos porque me lo recomendó una trabajadora social del Hospital. Tengo que decir que hemos sufrido mucho porque hemos tenido la sensación de que la Seguridad Social nos dejaba desamparados. Ha faltado implicación por su parte en el caso de Ana. Aún estamos después de un año esperando una revisión presencial. Si no hubiera sido por el trabajo que hacen los profesionales aquí en ASDACE, estoy convencido de que los avances de Ana no serían estos.

Con ella trabajan diferentes terapias y desde las diferentes áreas de las que disponen; ellos marcaron desde el principio una rutina en base a sus necesidades y los resultados son evidentes. Aquí nos sentimos protegidos", detalla.

"Cuando te dicen el diagnóstico, no sabes como reaccionar. Cuando sales del Hospital, no sabes dónde acudir. A partir de ese momento, no queda otra que coger aire y pelear a su lado. Yo me lo tomé como una lucha personal porque no tenía otra opción. Hemos recibido mucho apoyo también de familiares, de amigos, de gente que ha sufrido casos parecidos y nos han asesorado? es muy duro, pero seguimos en la lucha", concluye.